8 de julio de 1976.
¡Libertad de expresión!
Hoy la frecuente embestida contra Excélsior llega a límites nunca antes alcanzados.
Urge informar a la nación: se quiere cumplir cabalmente y pronto una grave agresión al ejercicio de la prensa libre en México.
Se trata de desprestigiar a nuestro periódico y a quienes lo dirigen, presentándolos como enemigos del país.
Los firmantes, periodistas, escritores, profesores, investigadores, artistas y funcionarios públicos participamos en las tareas que se realizan en Excélsior. Nuestro criterio político, a partir del cual analizamos la realidad mexicana e internacional, es vario y múltiple.
Sin embargo, tenemos una convicción fundamental: estamos convencidos de que México, sobre todo en ausencia de instituciones donde se examinen críticamente los asuntos públicos, necesita un periódico que dé cabida al pensamiento libre y verdaderamente patriótico.
Excélsior ha logrado ser medio de información de los acontecimientos y situaciones que configuran nuestra realidad, y foro abierto a los que examinan y enjuician con buena fe esos mismos acontecimientos.
Con eso ha conquistado Excélsior respeto y simpatía de vastos sectores nacionales, pero también la irritación de quienes suponen que la función de la prensa es servir a los poderosos y adularlos, y ocultar a los mexicanos la realidad nacional.
Sin ignorar que el Excélsior de hoy es fruto de una tarea colectiva, resultado de los afanes de sus trabajadores, afirmamos aquí nuestra adhesión a Julio Scherer García y Hero Rodríguez Toro, cuya dirección y cuya gerencia responden enteramente a nuestra exigencia de un periodismo responsable y libre, único de veras útil a la sociedad mexicana.
Si esta situación se modificara de modo ilegítima, no estaríamos dispuestos en forma alguna a continuar nuestra colaboración en las páginas de Excélsior.
México, D.F., 8 de julio de 1976.'"
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