Guanajuato, 20 de noviembre de 1810
Señor D. Miguel Hidalgo (reservada)
Mi apreciable compañero. Vd. se ha desentendido de todo nuestro comprometimiento, y lo que es más, que trata V. de declararme cándido, incluyendo en ello el más negro desprecio hacia mi amistad. Desde Salvatierra contesté a Vd. diciendo que mi parecer era el de que fuese Vd. a Valladolid y yo a Guanajuato, para que levantando tropas y cañones pudiésemos auxiliarnos mutuamente según que se presentase el enemigo. Puse a Vd. tres oficios con distintos mozos, pidiendo que en vista de dirigirse a esta el ejército de Calleja fuese Vd. poniendo en camino la tropa y artillería que tuviese; que a Iriarte le comunicaba lo mismo para que a tres fuegos desbaratásemos la única espina que nos molesta ¿Qué resultó de todo esto? Que tomase Vd. el partido de desentenderse de mis oficios y solo tratase de su seguridad personal dejando tantas familias comprometidas ahora que podíamos hacerlas felices, no hallo cómo un corazón humano en quien quepa tanto egoísmo; mas lo veo en Vd., y veo que pasa a otro extremo, ya leo su corazón, y hallo la resolución de hacerse en Guadalajara de caudal, y a pretexto de tomar el Puerto de San Blas hacerse de un barco y dejarnos sumergidos en el desorden causado por Vd., ¿y qué motivo ha dado Allende para no merecer estas confianzas?
No puedo menos que agriarme demasiado cuando Vd. me dice que el dar orden en Guadalajara lo violenta, ¿de cuándo acá Vd. así? Tenga presente lo que en todos los países conquistados me ha respondido Vd. cuando yo decía: es necesario un día más para dar algún orden, etc.
Que Vd. no tuviera noticia (como me dice) del enemigo, ni de Querétaro, es una quimera, cuando de Acámbaro, de Salvatierra y Valle de Santiago desde la semana pasada me están dando partes, y lo que es más con los dos primeros oficios que mandé a Vd. acompañé dos cartas y ellas llegaron a Valladolid y se me contestaron. Pero a Vd. no llegaron mis letras según que se desentiende en su carta.
Espero que Vd. a la mayor brevedad me ponga en marca las tropas y cañones y la declaración verdadera de su corazón, en inteligencia que si es como sospecho el que Vd. trata de solo su seguridad y burlarse hasta de mi, juro a Vd. por quien soy que me separaré de todo, mas no de la justa venganza personal. Por el contrario vuelvo a jurar que si Vd. procede conforme a nuestros deberes seré inseparable y siempre consecuente amigo de Vd.
Ignacio Allende
Fuente: Colección de documentos de J. E. Hernández y Dávalos, t. II, doc. 137
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