Diciembre 15 de 1971

Las bases de un régimen democrático reclaman un reconocimiento de los derechos individuales y sociales del hombre, incluidos en primer término sus derechos políticos, y un sistema legal que garantice por parte del Gobierno ese respeto.

Hace falta educación en el pueblo, en los partidos y en el Gobierno, para acabar con el primitivismo de nuestra vida política. La oposición en la Democracia no existe porque lo permita el Gobierno ni es un obstáculo para el progreso, ni paraliza el derecho; la oposición es esencia misma de la democracia, porque se funde en la hetereogeneidad del conglomerado social y se justifica su existencia y utilidad, no sólo por su función crítica y de vigilancia, sino por sus aportaciones programáticas. -Hace falta entender a la oposición no como peso muerto que obstaculiza la labor del Gobierno, sino como fuerza dinámica.

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La unidad nacional no se logra en la unanimidad ovejuna, sino en el pluralismo democrático que reclama una oposición respetable y respetada.

Después de 60 años de regímenes que se autocalifican de Revolucionarios, los problemas fundamentales de México cada día crecen y se multiplican. La habitación, el vestido y el alimento del pueblo cada día es más deficiente; el problema educacional se agudiza, el de trabajo alcanza ya proporciones alarmantes; el costo de la vida aumenta considerablemente; la situación del campo se torna cada vez más sombría; la drogadicción se generaliza, la distribución de la riqueza es más injusta; la deuda exterior se agiganta; la intervención norteamericana hace letra muerta nuestra soberanía y la infiltración comunista avanza... lo anterior demuestra que ha sido traicionada la Revolución, o al menos que han sido incapaces los gobiernos revolucionarios de satisfacer las demandas del pueblo,

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En todos los sectores se percibe el descontento, flota la desconfianza y se viene generalizando la idea de la violencia reivindicadora. No creemos que ésta sea la solución pero pensamos que la realidad impone una disyuntiva: apertura democrática del Gobierno que permita los cambios radicales que reclama el México de hoy, con una oposición dinámica y genuina que comparta la responsabilidad y contribuya en la restructuración de nuestra patria, o el asalto, el secuestro, el crimen, en una palabra la guerrilla como estilo de convivencia.

El Régimen tiene la palabra. Acción Nacional ha luchado democráticamente en un ambiente antidemocrático y está recibiendo la respuesta de las nuevas generaciones.

Fuente: Revista La Nación. Órgano del Partido Acción Nacional PAN. Diciembre 15 de 1971.