1877-1963
Nace el 10 de marzo de 1877, en Morelia, Michoacán. Estudia en el Colegio de San Nicolás en Morelia y se traslada a la ciudad de México para cursar la carrera de ingeniero topógrafo e hidrógrafo. Vuelve a Michoacán y en 1910 se une al movimiento maderista con Joaquín Mass. Como diputado de la XXVI legislatura sufre encarcelamiento al triunfo del cuartelazo de Huerta. Se adhiere al constitucionalismo y alcanza el grado de coronel. Viaja a Estados Unidos para hacerse cargo de la impresión de papel moneda. Diputado al Congreso Constituyente de 1916. En 1917 es nombrado gobernador de su estado natal Michoacán, cargo que ocupa hasta 1920 cuando se une al Plan de Agua Prieta encabezado por Calles. Es secretario de Comunicaciones y Obras Públicas en los gobiernos de De la Huerta y Obregón. Renuncia por fricciones con el secretario de Relaciones Exteriores Alberto J. Pani. Es Comisionado especial de la Secretaría de Fomento para el estudio de los sistemas de irrigación de Europa, Asia y África. Vive en España sin cargo alguno, hasta que en 1925 representa a México ante Alemania y en 1926 ante Brasil.
El 4 de marzo de 1929 durante la convención organizadora del Partido Nacional Revolucionario, Calles lo impone como el primer candidato presidencial del nuevo PNR. Su designación se califica como “madruguete” porque se daba por hecho de que Aarón Sáenz, obregonista, sería el elegido. En sus Memorias escribe el propio Ortiz Rubio: “(Calles) me pidió que aceptara ser Precandidato a la Presidencia por el Partido por él organizado, compitiendo con Sáenz para el que me dio a entender que la mayoría tal vez no lo aceptaba y había el peligro de disolución de la familia revolucionaria; que yo estaba en condiciones excepcionales para encabezar el partido por mi ausencia del país de muchos años y mi ningún compromiso político con las facciones reinantes... Me entregaba, en caso de mi triunfo, un grupo completamente adicto a él, más bien dicho servil a Calles, y era de presumirse lo difícil de manejarlo. Pero no había más remedio: acepté ser candidato de su partido y tenía que cumplir mi compromiso.”
Inicia su campaña el 26 de mayo de 1929 en el estado de Hidalgo, sus competidores son José Vasconcelos, nominado por el Partido Antirreeleccionista que hacía campaña desde enero, el general Pedro Rodríguez Triana por el Partido Comunista, y Gilberto Valenzuela y Antonio I. Villarreal, que se levantan en armas con la “revolución escobarista” que interrumpe el proceso electoral.
Derrotados los rebeldes por el general Calles, se reinician las campañas electorales. El 17 de noviembre se realizan las elecciones en las que sale triunfante Ortiz Rubio, con 1,947,848 votos (93.55%), seguido de Vasconcelos del Partido Antirreeleccionista y Democrático Nacional con el 5.32% de la votación y de Pedro Rodríguez Triana del Bloque de Agrupaciones Obreras y Campesinas-Partido Comunista (0.11%). Pero las elecciones son calificadas por Vasconcelos como fraudulentas. Al respecto, Javier Garcíadiego (La Campaña de 1929: el mito del fraude) señala que Ortíz Rubio ganó porque contó con un partido, el naciente PNR, que tenía presencia en todo el país, con una mejor estructura organizativa y un discurso moderado tras el ambiente de violencia generado por los asesinatos de los generales Gómez, Serrano y Obregón, así como por la cristiada, que atrajo a un mayor número de electores que deseaban la paz; asimismo, “tuvo a su favor la activa y fructífera labor de todo el aparato político nacional: gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales y hasta caciques”, además del ejército, y de las organizaciones obreras y campesinas. “Los resultados oficiales, que asignan casi 94% de los votos a Pascual Ortiz Rubio y sólo poco más del 5% a José Vasconcelos parecen verosímiles”.
Declarado presidente electo, en los últimos días de diciembre, Ortiz Rubio visita los Estados Unidos y se entrevista con el presidente Hoover y el gerente de la Standard Oil. Ofrece detener el agrarismo e impulsar las inversiones privadas lo cual fue bien recibido por el gobierno norteamericano y la banca internacional.
Toma posesión el 5 de febrero de 1930 y hace un llamado a sacrificar las pasiones y procurar el porvenir de la patria: “El movimiento social es un hecho consumado y la única forma posible de servir al país es hacer en lo sucesivo una labor constructiva, basada en una elevación de miras... Hay que hacer una patria mejor para todos los mexicanos; disfrutemos de la dignidad de ser hombres, logrando la coordinación de todas las clases”.
Al subir a su auto en Palacio Nacional, Ortiz Rubio es agredido por Daniel Flores y recibe un disparo en la mandíbula sin consecuencias graves. Se realizan numerosas aprehensiones y cerca de un mes después se descubren más de cien cadáveres de vasconcelistas en Topilejo, entre los que se encuentran los del general León Ibarra, del ingeniero Ricardo González Villa, de Roberto Cruz Zequera y J. López Aguilera. El ingeniero Victorio E. Góngora, presidente del Partido Antirreeleccionista protesta porque varios de sus miembros hallados muertos fueron sacados del cuartel del 51ª Regimiento al mando de Maximino Ávila Camacho. El 22 de abril de 1932, Daniel Flores será encontrado muerto en su celda de la Penitenciaría del Distrito Federal. En sus Memorias Ortiz Rubio escribió que “el atentado se fraguó por gente de Calles, con la complicidad de Vito Alessio Robles, líder vasconcelista, y la complacencia de algunos callistas adictos a Portes Gil, como Marte R. Gómez.”
Sin embargo, Ortiz Rubio forma su gabinete con callistas como Amaro, Puig Cassauranc y Luís León, así como con obregonistas de la talla de Portes Gil y Aarón Sáenz. Durante menos de dos años, encabeza un gobierno débil, vacilante, reaccionario y represor del agrarismo. Esta situación de crisis se observa en el congreso, en el gabinete y en el partido oficial. Para Lázaro Cárdenas lo que ocurre es que Calles no alcanza a disciplinar al grupo que se considera presidenciable y que son los que hacen política debilitando al gobierno de Ortiz Rubio e infunden temor en Calles de supuestas traiciones. Así, el 14 de octubre de 1931, el presidente tiene que entregar la Secretaría de la Defensa al mismo Calles y dejar al callismo los puestos en el gabinete que ocupaban Almazán, Cárdenas y Cedillo.
En este contexto, los logros de Ortiz Rubio son exiguos. El 26 de septiembre de 1930, hace pública la llamada Doctrina Estrada, que sustenta la tesis de no intervención y autodeterminación de los pueblos. El 1º de mayo de 1931 establece relaciones con la República Española y México ingresa a la Liga de las Naciones el 12 de septiembre del mismo año. Ratifica la libertad de cultos, decreta la Ley Federal del Trabajo, divide la península de Baja California en dos territorios, incorpora el territorio de Quintana Roo a Yucatán y Campeche, inaugura la carretera México-Laredo, y amplía la red telefónica. Asimismo, declara la desaparición de poderes en Colima, Durango, Guanajuato y Nayarit para solucionar problemas políticos en esas entidades. En este mismo año, el PNR, su partido, crea la radio XEFO para difundir su doctrina, informar de las actividades de sus gobiernos y llevar al proletariado los beneficios de la cultura.
Pero los efectos negativos de la crisis del capitalismo norteamericano en 1929 que provoca en México la contracción económica, la devaluación de la moneda y el desempleo masivo, reducen aun más las posibilidades de actuación del gobierno. De modo que en enero de 1932, Ortiz Rubio se ve obligado a solicitar al Congreso la suspensión de pagos de la deuda externa durante dos años.
El 20 de enero de 1932, Calles obliga a Ortiz Rubio a entregar las secretarías que desempeñaban Luís Montes de Oca, Genaro Estrada y Aarón Sáenz. La manifiesta subordinación de Ortiz Rubio a Calles provoca la burla popular que lo tacha de “nopalito” (por baboso) y hace mofa del mismo: “el que vive en esta casa/ es el señor presidente, pero el señor que aquí manda/ vive en la casa de enfrente”. El 30 de julio siguiente, Calles renuncia al gabinete y designa como su sustituto al general Abelardo Luján Rodríguez, quien está destinado a suceder a Ortiz Rubio. Para manejar el proceso de sustitución, Calles nombra presidente de la Cámara de Diputados a Melchor Ortega y presidente del Colegio electoral a Luís L. León.
Habiendo cumplido el plazo para que el Congreso pudiera designar un presidente sustituto, sin convocar a elecciones, y ante el descrédito de su gobierno supeditado al jefe máximo Calles, Ortiz Rubio presenta su renuncia el 2 de septiembre de 1932 “para que con mayor unidad de acción en el futuro –ya que no de pensamiento- se logren plenamente las altas finalidades que todos perseguimos”. Después escribiría en sus Memorias: “me convencí de que, o acudía a la violencia para imponer mi autoridad, o renunciaba; a pesar del apoyo militar que tenía, resolví lo segundo, porque dados los elementos con que contaba el enemigo tendría que ofrecer seria resistencia y se podía provocar una nueva guerra civil”. Parte a bordo del Tren Olivo al exilio a los Estados Unidos, en donde permanece hasta 1935.
A su regreso el presidente Cárdenas lo designa director de Petromex, hoy PEMEX.
El 7 de diciembre de 1961, el presidente López Mateos lo nombra representante del gobierno en el Patronato de la Asociación Nacional de Ingenieros y Arquitectos de México.
Muere en la Ciudad de México el 4 de noviembre de 1963.
Escribió La Revolución de 1910 Apuntes Históricos, Memorias de un penitente, Apuntes geográficos del Estado de Michoacán, Historia de Michoacán y Memorias.
Para Lázaro Cárdenas (Apuntes) Ortiz Rubio “no fue irresponsable en la Primera Magistratura del país; fue un patriota que vio unidos a los políticos que inclinaban en su contra al propio general Calles y sabia que un rompimiento público con el general Calles provocaría la guerra civil; guerra que sería sangrienta por los irresponsables influyentes que formaban la oligarquía política, viciosa y claudicante de la Revolución.”
Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.
Efeméride. Nacimiento 10 de marzo de 1877. Muerte 4 de noviembre de 1963.
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