Febrero 15 de 1995
La crisis financiera de México es un caso que hay que tratar. Reconozco que esta noche no es la ocasión para hacerlo, pero tenemos que actuar, no por el pueblo mexicano sino por consideración a los millones de estadounidenses cuyas expectativas están ligadas al bienestar de México. Si queremos asegurar el trabajo de los estadounidenses, preservar las exportaciones y salvaguardar nuestra frontera, entonces debemos aprobar su programa de estabilización y contribuir a que México recupere su estabilidad.
Ahora permítanme reiterarles: no es un préstamo, no es una asistencia internacional, no es ayudarlos a salir del apuro. Estaremos dando una garantía como cosignatarios de una nota con beneficios colaterales que cubrirán nuestro riesgo.
Esta legislación actúa con derecho para América. Es por ello que los líderes de los dos partidos representados la han apoyado. Yo espero que el Congreso apruebe rápidamente esta asistencia. Está dentro de nuestro interés y se los podemos explicar al pueblo estadounidense, porque los vamos a hacer de manera correcta.
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