29 de Octubre de 1859
La casa comercial francesa Jecker, establecida en México y el gobierno conservador espurio de Miguel Miramón, firman un préstamo que traerá graves consecuencias al país porque es uno de los antecedentes de la intervención francesa.
El contrato consiste en la emisión de quince millones de pesos al 6% anual garantizado por la Casa Jecker durante cinco años y la mitad por el gobierno con derechos aduanales e impuestos.
En esa época, los derechos aduanales son la mayor fuente de ingresos al erario nacional. Miramón recibe 723 mil pesos en efectivo; 468 mil en equipo y vestuario militar y 14 millones 378 mil pesos en deuda interior; lo que significa que en estricto sentido, Miramón toma el préstamo al 90% anual y que el desembolso de Jecker apenas sobrepasa el millón de pesos.
Cuando Juárez entra a la capital tras derrotar a los conservadores, declara nulo y sin efecto el contrato, pero se crea una situación diplomática muy violenta, la cual será aprovechada por Maximiliano para dar a México “un gobierno estable”; que en realidad a lo que dio forma, fue a la intervención extranjera y al imperio.
Juan B. Jecker llegó a México en la primera mitad del siglo XIX, se dedicó al comercio y se vio mezclado en actividades que lesionan la soberanía nacional en relación con las minas de Arizona, la pérdida del territorio de La Mesilla, y las invasiones de filibusteros franceses a Sonora en 1852 y 1854.
Al triunfo de la República, Benito Juárez expedirá la orden de expulsión de Jecker y otros siete extranjeros, por perniciosos.
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
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