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Autora: Doralicia Carmona Dávila.

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

 


 
 

 


 


Escobar José Gonzalo

1892-1969

Nació en la ciudad de Mazatlán Sinaloa, en 1892. Desde 1911 se unió al movimiento revolucionario y en 1913 se integró al ejército carrancista en contra de la dictadura huertista. Pronto destacó como militar: dos de sus acciones de guerra más relevantes fueron las dos derrotas que infligió a Francisco Villa entre 1914 y 1915, y que fueron importantes para el triunfo de la causa constitucionalista. También se encargó de la campaña en contra de los indios mayos en Río Fuerte, además de que llegó a ser jefe de operaciones en varios estados de la República.

En la coyuntura de la elección presidencial de 1920 se adhirió al Plan de Agua Prieta; al triunfar el grupo sonorense, representó al presidente Adolfo de la Huerta en la rendición de Francisco Villa. Sin embargo, más adelante combatió a la rebelión delahuertista, campaña en la que obtuvo una victoria en la batalla de Palo Verde y participó en la toma de Ocotlán bajo las órdenes del general Joaquín Amaro.

Por sus indudables méritos militares, en octubre de 1927, Escobar fue ascendido al rango de general de división. Justamente en ese año combatió la rebelión del general Arnulfo R. Gómez, a quien derrotó, apresó y ejecutó en Teocelo, Veracruz.

Pese a haber combatido varias rebeliones, en ocasión de otra sucesión presidencial, en este caso la de 1929, encabezó la suya propia en un movimiento que llamó “Renovador”. El levantamiento contra el gobierno de Emilio Portes Gil se realizó bajo la bandera del Plan de Hermosillo y en apoyo de la candidatura presidencial del licenciado Gilberto Valenzuela, el 3 de marzo de 1929, justo el mismo día en que se fundaba el Partido Nacional Revolucionario PNR.

En el Plan quedó asentado que el motivo de la sublevación era el descontento provocado por el predominio del expresidente Calles, cuya “sed insaciable de poder y de riqueza lo ha convertido en el gran maestro de la mistificación y de la farsa...el judío de la Revolución Mexicana”, que ha hecho de la política un “mercado vulgar en donde se cotiza todo, desde la moral y la ley escrita, hasta el honor y la dignidad del ciudadano... responsable verdadero e indirecto” del asesinato de Obregón. Se acusó al presidente Portes Gil de ser “el instrumento ciego” de Calles. Y se expresó el propósito de acabar su influencia y su intención de “seguir imponiendo el capricho de su voluntad sobre la Ley, sobre las instituciones y sobre la voluntad suprema del Pueblo...imponiendo en la Presidencia de la República, por la fuerza de las bayonetas y del crimen, a uno de sus títeres, a uno de sus instrumentos, a uno de los miembros de su farándula (Ortiz Rubio).” Los rebeldes llegaron a reunir unos 17000 soldados y oficiales (28% del ejército nacional).

Como Jefe supremo del Ejército Renovador, Escobar lanzó dos decretos: uno en el que disponía la no reelección presidencial y otro en el que derogaba las leyes que regulaban las actividades del clero. Asimismo, estableció consulados en varias ciudades norteamericanas.

El presidente Portes Gil declaró que los principales generales alzados le habían ofrecido fidelidad y nombró al general Calles, secretario de Guerra y Marina, en sustitución del general Joaquín Amaro, quien renunció por motivos de salud y salió a Estados Unidos a curar su enfermedad de la vista.

No obstante que los alzados tomaron algunas plazas como Monterrey, Veracruz y Torreón, y la rebelión tuvo fuerza al ser apoyada por generales de la talla de Francisco R. Manzo y Fausto Topete en Sonora, Roberto Cruz en Sinaloa, Jesús M. Aguirre y Miguel Alemán González en Veracruz, Francisco Urbalejo en Durango y Marcelo Caraveo en Chihuahua, fueron derrotados después de tres meses de lucha y más de dos mil muertos, por el general Calles, quien dirigió contra ellos tres divisiones y fuerzas irregulares de campesinos de la Liga Nacional Campesina y del Partido Comunista Mexicano.

Calles logró así la depuración del ejército y de la marina, en los cuales sólo quedaron los oficiales leales al régimen institucional propiciado por él. El resto murió en campaña, fue fusilado o salió al exilio. A partir de entonces, los generales políticos de la revolución no volvieron a tener la capacidad suficiente para aspirar a tomar el poder.

Irónicamente, de ese movimiento escribió don Luis Cabrera: “Esta rebelión, que se conoce con el nombre de la ‘rebelión ferrocarrilera y bancaria’, fue más sencilla que la de 1923, pues se redujo a que los alzados cogieran el dinero de los bancos y se retiraran a Estados Unidos por la vía del Central y por la vía del Sud Pacífico, respectivamente, destruyendo las comunicaciones ferrocarrileras”. En alusión a que durante su estancia en Monterrey los rebeldes se llevaron un millón de pesos del Banco de México.

Tras su derrota, Escobar partió a los Estados Unidos y luego pasó a Canadá, en donde llegó a presidir la Asociación Canadiense Interamericana. Regresó amnistiado al país en 1943, y se retiró del ejército. Falleció en la ciudad de México en 1969.


Doralicia Carmona: MEMORIA POLÍTICA DE MÉXICO.

Efeméride 1892- 1969