México, D. F., agosto 31 de 1984
Manifiesto del CEN del PRI al Pueblo de México, rechazando la política reaccionaria que sostiene el Partido Acción Nacional» en momentos de reafirmación nacionalista y democrática.
El Partido Revolucionario Institucional rechaza abiertamente, con la mayor energía, la conducta reaccionaria que, con la clara intención de provocar divisiones y confusión en momentos de reafirmación nacionalista y democrática, esgrime el partido de la ultraderecha, el Partido de Acción Nacional.
Ante las injurias y desahogos del PAN, nuestro Partido, el Revolucionario Institucional, llama a la memoria histórica del pueblo de México para recordar cuales son los orígenes y la trayectoria de este partido que hoy agrede a las instituciones democráticas de la Nación.
El Partido de Acción Nacional surge en el año de 1939 con un objetivo preciso: representar los intereses políticos de los terratenientes afectados por las reformas cardenistas.
Por definición, el Partido de Acción Nacional ha sido intolerante, desconfiado y agresivo frente a todo camino social. Lo caracteriza su preferencia sistemática por las soluciones políticas y sociales autoritarias.
Con la creación del PAN, las "buenas conciencias" de la sociedad porfirista pretendieron cobrar a la Revolución Mexicana su cuenta pendiente, en el momento en que el programa social revolucionario les golpeaba el bolsillo y la conciencia con la Reforma Agraria, la expropiación petrolera y el laicismo educativo.
No es gratuito que 45 años después, el PAN, defensor a ultranza de los intereses oligárquicos, se muestre irritado ante las medidas del Gobierno Revolucionario para combatir la crisis y ante la constitucionalización del principio de la rectoría del Estado, en materia económica.
El Partido de Acción Nacional ha estado ligado a lo largo de su existencia con las corrientes de origen totalitario de corte derechista y reaccionario en el ámbito internacional. Identificado con la falange franquista en España; partidario de la justificación histórica de la usurpación y el cuartelazo en el Cono Sur; simpatizante de las acciones parapolíticas de grupos de identificación fascista, hoy el partido de la derecha reaccionaria se identifica, por testimonio de sus dirigentes, con la nueva ultra derecha internacional y con grupos extranjeros de clara directriz intervencionista.
Ensoberbecidos por los apoyos obtenidos en el exterior los partidarios de Acción Nacional han decidido en los últimos tiempos declararse agresivamente opuestos a las instituciones democráticas de México, sosteniendo posiciones de insolencia, falta de respeto y ausencia de la más elemental conducta cívica. Desarticulada su acción política por carencia de una estructura nacional, partido “de cúpula”, el Partido de Acción Nacional enfila sus baterías contra el principio toral por el que se encauza el desarrollo integral de México: el Nacionalismo Revolucionario, que enarbola con decisión y energía el Partido Revolucionario Institucional.
Nacionalismo Revolucionario que proviene de la lucha del pueblo mexicano por la Independencia Nacional; que se confirma en la Reforma, se concreta en la Revolución Mexicana y ha quedado plasmado en la Constitución General de la República. El Nacionalismo Revolucionario que es el camino que elegimos los mexicanos para realizar nuestro Provecto Nacional.
Incapaz de articular un programa político que ofrezca alternativas de solución a los grandes problemas nacionales, el Partido de Acción Nacional se constituye en emblema y divisa de intereses de minorías privilegiadas; partidario del retroceso de México hacia fórmulas económicas y sociales que la Revolución Mexicana abolió; aviesamente emboscado para sorprender la buena fe y la tradicional honestidad de nuestro pueblo. Hoy el Partido de Acción Nacional se decide por un claro afán entreguista.
Para los revolucionarios mexicanos resulta claro que el Partido de Acción Nacional no puede ver colmadas sus ambiciones en México. No interesa a los panistas la solución a los problemas del pueblo de México. No interesa a los panistas la instauración de una sociedad igualitaria. No interesa a los panistas la justicia social y el bienestar de los mexicanos. No son estas banderas panistas. Nunca lo serán.
Es el Partido de Acción Nacional quien pidió, en el pasado inmediato, el sometimiento de los procesos electorales nacionales al arbitraje de un organismo internacional. Es el Partido de Acción Nacional el que hoy propugna el sometimiento de la voluntad política de los mexicanos a grupos extranjeros que pretenden extender sus modelos y normas. Es el Partido de Acción Nacional el que históricamente se ha pronunciado en contra de las reivindicaciones populares como el ejido, la Reforma Agraria integral; la expropiación petrolera; el libro de texto gratuito; el régimen de seguridad social para los trabajadores; los programas de vivienda obrera y la rectoría económica del Estado.
El Partido de Acción Nacional añora otro país que no es el nuestro. Con otros estilos y otras costumbres. Con otras formas de hacer política. Con otras formas de resolver sus problemas.
Por todo ello, es el Partido de Arción Nacional el que no resulta confiable para el pueblo de México.
COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL
Fuente: Instituto de Capacitación Política. Historia Documental del Partido de la Revolución. México. Partido Revolucionario Institucional PRI. 13 Tomos. 1987
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