Home Page Image
 

Edición-2020.png

Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1865 Contestación de Mr. Seward al marqués de Montholon.

Diciembre 6 de 1865

Ministerio de Estado.-Washington 6 de diciembre de 1865.-He comunicado al presidente de los Estados-Unidos las intenciones del Emperador respecto á Méjico, de que me disteis parte el 20 del mes último. Hoy tengo el honor de trasmitiros la opinión de mi gobierno en este asunto; pero antes debo preveniros que he dirijido la misma comunicación á Mr. Bigelow, autorizándole para que dé traslado de ella á Mr. Drouyn de Lhuys.

Creo que las intenciones del Emperador pueden reasumirse así:

Francia se halla dispuesta á evacuar cuanto antes el territorio de Méjico, pero no puede convenientemente hacerlo sin haber recibido antes la seguridad de los sentimientos, si no amistosos, por lo menos tolerantes de los Estados- Unidos con respecto á Méjico. Agradeciendo á S. M. estas buenas disposiciones, lamenta el presidente tener que decir que considera la petición del Emperador como enteramente impracticable.

En efecto, la presencia de ejércitos estranjeros en los países vecinos, no puede menos de causar inquietud á nuestro gobierno, siendo para nosotros un motivo de gastos estraordinarios, sin hacer mención de los peligros de una ruptura.

Según el contenido de vuestro despacho, creo que la causa del descontento producido en los Estados-Unidos por la ocupación de Méjico, no ha sido bien comprendida por el gobierno del Emperador.

La principal razón de este descontento, no es la presencia de un ejército estranjero en Méjico, y mucho menos de un ejército francés. Reconocemos el derecho que tienen las naciones para hacerse la guerra, mientras no ataquen á nuestros derechos y á nuestra justa influencia.

La verdadera razón del descontento de los Estados-Unidos consiste en que el ejército francés, al invadir á Méjico, ataca á un gobierno republicano profundamente simpático á los Estados-Unidos, y elejido por la nación para reemplazarlo por una monarquía que, mientras exista, será considerada como una amenaza hacia nuestras propias instituciones republicanas.

Creo, como vos, que los Estados-Unidos deben abstenerse de hacer propaganda republicana, no solo en el mundo sino en nuestro continente. Tenemos demasiada confianza en el triunfo de estos principios en América, para aceptar las cosas en el estado en que las encontramos mientras nuestra república se desarrollaba.

Por otra parte, siempre hemos afirmado, y aún lo afirmaremos, que todos los pueblos americanos tienen el derecho de gozar del beneficio de un gobierno republicano, si tal es su deseo, y que la intervención estranjera, para privarles de ese derecho, es injusta y contraria al gobierno libre y popular de los Estados Unidos.
Tan injusto sería, como imprudente por parte de los Estados-Unidos, tratar de destruir los gobiernos monárquicos de Europa para reemplazarlos por repúblicas, como nos parece injusto que los gobiernos europeos intervengan en América, para reemplazar el régimen republicano con monarquías ó imperios.

Después de haber expuesto así francamente nuestro parecer, someto la cuestión al criterio de Francia, persuadido de que esta gran nación comprenderá que es compatible con su honor y sus intereses el retirar sus tropas de Méjico en un plazo conveniente, y dejar á los mejicanos disfrutar del gobierno republicano que han elejido ellos mismos, y al cual han dado, en nuestro juicio, pruebas terminantes y sentidas de adhesión.

Señor: me encuentro tanto más dispuesto á esperar la solución de esa dificultad, cuanto que en los cuatro últimos años, siempre que se preguntaba á un hombre de Estado americano ó á cualquiera ciudadano, cuál era de todos los países de Europa el menos opuesto á que se enfriasen sus relaciones de amistad con los Estados- Unidos, contestaba inmediatamente: Francia.

La amistad con Francia ha sido considerada siempre muy importante, y particularmente grata al pueblo americano. Todo ciudadano americano la considera tan apetecible en el porvenir como en el pasado. El Presidente estimará tener noticia de la acojida que haga el Emperador á estas sugestiones.

Recibid, señor, etc;-Firmado.-WILLI.AM H. SEWARD. DESPACHO DEL GOBIERNO DE LOS ESTADOS-UNIDOS Á SU REPRESENTANTE EN PARÍS.