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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1988 Llamamiento al pueblo de México. Cuauhtémoc Cárdenas.

Octubre 21 de 1988

 

México, DF, 21 de octubre de 1988

Por la Organización del Partido de la Revolución Democrática

La historia de México es la de la lucha del pueblo por gobernar nuestros destinos y decidir en nuestro país. La Independencia, la Reforma y la Revolución han sido etapas de esa lucha, en la movilización el pueblo superó los regímenes caducos, estableció nuevas instituciones y volvió a fundar la legitimidad de la República y de sus gobiernos.

Estamos nuevamente ante una de esas fronteras de nuestra historia. El 6 de julio el pueblo mexicano votó por la igualdad, por la justicia, por la libertad y por cambios democráticos en el régimen político imperante. Ese voto fue ignorado y burlado por el fraude y la imposición.

Si los poderes del continuismo han resuelto pasar por encima de la legitimidad republicana, es nuestra responsabilidad, como mayoría, luchar por reestablecer la vigencia de la Constitución y el respeto a las leyes.

Reiterando el llamado del 14 de septiembre, convocamos a organizar políticamente la gran unidad revolucionaria que se expresó el 6 de julio y que constituirá la garantía de la continuidad de nuestra acción y del triunfo.

México requiere que formemos una organización que sea la expresión política del cambio social y cultural que estamos viviendo, el partido de la democracia, de la constitucionalidad, de la revolución mexicana, de la dignidad del pueblo y del progreso. Necesitamos un partido nuevo que en alianza con todos los partidos y organizaciones democráticas que conquistaron la victoria del 6 de julio, sea expresión de la pluralidad y al mismo tiempo de la inmensa masa ciudadana todavía no organizada. Queremos recoger y prolongar la gran experiencia de auto-organización y defensa de la dignidad ciudadana que han dado y continúan dando los comités cívicos, los organismos de defensa del voto y las múltiples formas con que nuestro pueblo combatió y continuará combatiendo la imposición.

Con nuestra organización mantendremos y defenderemos el programa que levantó el Frente Democrático Nacional y que la mayoría de los mexicanos aprobaron con su voto. Mantendremos y consolidaremos el propio Frente. Ganaremos elecciones y formaremos gobiernos. Reorganizaremos la vida nacional en la política, en la economía, en la cultura, en la soberanía de México dentro de la comunidad internacional. Lo haremos abriendo todas las posibilidades para que la sociedad pueda salir de la presente crisis y reorganizarse a sí misma y a sus instituciones en libertad, con tolerancia y con justicia.

Es una responsabilidad ante la nación y ante su historia la que proponemos y nos comprometemos a asumir. Queremos tomarla desde nuestras diferentes ubicaciones, actividades, trayectorias políticas y personales, lugares de vivienda y de trabajo, ante la comunidad nacional y cada una de las comunidades de las que formamos parte. Queremos ir preparando y creando la realidad de nuestra vida social, las ideas y las condiciones para el cambio de régimen y construyendo la nueva legitimidad en la legalidad y en el ejercicio pleno de nuestras libertades.

Nos proponemos promover la democratización de la sociedad y de las instituciones estatales. Defenderemos y haremos respetar el voto ciudadano. Lucharemos por la liberación de los sindicatos y organizaciones de trabajadores, campesinas y populares de toda burocracia corrompida y del corporativismo estatal. Pondremos un alto a la destrucción consciente y sistemática de las instituciones y creaciones de la revolución mexicana: El ejido, la cooperativa, el contrato colectivo de trabajo, el sindicato, la empresa pública en las ramas donde nuestra independencia económica la hace imprescindible. Nos empeñaremos por su mejoramiento integral. No admitiremos paraestatales ineficientes, corrompidas, o innecesarias, fuentes de privilegios para pocos a cargo del sacrificio de muchos. Las empresas privada y social encontrarán insospechadas posibilidades de desarrollo en un Estado en el que habrán de desaparecer la arbitrariedad, la corrupción y la confusión en un claro marco jurídico de respeto y libertad. Terminaremos con el sistema de partido de Estado, con su monopolio de los medios de comunicación y difusión y con el uso ilegal del presupuesto estatal para fines partidarios y privados. Defenderemos e impondremos la independencia de la justicia, la dignidad del individuo, los derechos y garantías consagrados en nuestra Constitución, el cese de toda represión política o ilegal, la separación y la limitación de los poderes del Estado. Combatiremos la corrupción, el privilegio, la injusticia, el despotismo de gobernantes, funcionarios y poderosos, el caciquismo, la arbitrariedad, el uso patrimonial de los fondos públicos. Defenderemos el trabajo de cada mujer y hombre de este país, su tierra, su vivienda, su salud, su empleo, su salario y el derecho de todos los ciudadanos a recibir educación gratuita y eficiente hasta el nivel universitario. Protegeremos los bosques, las aguas, el aire y el suelo mexicano contra la destrucción y el envenenamiento por el afán de lucro y la explotación irracional. Promoveremos la igualdad, la libertad y la solidaridad como valores rectores de nuestra vida ciudadana. Restableceremos los principios originales del federalismo contra el autoritarismo y la absorción del centralismo, y con ellos la plena capacidad de desarrollo y decisión de los estados y regiones del país. Fortaleceremos el gobierno municipal, base de nuestra democracia, y apoyaremos las múltiples iniciativas y capacidades de autoorganización de la sociedad.

La organización de ciudadanos que proponemos construir necesita la capacitad de acción y decisión propias de un partido y la flexibilidad, inventiva y autonomía de sus diferentes componentes, propias de un movimiento. Será una alianza en la cual convergerán, sobre grandes principios comunes, diversas corrientes de ideas, ninguna de las cuales se considera excluyente de las otras: Demócratas y nacionalistas, socialistas y cristianos, liberales y ecologistas. La enorme liberación de capacidades e ideas que está teniendo lugar en la sociedad mexicana es la que determina que ese partido pueda y deba organizarse como una unidad en la diversidad, como un espacio donde sus integrantes puedan, al mismo tiempo, debatir y agruparse para luchar por objetivos comunes.

Queremos que nuestra organización sea un instrumento de la sociedad, y no tan sólo de sus miembros o dirigentes, y para ello tendrán que dar en sus normas democráticas, en su vida interna, en la transparencia de sus recursos, en la autonomía de sus componentes regionales, en la libertad de tendencias y corrientes en su seno, en la unidad y en el respeto a las decisiones colectivas y, sobre todo, en la conducta personal de cada uno de sus miembros, la imagen tangible de aquello que propone para el país y para la sociedad.

Convocaremos a agruparnos en este partido y en este movimiento, a discutir entre todos, sobre estos grandes principios comunes, un programa y un nuevo proyecto nacional. Queremos que el pueblo mexicano decida quién gobierne, cómo se gobierna y para quién se gobierna en su propia patria.

Pedimos a todos los hombres y mujeres que estén de acuerdo con este llamamiento que sumen sus firmas a las nuestras. Fundemos nuestra organización desde abajo y entre todos. Cada ciudadano que agregue su firma a este documento, será considerado miembro fundador e iniciador del Partido de la Revolución Democrática que todos construiremos.

Que millones de mexicanos podamos unirnos para alcanzar en un futuro cercano los propósitos enunciados en el mensaje del 14 de septiembre, que son de todos nosotros:

Recuperaremos los ideales históricos de la revolución mexicana, la vigencia plena de la Constitución y la legitimidad de nuestro gobierno y nuestros gobernantes. Restauraremos la República al fundar sus instituciones nuevas en una cultura política de libertad, racionalidad y tolerancia. Sobre estos cimientos sólidos y profundos, contra el régimen caduco del privilegio y la injusticia del partido de Estado y el corporativismo, de la dependencia y la corrupción, levantaremos una nación de hombres y mujeres libres e iguales ante la ley y ante la vida, una patria democrática y solidaria, un México para los mexicanos todos.

Fuente: Revista de Estudios Políticos. nueva época, vol. 7, número 3, julio-septiembre de 1988. México. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.