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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1914 Nota de Carranza con motivo de la ocupación de Veracruz

Abril 22 de 1914.

“Veamos ahora cuál fué la actitud, a la par patriótica y hábil del señor Carranza, para salvar la dignidad nacional ofendida por la torpeza del Gobierno wilsoniano, sin que por ello se quebrantara la unidad revolucionaria.

El Secretario de Estado, William Jenings Bryan, con motivo de los sucesos de Tampico y Veracruz, dirigió al Primer Jefe, por conducto del Cónsul norteamericano en C. Juárez, Mr. J. C. Carothers, la siguiente nota:

“C. Juárez, Chih., abril 22 de 1914. Señor V. Carranza. Chihuahua. He recibido las instrucciones siguientes del señor Bryan, Secretario de Estado: “Sírvase ver al señor Carranza y hágale saber la actitud del Presidente. El Presidente no desea que el Congreso lo autorice para hacer la guerra como pudiera interpretarse; todo lo que él pide y todo lo que se le concederá es una resolución declarando que él está justificado al hacer uso de la fuerza armada para exigir una reparación por indignidades especificadas. Él ha tenido especial cuidado en hacer una distinción entre el general Huerta y sus sostenedores por un lado, y el pueblo mexicano por otro, habiendo reiterado su amistad hacia el pueblo mexicano y su más vivo deseo de que el mismo pueblo logre establecer un gobierno constitucional. La toma de la Aduana de Veracruz se hizo necesaria por haberse rehusado Huerta a hacer las debidas reparaciones por el arresto de los marinos americanos. Según la prensa, los constitucionalistas aparecen apartados de la controversia, en una actitud muy propia y esperamos que no entenderán mal la actitud del Presidente, ni darán mala interpretación a sus actos.”. Mucho estimaría una expresión de usted sobre lo anterior, en la inteligencia de que si lo desea, será considerada estrictamente confidencial y únicamente para el conocimiento del Presidente y del Secretario Bryan.—(Firmado) Carothers”.

El señor Carranza contestó, inmediatamente, al Presidente Wilson, en esta forma:

“Chihuahua, 22 de abril de 1914. Señor Cónsul J. C. Carothers. C. Juárez. En contestación al mensaje del señor Secretario Bryan, que me fué comunicado por su conducto, sírvase usted transcribir a dicho señor Bryan la siguiente nota dirigida al señor Presidente Wilson:

“En espera de la resolución que el Senado americano diera al mensaje que Vuestra Excelencia le dirigió con motivo del lamentable incidente ocurrido entre la tripulación de una lancha del acorazado “Dolphin” y soldados del usurpador Victoriano Huerta, se han ejecutado actos de hostilidad por las fuerzas de mar, bajo el mando del Almirante Fletcher, en el Puerto de Veracruz. Y ante esta violación de la soberanía nacional, que el gobierno constitucionalista no esperaba de un gobierno que ha reiterado sus deseos de mantener la paz con el pueblo de México, cumplo con un deber de elevado patriotismo al dirigiros la presente nota para agotar todos los medios honorables, antes de que dos pueblos honrados rompan las relaciones pacíficas que todavía los unen.

"La nación mexicana, el verdadero pueblo de México, no ha reconocido como a su mandatario al hombre que ha pretendido lanzar una afrenta sobre su vida nacional, ahogando en sangre sus libres instituciones. En consecuencia, los hechos del usurpador Huerta y sus cómplices, no significan actos legítimos de soberanía; no constituyen funciones verdaderas de derecho público interior ni exterior, y menos aún representan los sentimientos de la nación mexicana, que son de confraternidad hacia el pueblo norteamericano.

"La posición de Victoriano Huerta en lo que concierne a las relaciones de México con los Estados Unidos, asi como con la Argentina, Chile, Brasil y Cuba, ha quedado firmemente establecida con la actitud justiciera de los gobiernos de estas naciones, al negar su reconocimiento al usurpador, prestando de este modo a la noble causa que represento un valioso apoyo moral.

"El título usurpado de Presidente de la República, no puede investir al general Huerta de la facultad de recibir una demanda de reparación de parte del gobierno de los Estados Unidos, ni de otorgar una satisfacción si ella es debida.

“Victoriano Huerta es un delincuente que cae bajo la jurisdicción del gobierno constitucionalista, hoy el único, por las circunstancias anormales del país, que representa la soberanía nacional de acuerdo con el espíritu del artículo 128 de la Constitución Política Mexicana. Los actos ilegales cometidos por el usurpador y sus parciales y los que aún pueden perpetrar, ya sean de carácter internacional, como los acaecidos en el Puerto de Tampico, ya sean de orden interior, serán juzgados y castigados con inflexibilidad y en breve plazo por los tribunales del gobierno constitucionalista.

“Los actos propios de Victoriano Huerta nunca serán suficientes para envolver al pueblo mexicano en una guerra desastrosa con los Estados Unidos, porque no hay solidaridad alguna entre el llamado gobierno de Victoriano Huerta y la Nación Mexicana, por la razón fundamental de que él no es el órgano legítimo de la soberanía nacional. Mas la invasión de nuestro territorio, la permanencia de vuestras fuerzas en el Puerto de Veracruz, o la violación de los derechos que informan nuestra existencia como Estado Soberano, libre e independiente, sí nos arrastraría a una guerra desigual, pero digna, que hasta hoy queremos evitar.

"Ante esta situación real por que atraviesa México, débil, hoy más que nunca, después de tres años de sangrienta lucha, comparada con la formidable de la Nación americana; y considerando los hechos acaecidos en Veracruz como atentatorios en el más alto grado para la dignidad e independencia de México y en pugna con vuestras reiteradas declaraciones de no desear romper el estado de paz y amistad con la Nación mexicana, y en contradicción también con la resolución del Senado de vuestro país que acaba de declarar que los Estados Unidos no asumen ninguna actitud contra el pueblo mexicano ni tienen propósito de hacerle la guerra; considerando igualmente que los actos de hostilidad ya cumplidos exceden a lo que la equidad exige para el fin perseguido, el cual puede considerarse satisfecho; no siendo por otra parte el usurpador de México a quien en todo casi competería otorgar una reparación; interpreto los sentimientos de la gran mayoría del pueblo mexicano que es tan celoso de sus derechos como respetuoso ante los derechos ajenos, y os invito a suspender los actos de hostilidad ya iniciados, ordenando a vuestras fuerzas la desocupación de los lugares que se encuentran en su poder, en el Puerto de Veracruz, y a formular ante el gobierno constitucionalista que represento, como Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila y Jefe del Ejército Constitucionalista, la demanda del gobierno de los Estados Unidos originada por sucesos acaecidos en el Puerto de Tampico, en la seguridad de que esa demanda será considerada con un espíritu de la más alta justicia y conciliación. —El Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila y Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, V. Carranza".”

Esta nota del Primer Jefe a la Casa Blanca causó enorme sensación en los Estados Unidos, pues creía el Departamento de Estado ingenuamente, que el señor Carranza, si no aprobaba la actitud del Gobierno americano, por lo menos se manifestaría neutral en el conflicto que el Secretario de Estado Bryan consideraba que sólo podía afectar a Victoriano Huerta,

Entre el pueblo mexicano que logró conocer el documento constitucionalista, fué entusiastamente aplaudida y respaldada la enérgica y digna actitud del Jefe de la Revolución, quien era el primero en protestar viril y patrióticamente por la ofensa infligida a la soberanía del país, señalando con magistral habilidad la posición de cada una de las partes afectadas por el grave conflicto.

 

Barragán Rodríguez, Juan. Historia del ejército y de la revolución constitucionalista. Primera época. México INEHRM. 2013. pp. 452-456.