Nueva Orleáns, agosto 6 de 1794.
El Barón de Carondelet, al general W[iIkinson]. He recibido las cartas de v. s., sus fechas 17 y 30 de Abril, 10 de Mayo y 20 de Junio. Instruido ya anteriormente de los sucesos concernientes á Clark, á los establecimientos del Oeste y al puesto establecido á doce leguas de la desembocadura del Ohio en el Misisipí por un destacamento del exército del general Wayne, ignoraba yo únicamente las resoluciones tomadas en la Asamblea que se reunió en Lexington, cuyas conseqüencias, á mi juicio, serán el principio de las hostilidades contra la Luisiana en 1.° de Diciembre, tiempo en que el Misisipí y el Ohío se hacen navegables.
Fundo éste en que habiendo declarado los Estados del Oeste, en su representación dirigida al Congreso, que estaban resueltos á aprovechar del empeño actual de la España contra la Francia, para conseguir de la primera la navegación del Misisipí, sea por un convenio amistoso, sea á viva fuerza, es más que probable que no dexarán desperdiciar tan bella proporción, tanto más que no deben figurarse que la guerra presente pueda prolongarse mucho más allá de esta campaña.
Mientras creí que no tendría que defenderme más que contra un Cuerpo de Gavanes franceses y americanos, mandados por Clark, y destituidos de artillería, no dudé que se podrían sostener los establecimientos de Ilinoa, Nuevo Madrid y Akansas, mediante las precauciones anticipadas que se habían tomado; lo que estuve rezelando fué que los kentukeses y demás establecimientos del Oeste se juntasen con ellos, en cuyo caso mi plan estaba igualmente dispuesto para una vigorosa defensa, aunque conceptuaba que tendría que sacrificar una parte para salvar la otra; si, como lo espero, baxa v. s. á ésta en Noviembre próximo, formará un concepto muy diverso de las fuerzas y medios de defensa de la Luisiana, del que tubo quando la visitó v. s. durante el gobierno de mi antecesor D. Esteban Miro; no tengo la menor dificultad de responder sobre mi cabeza de ella, mediante que se me envíe el refuerzo que he solicitado, de dos regimientos y una compañía de artillería, y espero que bloqueado Kentucky y los demás establecimientos del Oeste, pues que no les quedará salida alguna para sus frutos, los haré arruinar y asolar por los salvages, los que como no debe v. s. ignorar, tengo á mi devoción; ínterin los del Norte, animados por los yngleses, les causarán las mismas depredaciones, siendo indubitable que en pocos años la España los reduciría de esta suerte á implorar la paz que ellos habrían quebrantado; pero siendo este medio el último recurso al que considero que la España deberá acudir, he propuesto á S. M. un convenio igualmente ventajoso á ésta y á la parte del Oeste, el que, si se adopta, vinculará la más constante alianza entre unos y otros, respecto que estrivará ésta en el interés recíproco de las partes contratantes; espero una decisión en Diciembre próximo, con que la venida de v. s. con dos principales caballeros del Kentucky, encargados de poderes para tratar secretamente con la España, será sumamente útil para la pronta conclusión del asunto; bien entendido que la negociación entablada deberá ocultarse al Congreso hasta el momento de divulgarla; estoy persuadido que las ventajas que se harán á los establecimientos del Oueste pasarán sus esperanzas; lo que se requiere y debe v. s. esforzar por ahora, es suspender toda determinación de aquéllos, hasta que queden enterados sus enviados en ésta de lo que la corte hubiere determinado, en el concepto que no pasará de Diciembre la respuesta que aguardo.
Tiempo hace que representé á S. M. lo muy expuesto á una revolución general que quedarían las provincias internas y el reyno de México si se perdiesen los establecimientos de Ilinoa, Nuevo Madrid y Akansas, que se han mirado, hasta esta época, con mucha indiferencia, y celebro que su modo de pensar sea en todo conforme al mío, en quanto á los medios que debemos emplear para cubrir las ricas posesiones de S. M. en las Américas, con el Misisipí y el Misouri.
Si contra nuestras esperanzas se declaran los establecimientos del Oeste por enemigos, no deberá v. s., por motivo alguno, abandonar el Kentucky para retirarse á la Luisiana; bastará que v. s. rehuse todo mando en la expedición destinada contra ella, pretextando las malas resultas que v. s. prevee que ella tendrá; pues que retirado en su casa á una vida privada, podrá servir muy esencialmente á la España, sea por sus escritos, sea por la influencia que le proporcionarán en aquel Estado las sumas que S. M. le hará pasar por sus ministros en Philadelphia; ya tengo propuesto al Rey el aumento de la pensión que v. s. disfruta, hasta los 4. 000 pesos, con el objeto de indemnizarle de la pérdida momentánea que experimentaría retirándose del servicio, sea en su carrera militar, sea en sus sueldos; en el ínterin que reciba la Real aprobación, envío por su agente Mr. Owen, 6. 000 pesos, y si el nuevo intendente D. Francisco Rendón, que esperamos por instantes, no trahe instrucciones contrarias de la Corte, Mr. Collins le llevará por mar otros 6. 000, que completarán los ocho que v. s. pide, para satisfacer los gastos hechos para conseguir la disolución de la expedición francesa sobre el Ohio, y los quatro restantes serán á qüenta de la pensión concedida por S. M.; á su venida á ésta en Noviembre, supliremos lo que las circunstancias hubieren exigido de más, como también los gastos de los dos sujetos que v. s. traxere para tratar de los asuntos de esos establecimientos; quisiera que la elección recayese sobre los Sres. Sebastián é Innes, á quienes puede v. s. asegurar de mi parte que sus servicios quedarán premiados á su llegada á éstas, con pensiones equivalentes. Pero la proposición que v. s. hace de admitir al servicio del Rey 16 oficiales, actualmente empleados en el exército del mando del general Wayne, no me parece admisible, respecto que disgustaría infinitamente esta preferencia á muchos oficiales de milicias, tanto americanos é yngleses, como colonos, que se han empleado con succeso en las guerras anteriores, los que tenemos más que nunca muchos motivos de contentar.
No hallo inconveniente alguno en que v. s. se valga del pretexto de remitir harinas á los almacenes del Rey, para hacerme pasar algunas noticias importantes, con tal que no pase de mil barriles el total de los envíos y que sean éstas de primera calidad; se pagarán por el Rey á razón de ocho pesos el barril; espero que la contrata hecha con los señores Lapus y Tardiveau para la construcción de dos molinos sobre un nuevo modelo en Nuevo Madrid é Ilinoa, nos pondrá en estado de pasarnos de las harinas extranjeras dentro de pocos años, lo que aumentará la agricultura de la Luisiana é impedirá la salida de una porción considerable de dinero.
Quedaré sumamente complacido si se me proporciona la ocasión de hacer su conocimiento, respecto que nuestro modo de juzgar de las relaciones políticas de estos países es absolutamente conforme, sea respecto á los ingleses, sea en quanto á los Estados Unidos; pero habiendo hallado S. M. por conveniente separar esta Intendencia del Gobierno, providencia que no me dexa con facultades suficientes para mantenerme con el decoro correspondiente á mi graduación y empleo, espero que su Real bondad, atendiendo á mis justas representaciones, se dignará transferirme á otro destino á fines de este año, motivo que me hace desear que v. s. adelante su venida á ésta, en la que hablaremos íntimamente sobre los demás puntos que encierra su carta, y particularmente sobre el viaje proyectado de España, por no permitir el papel más explicaciones tan difusas como indispensables. Nuestro señor guarde á v. s. muchos años. Nueva Orleáns, 6 de Agosto de 1794. — El Barón de Carondelet,
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