Diciembre 11 de 1855
Por la renuncia de Juan N. Álvarez, y por decreto del mismo, entra en funciones el presidente sustituto, Ignacio Comonfort, quien ocupará el cargo –con ese carácter- hasta el 30 de noviembre de 1857.
Comonfort inicia su gobierno bajo el lema “orden y libertad”, estabiliza la situación política; frena a personajes como Santiago Vidaurri que trata hacer prevalecer sus intereses caciquiles en el norte del país; reprime a bandas de forajidos. Impulsa obras materiales como la construcción del ferrocarril México-Veracruz; introduce el alumbrado de gas a la capital. Propicia el desarrollo de la instrucción pública; decreta la creación de la Biblioteca Nacional, la Escuela de Artes y Oficios y colegios para pobres. Funda la dirección de pesas y medidas, adopta el sistema métrico decimal. Organiza el ejército y pacifica rebeliones de indios en el norte del país. Promulga las leyes “Juárez”, “Lerdo” y “Lafragua”, así como la Constitución de 1857. El 11 de diciembre de 1857, toma posesión como presidente constitucional. Sin embargo, su propio carácter le lleva a darse él mismo, un golpe de Estado. Manuel Payno, quien lo conoció a fondo y a quien debe (Comonfort) su suicidio político, lo describe así: “es incapaz de resistir las súplicas y las buenas palabras; su falta de energía para negar frente a frente lo que no puede conceder, lo ha hecho parecer falso; [...] conjunto de debilidad y energía, de docilidad y capricho, de benevolencia y de rigor, en pocas ocasiones ninguno de sus ministros puede decir con verdad que lo dominó, ni ninguno de sus amigos que influyó en su carácter de manera absoluta y decisiva.”
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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