Documento sin fecha encontrado por Jacinto Rodríguez Murguía en el Archivo General de la Nación.
Como complemento de este capítulo y para acentuar la necesidad de que el PRI disponga de un instrumento organizado técnicamente que desarrolle en su favor una propaganda institucional y no incidental, se consigna esta idea: “por la acción de la propaganda política podemos concebir un mundo dominado por una Tiranía Invisible que adopta la forma de un gobierno democrático”.
Bajo esta condición, una democracia como la mexicana puede obtener niveles de control popular equivalentes a los que lograría por la violencia y el terror, una dictadura que solamente pudiera ofrecer a la ciudadanía espejismos y abstracciones
El control de la opinión pública en un régimen totalitario es elemental. -La propaganda política de una democracia no puede y no debe imitar la del estado dictatorial pero sí aprenderle muchas cosas: fe en sus recursos; persistencia en la acción; rapidez para proceder en los conflictos; interés por todos los problemas políticos, sean éstos reducidos o gigantescos, y otorgar a todos el mismo trato urgente-- y a cambio en una democracia, como quedó dicho, se complica y en ocasiones resulta imposible.
Las dictaduras reprimen por la fuerza las ideas y las expresiones populares. En un gobierno democrático, este control debe alcanzar calidad de arte, toda vez que intente manejar ciudadanos libres, capaces de resistirse a la acción de las autoridades y capaces también de llevar el contagio de su resistencia a los demás.
… No obstante esta rápida selección de los métodos -todas las formas de la palabra escrita para los mejor dotados; imágenes gráficas, los usos audibles y visuales de la radio, la tv y el cine para los menos capacitados- que influyen los diferentes sectores políticos para obtener resultados colectivos, la Propaganda política debe utilizar todos los vehículos de difusión: Prensa, Radio, Cine, Televisión, Teatro, Ediciones Institucionales, Carteles y Relaciones Públicas.
“HACER” propaganda es sustancialmente, crear y dirigir la opinión pública; penetrar la indiferencia del sujeto y motivarle las reacciones convenientes; llevarlo a que adopte la conducta prevista sin que busque en sí mismo ninguna razón del porqué actúa DE ESE MODO.
Es pues, un método de conducir razonadamente -se utiliza el adjetivo porque el caudillaje de las masas cuando éstas se violentan y transgreden las normas habituales de la comunidad “Revueltas o revoluciones, motines, disturbios de magnitudes diferentes”, no puede entenderse como conducción razonada sino, obediencia a la voluntad de la mayoría y por ése uso hace posible “fabricar” generaciones obedientes a un estilo, a una filosofía, a una moral adecuados a los intereses del Estado.
ES PRUDENTE DISTINGUIR LOS TÉRMINOS PROPAGANDA Y PUBLICIDAD: Publicidad es el conjunto de técnicas de efecto colectivo utilizadas en beneficio lucrativo de una empresa. La Propaganda, ya se dijo, intenta la adhesión, la concurrencia simpática de la ciudadanía a un sistema de gobierno.
La evaluación de que todo un país piense, actúe, sienta de UN MODO, sobrecoge por las inmensas posibilidades que advierte tal control emotivo y dinámico.
Un pueblo identificado con un propósito de grandeza nacional, sin disidentes de opinión y conducta, es una masa imposible de frenar, una fuerza que en vez de acompañar a la historia, la hará en la medida que aparentemente le convenga. Esta medida, en realidad, se le sugiere el sistema que conocemos con el nombre de PROPAGANDA.
Dentro de las limitaciones que para el uso de la propaganda política impone el derecho y la moral mexicanas, los anteriores puntos de vista podrían quedarse en simple tesis.
Esto se entiende: La propaganda política a menos que se acompañe de controles estrictos y severos -y en ocasiones crueles- tiene un ámbito reducido de acción y una permanencia muy discutible en el ánimo del sujeto.
Para que la propaganda política se instale con carácter permanente en el subconsciente del ciudadano y ahí adquiera condición de hábito mental, precisa que nada ni nadie la contraríen.
La propaganda que se discute es la mitad de eficaz. Si es aceptada por unos y rechazada por otros, será más estéril que fecunda. Por eso, su acción integral obliga el control de la prensa, del radio, la TV y el cine: para que ninguno de estos vehículos de difusión discrepen con el sentido que se le impuso. Si una idea política suscita la crítica de cualesquiera de los instrumentos señalados, ninguna propaganda podrá obtener calidad de norma o de idea aceptada por todos.
Democráticamente hablando, tales controles no son posibles. De ahí que la propaganda en México se limite a ser una suerte de estímulo, de excitante de la opinión pública, sujetos a temporalidad y en modo alguno a permanencia definitiva.
No obstante la propaganda política en México puede avanzar las más altas metas si se apoya en hechos y en realidades que el ciudadano puede testificar. Su transformación de elemento pasivo a elemento dinámico -antes fue sujeto de cultivo subconsciente; ahora es testigo consciente-- magnifica las posibilidades de la propaganda política.
Bajo esta condición, una democracia como la mexicana puede obtener niveles de control popular equivalentes a los que lograría por la violencia y el terror una dictadura que solamente pudiera ofrecer a la ciudadanía espejismos y abstracciones.
Advertida la temporalidad que tiene la propaganda en la opinión pública, se hace necesario obtenerle una residencia artificiosa, sutil, en la vida diaria del sujeto; acomodarla a su “gusto”, a sus “hábitos”, a su “idiosincrasia”. Óptica psicológica, social, política, orgánica y mentalmente, el ciudadano debe tropezarse con la propaganda a cada paso de su vida privada y de su vida de relación cotidiana.
VIDA PRIVADA. Lecturas -prensa, libros, folletos, impresos en general- Tv, radio.
VIDA DE RELACIÓN COTIDIANA. Espectáculos, reuniones, perspectiva urbana, carteles, displays, rótulos, banderolas, murales, etc.
Para ser eficaz, la propaganda tiene que adoptar “el lenguaje” del grupo que se quiere controlar. No es posible que un solo tipo de propaganda política afecte por igual a todos los grupos sociales, constituidos por individuos de cultura y sensibilidades diferentes. La propaganda política, más que ninguna, debe alcanzar elevada especialización técnica y profesional para no equivocar las reacciones aisladas y colectivas de los diferentes sectores humanos.
Ningún país del mundo ignora la fuerza -aún limitada si no se practican controles estrictos de los instrumentos de difusión- que la propaganda política representa en el desarrollo pacífico, armónico, de su gobierno. No basta que un Estado trabaje arduamente en beneficio de los gobernados si estos ignoran la cuantía del esfuerzo.
La fuerza de un gobierno se cimienta en el conocimiento que adquiere de su administración la ciudadanía. La fuerza de un gobierno, pues, se funda en la opinión pública. Cuando ésta falta, un gobierno carece de poder y, por consiguiente, no puede interpretarse como tal.
Aun cuando su acción no satisfaga plenamente los cálculos, el ablandamiento psicológico que se obtiene con la propaganda política, es de obra suficiente y valiosa para obligar su costumbre institucional. Esto no ha sido comprendido cabalmente por el Partido Revolucionario Nacional, que solamente utiliza la propaganda cuando se enfrenta a crisis o problemas incidentales.
Este vicio o desenfado, peligrosísimo, tiene una desventaja: quienes son requeridos para “elaborar” al vapor un sistema de propaganda que alivie tales problemas, se ven obligados a proceder así nomás, al vapor, arriesgando el éxito y, acaso, acentuando más el conflicto.
Como complemento de este capítulo y para acentuar la necesidad de que el PRI disponga de un instrumento organizado técnicamente que desarrolle en su favor una propaganda institucional y no incidental, se consigna esta idea: Por la acción de la propaganda política podemos concebir un mundo dominado por una Tiranía Invisible que adopta la forma de un gobierno democrático.
El control de la opinión pública en un régimen totalitario es elemental. –La propaganda política de una democracia no puede y no debe imitar la del Estado dictatorial pero sí aprenderle muchas cosas: fe en sus recursos; persistencia en la acción; rapidez para proceder en los conflictos; interés por todos los problemas políticos, sean estos reducidos o gigantescos, y otorgar a todos el mismo trato urgente- y a cambio en una democracia, como quedó dicho, se complica y en ocasiones resulta imposible.
Las dictaduras reprimen por la fuerza las ideas y las expresiones populares. En un gobierno democrático, este control debe alcanzar calidad de arte, toda vez que intente manejar ciudadanos libres, capaces de resistirse a la acción de las autoridades y capaces también de llevar el contagio de su resistencia a los demás.
Se vuelve, de este modo, a la necesidad de diversificar la propaganda política, de pluralizar sus formas, como único medio de impactar coeficientes apreciables de ciudadanía -todos votan y todos opinan- pertenecientes a sectores antagónicos en cultura, ámbito moral, economía, etc.
No es suficiente, por la creciente interrelación social y política de los grupos constitutivos de la sociedad, controlar la opinión aislada de una “Elite” sino la opinión aislada y colectiva de la ciudadanía toda.
Los instrumentos seleccionados para divulgar quién, cómo piensa, qué aspira hacer en la vida del país un partido, importan menos que la tesis con que se le caracterice y signifique.
La propaganda política debe adoptar como tesis -en el caso de la democracia mexicana- el uso de la verdad. Hay una verdad evidente en la afiliación ciudadana. Y otra en su solidaridad.
El PRI está sobrado de premisas que manejar para suscitar la emoción, la simpatía, la comprensión generales. La técnica pues, el “Leit Motiv” de la propaganda política en el estado mexicano debe ser la verdad como compromiso.
Pero esta tesis debe ser expuesta de múltiples maneras. La propaganda política en México debe adoptar formas diversas: no se puede influir lo mismo a un hombre maduro que a un joven de incipiente ciudadanía; a una mujer dedicada a las labores hogareñas que a otra que se desempeña laboralmente bajo condiciones contractuales. Para ser eficaz, la propaganda política debe condicionarse al grupo que se desea influir; al “idioma” que acostumbre éste.
Es prudente, por eso, revisar los métodos acostumbrados en materia de propaganda política. En México éstos no han sido modificados por el tiempo. Los desplegados en la prensa apoyados por organizaciones de todos calibres; los apoyos entusiastas en las centrales obreras y campesinas a un determinado acto; los folletos de textos complicados y exaltada fraseología, los carteles que van de lo barroco a lo folklórico en una gama insistente -obreros vistiendo “overall”, con puños cerrados, banderas al viento, imágenes de surcos, turbinas y engranes; torres petroleras, apuntes abstractos de rostros campesinos, etcétera- y fatigosa; las “mantas” en ocasión de actos populares, los banderines y los distintivos, todo un racimo de efectos tan estériles como gastados vienen siendo desde hace mucho tiempo las formas más audaces de la propaganda política mexicana.
Esta revisión lleva a insistir sobre la necesidad de que la propaganda política -éstas que pueden calificar de “Bulto”, deben modificarse con la mayor urgencia- se tecnifique. Para realizar, pongamos por caso un cartel de orientación popular -en el capítulo correspondiente a los carteles se hará extensivo el sentido de estos- no basta imprimir un texto sobre un papel cualquiera y fijarle arbitrariamente. En este caso se utilizarían métodos más razonados:
a) ¿Quiénes viven -obreros, empleados, intelectuales, estudiantes, etc. -la zona donde va a ser fijado el cartel? Los textos de éste deben condicionarse a la mentalidad, el “lenguaje” de los grupos dominantes en ese sector.
b) Con respecto al medio físico -edificios, paredes, ventanas, calles angostas o amplias- el cartel debe adoptar un tamaño específico, horizontal o vertical.
c) Las ocupaciones, el tiempo libre de quienes viven la zona, deben asimismo condicionar el cartel. De acuerdo con esos datos debe éste ser eminentemente gráfico o abundante de textos. Hay grupos que leen, que pueden hacerlo por sobra de tiempo y grupos que simplemente no lo hacen por incultura o por falta de tiempo. Luego los mensajes de un cartel deben pluralizarse; de ninguna manera unificarse. Del mismo modo que las imágenes aumentar o reducirse para obtener la atención popular.
Este ejemplo, aislado y pequeño, no ha sido apreciado en su justa importancia psicológica por la propaganda política mexicana. Se trata, es preciso insistir en esta premisa dominante, de habituar en el ciudadano una idea, un mensaje, una moral, un modo de pensar; incorporarle una reacción subconsciente; conducirlo al encuentro de un juicio prefabricado y de crearle una actitud compulsiva que influencie a otros individuos. Los estímulos que la propaganda política -en el caso muy concreto del cartel- mueve dentro del sujeto son elementales; muy probablemente los que caracterizaron su infancia y prepararon su conciencia cívica: el orgullo patrio; el amor a la familia; el culto a los hijos... temas que de común forman parte de las ideas políticas de un gobernante.
Otras premisas que es necesario adelantar al catálogo de medios y procedimientos de la propaganda política son los siguientes:
a) La palabra impresa requiere para su acción una población más ilustrada que la palabra hablada.
b) La palabra impresa ejerce una autoridad institucional sobre el pueblo. La gente acepta fácilmente lo que lee en los diarios, los artículos y los impresos en general.
c) Lo que se “fotografía” se acepta generalmente como verdadero.
d) Las ideas que obtienen mayor eco -repetición de labio a labio—son las que se difunden por medio de la radio y la tv.
e) Esto último tiene una explicación psicológica: el desconocimiento general de qué son exactamente un radio y un televisor y cómo se opera el milagro del sonido y la imagen. Esta ignorancia crea en quien oye y ve una noticia, un asombro -un fetiche, pese a lo exagerado del término- subconsciente que mueve la credulidad inmediata. Además, la decisión, el “aplomo” de los locutores, la simpatía que de común inspiran al público propicia el acto de fe.
f) La propaganda política debe manejar asuntos de fácil comprensión y rápida asimilación popular. Como las masas son de lenta comprensión, debe repetírseles el mismo mensaje insistentemente.
g) La insistencia en los mensajes no quiere decir repetición fiel una y otra vez. Dado que se buscó la sencillez, es lógico suponer que a fuerza de repetirlos ya la masa los conoce con abundamiento y que se incurre en el peligro de aburrirla si no se les otorga variedad.
h) No es la repetición constante de un mensaje de propaganda política la que influye a la masa sino su repetición con variantes.
i) La transmisión de las noticias de boca en boca -el fenómeno del rumoreo- es el mejor medio de difusión pública, porque es de todos los instrumentos de propaganda el que mejor activa la imaginación individual y tiende a desorbitarla. Además la idea se siembra y nadie atina a precisar de dónde salió.
j) Un rumor popular, para ser eficaz, debe adornarse con lujo de pormenores para que adquiera una verosimilitud aparente.
k) La propaganda política debe someterse al público a una sucesión de choques, que serán probablemente al principio pequeños, pero que irán creciendo en intensidad hasta que su efecto acumulado obtenga la aceptación plena del propósito.
l) La propaganda política influye en la actitud fundamental del ser humano. En este sentido puede comparársele con la EDUCACIÓN; pero las técnicas que emplea habitualmente y sobre todo, su designio de convencer y subyugar, sin previamente formar, la hacen su antítesis.
m) La propaganda política es una suerte de fe que debe propagarse; una fe ciertamente terrestre, pero cuya expresión y difusión tienen mucho de la psicología y la técnica de las religiones.
n) Sin actos que la apoyen, la propaganda política no pasa de ser un simple verbalismo que crea ilusiones peligrosas en la masa.
o) El hombre moderno está asombrosamente dispuesto a creer (Mussolini).
p) La opinión y los actos de la masa pública son determinados mucho más por la impresión producida en sus sentidos -lo que oye, lo que ve- que por su reflexión.
q) El éxito de la propaganda política radica en el predominio de los conceptos, “fabricados” sobre la meditación. El ciudadano cree primero y raras veces analiza.
r) El “slogan” - Trabajo y Paz, por ejemplo-- es uno de los instrumentos mejor afinados de la propaganda política.
s) Precisa la propaganda política de símbolos para su acción:
1. Símbolo gráfico. Ejemplos: (S. P. Q. R.)
2. Símbolo imagen. Ejemplos: la hoz y el martillo; la cruz de Lorena sobre banderines, banderas, emblemas, insignias, uniformes.
3. Símbolo plástico. Ejemplos: el brazo en alto con el puño cerrado.
4. Símbolo musical. Ejemplos: (himnos, marchas).
t) Partiendo de una actitud CERO, la propaganda política no puede obtener de golpe en las masas un efecto duradero. Hay pues, que irla creciendo bajo observaciones cuidadosas.
u) La propaganda política debe abstenerse, siempre, de manejar en sus mensajes el resentimiento y la amenaza.
v) La mayoría de los hombres desean ante todo, armonizar con sus semejantes. Rara vez quieren perturbar la armonía que reina entre ellos, expresando una idea contraria a la de la generalidad. De lo que se desprende que una gran cantidad de opiniones públicas son, en realidad, conformismos determinados porque el sujeto cree que su opinión está también unánimemente sostenida por quienes lo rodean. La tarea de la propaganda debe ser, entonces, reforzar esta unanimidad y aun crearla artificialmente.
w) Tres son los objetivos de la propaganda política en el sujeto:
1. Reacción fisiológica -impresión visual, auditiva.
2. Reacción psicológica -impresión estética, cromática, intelectual.
3. Reacción subconsciente -impresiones posteriores forzadas por el recuerdo.
y) La propaganda política debe presentarse en forma popular, de tal modo que sus temas no pasen por encima de los menos dotados intelectualmente.
z) En cuanto es un ser interrelacionado, todo hombre es sujeto de propaganda. Sin distinguir en él actitudes intelectuales superiores o mínimas. La influencia de la propaganda política puede afectarla en mayor o menor grado pero de hecho ninguno puede sustraerse a su acción.
Quedó dicho que La Propaganda política debe utilizar formas diferentes para influir a los distintos sectores sociales y los variados grupos de actividad humana. El mundo moderno ofrece una variante generosa de instrumentos que, eso sí, exigen para su aplicación una cuidadosa meditación y detenido estudio. La propaganda política debe desarrollarse, entonces, de acuerdo con la educación y cultura de los sectores sociales, por más que en éstos se contengan por igual letrados que ignorantes. Pero en general puede ajustarse a estas reglas:... en los grupos de elevada incultura, se orientará a lograr en el sujeto el esparcimiento físico y la liberación espiritual por medio de actos públicos donde su cuerpo se solace y su imaginación se estimule -mítines, conciertos, exposiciones, espectáculos al aire libre, conferencias, etc.-. Los mensajes que se dirijan a estos grupos deben ser gráficos, dramatizados, sin descartar la palabra escrita que afecta por igual a los poco dotados intelectualmente que a los altamente cultivados, hasta el extremo de asegurarse que no hay instrumento de más honda penetración política.
Se ha probado, sin embargo, que una de las acciones más eficaces de la propaganda política en los grupos menos cultivados la determina la radiodifusión y en menor grado la tv y el cine -lo que se ve y lo que se escucha tiene más permanencia mental que lo que se lee--. Las ideas impresas, si fuera necesario hacer una división estricta, deben reservarse a núcleos mejor capacitados.
No obstante esta rápida selección de los métodos -todas las formas de la palabra escrita para los mejor dotados; imágenes gráficas, los usos audibles y visuales de la radio, la tv y el cine para los menos capacitados- que influyen los diferentes sectores políticos para obtener resultados colectivos, la Propaganda política debe utilizar todos los vehículos de difusión: prensa -periódicos y revistas de la capital y la provincia-, radio, cine, televisión, teatro, ediciones institucionales, carteles, relaciones públicas.
PRENSA, PERIÓDICOS, REVISTAS
A pesar de ser el más popular y conocido de los vehículos de difusión, su control exige un conocimiento amplio del “estilo” que caracteriza a sus diferentes secciones. La diversidad de estas secciones obliga la pluralidad del “estilo” de la propaganda política. Así, ésta podrá ser descriptiva simplemente en las gacetillas; reflexiva en los editoriales; categórica en los artículos; insinuante y sugestiva en los reportajes, etcétera.
No todas las informaciones del PRI pueden vaciarse en el artículo, el reportaje o el editorial, pero en su mayoría pueden ser objeto de trato informativo. Como este “trato” queda a juicio de los directores, es prudente ejercer un control técnico del espacio y del sentido de los encabezados. Muchas notas a juicio del director del periódico deben ocupar un sitio y una extensión y una “cabeza” que de ninguna manera corresponden a la mediana importancia de la nota. O al revés, por su propio criterio, minimizar su alcance de información trascendente
La experiencia ha comprobado que las informaciones importantes del Partido tienen que ser “manejadas” y de ninguna manera expuestas al criterio de los redactores “de la fuente”. Estas noticias -aspecto que se presta a discusión pero que debe estudiarse no obstante- no deben darse con la misma intensidad de “cabeceo” y despliegue de columnas y espacio en todos los periódicos. Tal vez lo más prudente fuera obtenerles una presentación que fuera de las tres a las ocho columnas en los periódicos “standard” y de cinco en los “tabloides”. Se insiste que este capítulo merece atención cuidadosa.
La información que desprenden los actos del PRI, es por lo general fría y poco espectacular, a fuerza de ser voluminosa y en cierto modo monolítica. Estas informaciones cobran interés, crecen, se dimensionan en los periodos próximos a las elecciones y en los que se suceden. De ahí la necesidad de utilizar, para trascender los actos del Partido, de las publicaciones semanales. Las revistas no precisan de la peligrosa exigencia de “actualidad” de los periódicos.
Antes de revisar las posibilidades editoriales de las revistas, es conveniente señalar para la prensa en general -la de todo el país- algunas consideraciones importantes.
Las informaciones del PRI tienen, de común, un costo. De ahí que sus presupuestos de publicidad sean en ocasiones exagerados. Esto no puede evadirse: la publicidad, para ser efectiva, tiene que ser técnicamente controlada.
Los periódicos tienen la obligación de INFORMAR. Pero el modo queda al arbitrio de sus ejecutivos. La publicidad de las noticias del PRI -si se desea un grado de saturación y efecto populares satisfactorios- debe ser controlada y ejercer un control de “espacio”, “presentación”, “cabeceo”, etcétera, cuesta dinero.
Ahora bien: los periódicos de todo el país -este es un vicio de origen que nace con la institución- tienen contraídos con el Instituto Mexicano del Seguro Social gruesos adeudos. En ocasiones -esta práctica está limitada y a la fecha un porcentaje muy pequeño disfruta de tal concesión- estos adeudos se intercambian: publicidad por adeudos y, en casos especiales: publicidad por adeudos y por cuotas de afiliación posteriores al contrato.
El PRI, en uso de esta posibilidad que le concesionaría el Gobierno, podría controlar tiránicamente la prensa nacional. Las deudas económicas que ésta tiene con el IMSS, son sumamente importantes. Al 20 de noviembre de 1964, el IMSS intercambiaba estos adeudos en la siguiente forma: solamente la parte proporcional al patrón y saldo de la parte correspondiente a los trabajadores.
Sujetos a este intercambio eran, a esa fecha: EL UNIVERSAL, NOVEDADES, LA PRENSA, ABC, EL NACIONAL. Eso en cuanto a empresas editoriales Excélsior.
El trato se hacía extensivo cinematográficamente a:
NOTICIERO EMA.
TELE-REVISTA
Algo más: la prensa nacional tiene permanentes adeudos con la PIPSA. Convendría estudiar la posibilidad de un intercambio de los adeudos vencidos: la publicidad por adeudos. Como en el caso del IMSS.
Estas dos sugestiones se apoyan en un hecho tan lastimoso como ineludible: cuando un periódico ve crecer sus adeudos con el IMSS y con la PIPSA, solicita un “borrón y cuenta nueva”, un finiquito gracioso, cerca de las autoridades responsables y, en ocasiones, hasta en la proximidad del Presidente de la República. De algún modo obtienen parte o todo de su petición y vuelven al sistema de acumular adeudos con la seguridad de que más tarde o más temprano les serán reconocidos. Esta práctica es de uso común: sobre todo en los periódicos metropolitanos.
Así, ante la circunstancia inevitable, conviene anticiparse a tales solicitudes y concederles el intercambio -dentro de los porcentajes que convengan- sojuzgándolos no sólo en cuanto a moral editorial sino personal. Este punto es de vital importancia para el control de la prensa nacional.
Otro punto importante, derivado de un viejo aforismo periodístico: “manejar al periodista es manejar al periódico”, debe señalarse antes de pasar al capítulo de Revistas.
REVISTAS
En las publicaciones semanales -o quincenales o mensuales- es posible, con más amplitud que en la prensa diaria, mover la información de los asuntos del Partido, ya que en ellas se manejan elementos más de interpretación que de información escueta y el tono de los comentarios tiene más universalidad que el utilizado en la prensa diaria. Las revistas se constituyen de secciones idénticas que los periódicos:
Notas Cortas
Reportajes
Artículos
Editoriales
Gráficas
Columnas especializadas
Portadas
... con la ventaja sobre periódicos diarios, que el público lector es considerablemente mayor, debido precisamente a que en este tipo de publicaciones, por su carácter interpretativo, las noticias no se desactualizan y van de mano en mano provocando un ámbito muy amplio de opinión, en oposición al periodismo diario que es leído individualmente y que, por el comprensible fenómeno de que los sucesos nacen, maduran y se desvanecen, pierde todos los días su actualidad informativa.
Sobre las revistas es conveniente, aquí, abrir un paréntesis de juicio, que sin ser genérico del PRI, interesa considerar para no interrumpir la idea general de este instrumento.
La mayoría de ellas está encaminada a obtener la asistencia económica de las dependencias federales, asistencia que en muchos casos rebasa todos los cálculos.
El método que utilizan para sus fines es atacar a los funcionarios y condicionan, ya el elogio o el silencio de la publicación, a igualas mensuales y a volúmenes de publicidad.
Entre estas revistas existe una suerte de pacto encadenado: -la mayoría de ellas se agrupan en asociaciones con membretes espectaculares- cuando una suspende sus ataques -señal de que obtuvo asistencia económica-- otra los reanuda.
Y así el funcionario está permanentemente expuesto a la extorsión de las quinientas y más publicaciones que proliferan la capital de la República, Se insiste en que éstas se agrupan en porciones controladas por unos cuantos editores. El Gobierno podría suspender estas conductas limitando si no negándoles de plano a los editores las cuotas de papel necesarias a la publicación, pero se convertiría en blanco de ataques apoyados en la “libertad de expresión”, etcétera,
Es urgente, sin embargo, liquidar definitivamente este problema que va en aumento a medida que pasa el tiempo. Se sugiere, por tanto:
Una reunión de los jefes de prensa para intercambiar los problemas que en este aspecto sufran respectivamente...
Formular en ella una lista de publicaciones dedicadas a la extorsión, que desde ese momento tendrá un veto general: ni igualas ni publicidad.
Esta lista tendrá que ser formulada sobre la marcha, a efecto de comprometer moralmente a los jefes de prensa y dar a la reunión un sentido práctico inmediato...
Posteriormente, y esta decisión se tomará en la misma junta, la lista podrá aumentarse con apego a una consideración elemental:
Un ataque a cualquier secretario de Estado obligará a la inmediata alianza de todos los jefes de prensa del Gobierno, que desde ese momento vetarán a la publicidad.
Las decisiones de esta junta de jefes de prensa se divulgarán “cautelosamente” para que los dueños de los editoriales dedicados a la extorsión se percaten de sus alcances.
Para esto se utilizarán las columnas de periodistas amigos, las que “insinuarán” que una decisión importante para la moral de la prensa fue tomada en una “reunión secreta” por los jefes de la información oficial.
Estos comentarios, por sí solos, sanearán notablemente el ambiente. Y advertirán a la opinión pública la orientación sobre los ataques que posteriormente lanzarán ésta y aquellas publicaciones perjudicadas, en contra de los jefes de la información oficial.
En la capital solamente cuatro o cinco revistas revisten importancia para el desarrollo de la propaganda política. Obvio, sobre éstas debe cargarse el acento económico en ocasión de las derramas publicitarias del Estado. A las demás se les puede otorgar un trato económico solamente: aunque este “trato” debe efectuarse con el Director y de ninguna manera con los agentes de publicidad.
TELEVISIÓN
Este sistema cada vez más popular entre los diferentes sectores sociales, presenta amplias posibilidades a la acción de la Propaganda política.
Correlativamente a la sugestión anotada para uso de la prensa, el radio, el cine en materia de intercambio, se anota que también las empresas televisoras tienen con el IMSS importantísimos adeudos. Dos son los métodos que pueden utilizarse:
Textos leídos por el locutor, intercalados entre programa y programa.
Programas “vivos” con la participación de actores o personajes eminentes en la vida mexicana.
Además de las informaciones que habitualmente difunden noticieros. Podría pensarse en el patrocinio de películas documentales -con pausas para la lectura de los mensajes institucionales- y el manejo de “displays” apoyados con la lectura.
Estudio cuidadoso reclama el horario de los mensajes institucionales, debido a que la población que ve “televisión” se divide en:
a) Incidental
b) Permanente
a) Los horarios de trabajo y el hábito mexicano de aprovechar las horas libres fuera del hogar motiva el carácter incidental del auditorio de la televisión. La atención que un programa está más sujeto al tiempo de que se dispone que a una selección anticipada o habitual.
b) El público permanente de la televisión lo constituyen los niños y en menor grado las amas de casa. La influencia de estos sectores -con predominio del primero- en las programaciones es evidente: 70% de los programas les está dedicado. Considerando, pues, la enorme influencia de opinión y comentario que suscitan los niños -este término se emplea por extensión, pero en realidad comprende una población entre ocho y quince años, inminente de acción política- es razonable pensar en la creación de un “slogan”, de un “leit motiv” que, repetido por ellos, familiarice, forme hábito y simpatía en la población adulta.
Los noticieros de la televisión deben ser objeto de consideración detenida, ya que el clima de expectación por los sucesos mundiales es permanente y se corre el riesgo de que los acontecimientos nacionales permanezcan por debajo de aquellos: en cuanto al impacto que alcancen en el televidente.
El hecho de que los noticieros en su forma actual -noticias leídas simplemente-no alcancen la jerarquía popular que deberían, obliga el estudio de otros más sugestivos y convincentes. Pero no excluye su importancia y su aprovechamiento en el empeño de formar una conciencia colectiva y simpática para el PRI.
La Propaganda política debe contar al radio entre sus principales armas. De todos los vehículos modernos de difusión -incluyendo la televisión que no puede, por razones técnicas, llegar a todos los hogares- es el que tiene mayor poder coactivo. Las palabras del locutor -invisible-- pueden ser engoladas, dramáticas, enérgicas o tiernas. Sin que corra el peligro de que su imagen mueva la risa como es el caso de los locutores de televisión que tienen que esforzarse por aparentar una gravedad extrema. El sonido divorciado de las imágenes tiene mayor penetración emocional porque al no existir una imagen física se crea una imagen psíquica. El radio supera en influencia colectiva a la televisión. No solamente en lo psicológico sino en lo numérico. El radio es, pues, una de las armas más eficaces de la Propaganda política.
RADIO
LA difusión de los mensajes institucionales del gobierno, a través de los canales radiofónicos estará encaminada a crear en el auditorio –del mismo modo que lo obtienen los “slogans” comerciales- una subconsciencia familiar, simpática y grata,
No se debe, por eso, limitar la acción de estos mensajes a los periodos de tiempo concedidos a los noticieros sino extenderlos a horas convenientes de atención familiar. No es necesario que las noticias conectadas con el Partido tengan el estricto sentido de sucesos dinámicos. Un “slogan” administrativo -La Ciudadanía Responsable es preocupación sustantiva del PRI- puede repetirse entre uno y otro programa y facilitar la formación de una conciencia cívica, estrechamente vinculada al Gobierno.
Los fenómenos que lesionan la vida pública, o los que la exaltan, constituyen campo propicio para enviar al pueblo mensajes de resistencia, de aliento y de optimismo. Todo cuanto lleve a desvanecer la depresión general provocado por un suceso determinado, facilita la tarea de estrechar los intereses del pueblo con los del partido. Las restricciones legales a la información política exigen que ésta se disfrace y más que propaganda tome características de filosofía popular. De ahí que para su manejo se requiera un cuerpo de profesionales de la noticia. De todos modos estos mensajes estarán dedicados específicamente a:
a) intelectuales
b) profesionistas
c) amas de casa
d) obreros
e) campesinos
f) padres de familia
La influencia de la radio en los grupos menos dotados intelectualmente es más enérgica que la de la prensa. Conviene, así, aprovechar las cadenas radiodifusoras para circular:
a) noticias -al margen de los noticieros
b) conferencias
c) comentarios de personalidades
d) charlas de orientación
... en la voz de personajes calificados en los campos del intelecto, de la ciencia, de la educación, del arte, del periodismo, etcétera.
Las transmisiones de radio deben observar continuidad y de ninguna manera desarrollarse aisladamente; en el radio, como en la prensa y en los diferentes vehículos al servicio de la Propaganda política, lo que cuenta es la insistencia, la repetición.
Para el manejo de los mensajes institucionales al PRI, habrá que estudiar un horario. Una difusión que se realice en horas hábiles será escuchada por sectores muy limitados. La misma información, radiada en horas “familiares” alcanzará más amplios porcentajes de influencia popular.
Un aspecto fundamental -lo mismo debe extenderse a la prensa, a la tv y al cine-- es, no tanto penetrar el radio con noticias sino impedir que otras, antidemocráticas, antagónicas al Partido, sean difundidas. Bien que el Estado mexicano acepte la discusión de los asuntos públicos y la divergencia de opiniones, pero permitir que ideas contrarias a las de Partido oficial utilicen un instrumento de divulgación pública tan importante como el radio sería suicida, Se insiste en que la influencia de este vehículo es realmente mágica.
El Gobierno de México emite semanalmente sus mensajes con una proporción más vasta de tiempo aunque no de auditorio a través de la “hora nacional”. Este programa, cordialmente rechazado -los ratings de publicidad prueban que a esa “hora”; se reduce el auditorio nacional en un ochenta por ciento- puede recuperarse si se le otorga un trato semejante al de los demás, patrocinados comercialmente. Un estudio encomendado a profesionales del radio y de la publicidad comercial daría la solución a este caso que, de ninguna manera, hay que considerar desahuciado, El control de este programa es muy importante al PRI. Los mensajes institucionales del Partido tendrán semejanza con los comerciales –el propósito es vender un prestigio, una moral política, una mística de servicio público- y como aquellos serán sugestivos, llenos de intención psicológica y su texto variará según el clima emocional del pueblo. Cualquier estado de alteración colectiva –lo mismo en lo positivo que en lo negativo-- será utilizado para difundir las ideas del gobierno.
En las radiodifusiones directas, o diferidas, de actos institucionales del PRI, debe elaborarse un programa de comentarios generales sobre la vida mexicana y dárselo a personajes con autoridad de comentario: a escritores, maestros, periodistas. Pero de ningún modo a locutores profesionales... éstos son insustituibles para radiar los “slogans” de la Propaganda política, pero su acción en terrenos de mayor nivel deshumaniza su simpatía y los torna desagradables por lo indocumentado de sus comentarios y la costumbre habitual en ellos de improvisar juicios, saliendo del guión que les fue ordenado.
Marginalmente a la radiodifusión comercial, hay una posibilidad de increíble importancia que puede obtenerle al PRI volúmenes insospechados de ciudadanía militante.
Partiendo de un considerando: México carece de comunicaciones, y hay en su geografía centenares de poblaciones sustraídas a la acción de la política y de la administración...
... es factible meditar un plan de radiodifusión a través de canales de onda corta.
Este plan en otro tiempo hubiera resultado imposible, en el supuesto que tales poblados carecen de electricidad. Pero en nuestros días la transmisión con Transistores resuelve el problema.
No hay canales disponibles de onda larga. Pero están en disposición de utilidad centenares de onda corta. Una emisora -su costo es ridículamente bajo- de onda corta en la capital del Estado podrá difundir a una hora determinada -las siete de la noche, por ejemplo- a los poblados de la periferia, los mensajes institucionales con la seguridad de que serán escuchados por una colectividad que no tiene prácticamente nada que hacer a esa hora. Un receptor y una antena “flotante”, que se instala en cualquier tronco de árbol resolverán técnicamente el problema de la recepción. El costo de estas unidades sorprenderá por lo bajo. Basta meditar que la onda corta está en nuestros días manejada por aficionados a la radiodifusión, para sacar conclusiones de costos. Este medio permitirá a la Propaganda política una acción todavía no estimada por su cuantía cerca de millares de mexicanos. El PRI podrá colaborar en las Secretarías de Estado -la de Educación sobre todo- para la difusión específica de sus intereses. Pero fundamentalmente, debe considerar este plan como el más importante, tal vez, de cuantos puede ofrecerle la radiodifusión moderna, para la difusión de mensajes de propaganda.
El considerando que se hizo para la prensa sobre la conveniencia de intercambiar adeudos por publicidad con el IMSS es válido para el radio, para la industria radiofónica nacional sin exclusiones. Las emisoras de toda la República deben millones por cuotas de afiliación que de no intercambiárseles -como se dijo-- les serán reducidas si no condonadas totalmente por los funcionarios responsables o en primera y última instancia por el jefe del Ejecutivo. Este riesgo obliga el aprovechamiento integral del radio para la difusión de la Propaganda del PRI.
Sobrado está el PRI de temas interesantes para la colectividad, no sólo en cuanto al acervo histórico sino muy particularmente en la hazaña de su diario desarrollo.
La aventura de la ciudadanía, su desarrollo, sus tropiezos, su evolución, es sugestiva siempre: sobre todo para la juventud.
Por otra parte, quedó dicho antes que la palabra impresa es la que mayor impacto alcanza en la masa. Por eso, en la imposibilidad de que los periódicos se llenen con el relato de las conquistas de la revolución mexicana es indispensable editar instrumentos institucionales para su divulgación.
La planificación de un programa de ediciones debe evaluarse con cuidado, estimando que un porcentaje muy elevado del pueblo es aún analfabeta. Luego el trato literario de las ediciones oficiales debe alcanzar niveles de calidad; no tiene objeto desarrollar un plan de ediciones “muy populares” en el supuesto de que el hábito de la lectura se adquiere a fuerza de cultivarlo. Y solamente sectores reducidos de la población leen formalmente.
No se deben destacar las “ediciones populares”, sino administrarlas técnicamente. Tal vez fuera recomendable que en vez de textos se utilizaran dibujos –a manera de los cómics comerciales cuyo poder de penetración es indiscutible- fotografías o simplemente dibujos. Pero eso sí, sujetos a un “script”, a un desarrollo argumental, que esté dentro de la técnica utilizada para los cómics. Si se cuenta ya con la costumbre popular, creciente, de leer “cómics”, sería torpe desentenderse de tan interesante posibilidad. La gente, óptica y psicológicamente está dispuesta a leer todo lo que adopte el “estilo” de los cómics.
Aparte de este instrumento -que, se insiste, es de una importancia desmedida- la Propaganda política utilizará todos los medios acostumbrados: folletos, cuadernos, libros, impresos, volantes, etc., aunque éstos serán redactados de manera diferente, atendiendo las modalidades de educación y cultura de los sectores donde circularán. Recuérdese que no poseen la misma sensibilidad para ser “penetrados” un profesionista que un obrero manual, un burócrata que un estudiante.
CARTELES
De todos los medios que actualmente utiliza la Propaganda política, el cartel es el más espectacular; el que exige la mayor dosis de imaginación y técnica. A cambio, la influencia humana que obtiene es invaluable.
La técnica del Cartel guarda una estrecha relación con la Teoría de las formas. No es posible elaborar un cartel sin meditar antes la reacción que se desea obtener.
El cartel es el medio de expresión moderna más familiar al público; forma parte de la perspectiva urbana y es un elemento habitual en la óptica general de la colectividad.
Un cartel debe elaborarse fragmentadamente, apreciando distintas premisas para su concepción:
Lo que se quiere destacar en él es una idea.
Lo que se quiere destacar en él es una imagen.
La imagen se resolverá fotográficamente.
La imagen se resolverá pictóricamente.
El color debe ser un elemento coadyuvante en el propósito.
El color debe ser un elemento primordial de atención óptica.
La simetría excesiva, la belleza plástica pueden concentrar la atención del sujeto y por eso desviar su interés del mensaje escrito.
En la plástica y simetría del cartel está implícito el mensaje político.
La regularidad de los trazos puede irritar la observación general que se desviará hacia otros menos regulares, limitando el propósito.
La asimetría puede ser motivo de curiosidad y preocupación estética.
La perspectiva general -arquitectura, trazo de las cuales, geometría óptica- puede ocultar un cartel si no se otorgan a éste algunas soluciones que lo destaquen vigorosamente.
Hay, por eso, que considerar del cartel:
a) tamaño
b) forma
c) color
d) elementos plásticos
e) distancia óptica -si se desea que se vea desde lejos o que “de repente” aparezca a la observación del sujeto que hasta cierta distancia no se percató de su presencia.
d) sentido urbano o rural de los temas.
En lo general se recomiendan dos modalidades para los carteles institucionales del PRI:
De mantenimiento -se expresarán en ellos ideas, la doctrina, los rumbos ideológicos, morales y administrativos del gobierno. El “slogan” que caracteriza su gestión.
De exaltación -con la tendencia a crear o a imaginar el culto a los héroes, a la familia, a las instituciones, etcétera.
Estos carteles podrán tener una variante eminentemente política en ocasión de actos muy destacados del jefe del Ejecutivo -inauguraciones, giras de gobierno, visitas de personajes de la política internacional, jubileos históricos, mítines, etc. - y serán objeto de tratos especiales que estarán dictados por las condiciones políticas, éticas o sociales del país, en el momento de su colaboración.
Como las otras, diferentes formas de Propaganda política, los carteles deben adoptar distintas modalidades para su comprensión e influencia pública. Habrá, pues, carteles dedicados a:
Los trabajadores...
Los campesinos...
Los empresarios,..
Los maestros...
Las amas de casa... etcétera
RELACIONES PÚBLICAS
Relaciones Públicas es la más moderna de las actividades humanas. Su acción comprende a todos los grupos sociales, y está encaminada a obtener la amistad la comprensión, la simpatía, el apoyo y la emoción de esos grupos y, aisladamente, de los individuos que los configuran.
Las Relaciones públicas armonizan, concilian, sugieren, aproximan los intereses en conflicto con el interés que los promueve -Partido y empresarios; Partido y acción sindical; Partido y grupos políticos, etc.- y actúan como estímulo para inclinar a su favor la simpatía o cualesquiera otras actitudes que le sean necesarias.
Las Relaciones públicas se ejercen individualmente y suponen para quien las practica:
Estudio del carácter
Conocimiento de una actualidad general
Dominio de las conductas sociales y políticas
Familiaridad con las personalidades de la vida pública y social
Esta disciplina es complemento obligado de la prensa, el radio, la televisión, etc. Su acción puede hacerse extensiva a un equipo de trabajo, aunque su práctica de persona a persona obtenga políticamente resultados más eficaces.
De todos los capítulos es el de la Propaganda política, el que exige mayor cuidado y prudencia.
Las Relaciones públicas -para los fines de la Propaganda política- deben desarrollarse en la cercanía de:
Periodistas
Funcionarios públicos -nacionales e internacionales
Diplomáticos
Ejecutivos de empresas particulares
Dirigentes obreros
Intelectuales
Y en general, con quienes en lo individual influyan la conducta y las opiniones públicas.
Procurando obtener de ellos:
Simpatía,
Comprensión,
Apoyo decidido, para los programas de la administración.
Los modos, las maneras, la moral que han de utilizarse están condicionados al carácter, los gustos, las exigencias, la idiosincrasia y el medio ambiente de cada uno.
Usos de las Relaciones Públicas, complemento de ellas, son:
Exposiciones
Conferencias
Reuniones sociales.
La actividad del PRI, en las capitales de los estados es muy intensa. Lo que permite la inclusión de los directores de la prensa local en sus nóminas. En las empresas editoriales del interior, el cargo del director tiene un significado social, económico, político y moral diferente del que se otorga en la capital.
En provincia un DIRECTOR de periódico sufre las mismas penalidades monetarias que el resto de la gente y a menudo el privilegio de dirigir la opinión publicada está condicionado a sacrificios económicos: si su política afecta los intereses comerciales de un núcleo importante, se le retirará la publicidad, sustento de la publicación.
Así conviene “emplear” a los directores de la prensa de provincia; de incorporarlos a las nóminas del partido.
Los efectos de esta medida son obvios dentro de los planes de la propaganda política.
PRENSA DEL INTERIOR
La prensa del interior, para su diaria información nacional o internacional, se asiste en el servicio de diferentes organismos que desde la capital le envían, por teletipo o por radio y hasta telegráficamente, las noticias más importantes. De estas agencias informativas las más importantes son:
Cadena García Valseca
API
INFORMEX
Y otras menores que solamente envían a los periódicos artículos, comentarios, suplementos, entrevistas especiales, etcétera.
De este modo el control de la información del PRI en el interior de la República, se ejercerá desde la capital.
La escasez que tienen los periódicos del interior de temas importantes facilita el propósito de divulgar los mensajes oficiales.
Si a la prensa de provincia se le sitúan con regularidad no informaciones, sino comentarios, interpretaciones -artículos, reportajes- a las noticias que va desprendiendo el ejercicio de la administración, éstas serán cálidamente aceptadas. Los temas han de ser comentados por escritores de nota y en ocasiones Se extenderán a otras perspectivas de interés general y tratarán sucesos científicos, técnicos, literarios, filosóficos, políticos de todos los países.
En materia de prensa, la Propaganda Política mexicana debe estudiar a fondo la utilidad del periódico oficial. Éste, anquilosado, inoperante para los intereses del Estado, es susceptible de una renovación. Se antoja increíble que el periódico del Gobierno tenga una posición ínfima en cuanto a su técnica y simpatía populares con respecto a los demás periódicos. En su actual configuración es el periódico menos razonado -formato, tipografía, línea editorial- de México y el que menor influencia pública determina. El periódico oficial, olvidado de esta condición que parece pesar excesivamente a sus directivos, puede circular en plan de franca competencia con los demás, aumentar su tiraje y el número de sus ediciones. Su conversión es simple y está condicionada a la formación de un equipo humano -el mecánico es muy bueno- responsable y profesionalmente capaz.
Con relación a la prensa, dentro de los planes de la Propaganda política, sería conveniente meditar sobre el nombramiento de “delegados periodísticos” en las capitales principales. La función de éstos sería coordinar con el Gobierno estatal las noticias del PRI y controlar bajo la dirección de las oficinas centrales la información local, así como enviar a éstas y recibir de ellas, por TELEX, noticias de las reacciones populares suscitadas por los actos del Partido.
CINE
La anterior afirmación puede hacerse también en cuanto a las empresas comerciales cinematográficas autorizadas para la edición de documentales y noticieros. Esto es: la acción inmediata de la Propaganda política debe ser agenciarse los adeudos y establecer el intercambio advertido.
El cine es tal vez el sistema más efectivo para hacer llegar ideas a los grandes núcleos de población urbana. Esto es, si se dosifica su utilidad y si los temas no irritan la susceptibilidad del público, que si se seleccionó un cine entre muchos es porque su programación convino a su gusto. A este acto volitivo hay que sumar el desembolso que hace. Si en la programación se incluye un mensaje -documentales o noticias filmadas- que le resulte irritante, la reacción individual puede ser indiferente, pero en lo colectivo nerviosa y agresiva.
Este fenómeno se observa muy principalmente en la capital. En la provincia, donde el público no tiene mucho que seleccionar y sí urgencia de distraerse, cualquier agregado al programa resulta simpático.
Estas consideraciones deben ser tomadas muy en cuenta para la edición de notas informativas o documentales de largometraje sobre las conductas del Gobierno en beneficio de la colectividad.
La técnica del “Cinemascope” debe asimismo ser motivo de estudio, debido a que no todas las salas del país cuentan con pantallas apropiadas. Así la difusión de un tema sería corta y reducida a grupos privilegiados.
Tal vez, en una primera estimación, considerando esta limitación técnica, los mensajes institucionales del PRI, pueden programarse en la forma siguiente:
1. Noticias informativas -dentro del cuerpo de los noticieros- en pantallas “standard”: para alcanzar mayores porcentajes de auditorio.
2. Reportajes filmados y documentales de largo metraje, en Cinemascope: para impactar públicos más selectos.
Debe pensarse en la conveniencia de incluir semanalmente, con carácter permanente -en algunos de los noticieros más populares o utilizando indistintamente uno y otros- un reportaje argumentado -no simplemente comentado-- sobre la marcha del Partido, y en relación con sus movimientos, más espectaculares: actos públicos, conferencias, mecánica electoral, etcétera.
Cuando una empresa comercial edite para el Partido un documental o un porcentaje filmado de largometraje, se elaborarán copias en 16 mm para ser proyectadas en televisión y en exhibiciones públicas utilizando carros con equipo cinematográfico.
Incidentalmente se apunta que los pasillos, salas de espera y “lobbys” de los cines, pueden convertirse en un espectacular escenario para la Propaganda política. En ellos pueden montarse exposiciones co-relativas a sus trabajos institucionales, de aliento moral, patriótico, familiar, etcétera.
El hecho de que en estos sitios concurra una multitud que “espera”; que probablemente se aburre y que aguarda el momento de pasar a la sala de exhibición, asegura la curiosidad primero y el interés después -la cadena se proseguirá en el comentario que hará posteriormente cada espectador al abandonar el cine-- de una ciudadanía heterogénea y por eso más importante de influenciar.
TEATRO
Tradicionalmente el teatro ha sido instrumento de saturación ideológica. Sin la preocupación de revisar su creciente importancia política a través de las edades, sí puede afirmarse que ninguna forma de gobierno se ha desatendido de su utilidad. Desde Grecia hasta las grandes democracias de nuestros días, el uso de escenarios condicionados al término ha sido constante y eminente. El cine que no es sino una prolongación dinámica del proscenio clásico ha sustituido al teatro en cuanto a cifras humanas pero no ha vulnerado su influencia ni la importancia de su penetración psicológica.
Con este razonamiento quiere advertirse que la Propaganda política ha de estimar la representación de obras teatrales como uno de los modos eficaces de penetrar las conciencias menos evolucionadas. La sustitución en el escenario -actores en vez de seres reales- de los rostros y de los nombres que el pueblo conoce y discute facilita la formación de simpatías o antagonismos populares. La representación de obras con sentido social y político puede exacerbar en los espectadores lo mismo el resentimiento que la cooperación decidida a un programa político; llevarlo a la comprensión de las limitaciones que al Partido imponen determinadas fuerzas -banqueros, comerciantes, industriales, etc. - y la decisión de apoyarlo frente a ellas. De la intención de los argumentos depende -además de la fidelidad de interpretación de los actores- la reacción colectiva.
Es, pues, conveniente, buscar la forma de crear un teatro popular -sobre todo para los públicos de provincia- donde las cuestiones que afectan a la política nacional se debatan con la envoltura de argumentos artísticos.
Las vidas de los héroes, en el trato sugestivo de la escena teatral, contribuyen a crear una conciencia emotiva, patriótica y política en los públicos menos selectos. Éstos por oposición, son los que deciden en un momento la fuerza política de un Gobierno, toda vez que suman mayoría.
Documento publicado por Rodríguez Munguía Jacinto en La otra guerra secreta. Los archivos prohibidos de la prensa y el poder. Primera Edición. 2007. [Fuente: AGN. Fondo Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS) Caja 2998/A Folios 1-41].
Nota: * Según el libro Dinastías: Dos familias, una nación de Ramón Alberto Garza, este documento fue escrito por Emilio Uranga, filósofo y asesor del PRI.
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APÉNDICE DE LA AUTORA
Las acciones de propaganda nacen con el poder político, pues ningún poder puede sustentarse permanentemente sólo con la fuerza; pero fue la Iglesia Católica, la que dio nombre al esfuerzo planeado y sistemático de conquistar conciencias. Con la invención de la radio y el cine, la propaganda alcanzó su expresión moderna en la Alemania Nazi; Hitler y Goebbels formularon y aplicaron los principios de propaganda que les permitieron mantener en pié de guerra a la mayor parte del pueblo alemán hasta su derrota y que hoy son práctica común de la publicidad.
Con la universalización de la televisión y de las encuestas, así como los nuevos desarrollos de la psicología y de la mercadotecnia, las posibilidades de la propaganda se han ampliado infinitamente. Es por eso que se invita a complementar la lectura del texto anterior, con las siguientes
Diez estrategias de manipulación masiva descritas por Sylvain Timsit (Atribuidas a Noam Chomsky).
1. La estrategia de la distracción. El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. "Mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales (cita del texto Armas silenciosas para guerras tranquilas)".
2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado "problema-reacción-solución". Se crea un problema, una "situación" prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.
3. La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.
4. La estrategia de diferir. Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como "dolorosa y necesaria", obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que "todo mejorará mañana" y que podrá ser evitado el sacrificio exigido. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.
5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad. La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? "Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas)".
6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión. Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos...
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad. Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. "La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposible de alcanzar para las clases inferiores (ver Armas silenciosas para guerras tranquilas)".
8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad. Promover en el público la creencia que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto...
9. Reforzar la autoculpabilidad. Hacer creer al individuo que el culpable por su propia desgracia es solamente él, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y sin acción ¡no hay revolución!
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídos y utilizados por las élites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el "sistema" ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.
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