Junio 15 de 1964
MANIFIESTO DEL FRENTE ELECTORAL DEL PUEBLO
A los afiliados al Frente Electoral del Pueblo; a todos los ciudadanos:
A un año escaso de iniciadas las actividades del Frente Electoral del Pueblo y en vísperas de las elecciones generales del 5 de julio próximo, podemos informar satisfactoriamente que el pueblo mexicano ha creado un instrumento poderoso de lucha por sus derechos políticos y por sus reivindicaciones económicas y sociales.
La gira que realiza por todo el país nuestro candidato a la presidencia de la República, compañero Ramón Danzós Palomino, es la demostración más evidente de que el Frente Electoral del Pueblo vino a llenar una necesidad vital de la lucha del pueblo mexicano. En más de 150 mítines, asambleas y reuniones centrales, con ciudadanos de distintas clases sociales, hemos demostrado que los años de demagogia, servilismo y abyección no mellaron el espíritu de lucha, de independencia y combatividad de la gran masa del pueblo mexicano.
En estas concentraciones populares, espontáneas y libres porque surgen del propio pueblo, cientos de miles de ciudadanos han comprobado que las banderas que agita el Frente Electoral del Pueblo son sus propios banderas, las mismas por las cuales miles y miles de mexicanos dieron su vida en los campos de batalla de 1910 a 1917, y por las que han muerto Rubén Jaramillo, Román Guerra Montemayor y muchos hijos de heroicos de las clases obrera y campesina.
La adhesión entusiasta de importantes sectores del pueblo mexicano a la campaña del Frente Electiral del Pueblo se explica porque éste, recogiendo la tradición revolucionaria de los mexicanos, enarbola las reivindicaciones que inquietan hoy a la inmensa mayoría de los mexicanos y que se sintetizan en el siguiente programa:
• Creación de un gobierno popular, democrático y antiimperialista.
• Plena vigencia de la Constitución.
• Respeto efectivo al derecho de huelga Democracia e independencia sindical respecto del control gubernamental.
• Reforma agraria radical e inmediata.
• Nacionalización de los monopolios yanquis que saquean al país.
• Contención de la fuga de Capitales y divisas: instauración del control de cambios.
• Prohibición de las inversiones extranjeras en las ramas más fundamentales de la economía nacional.
• Libertad a los presos políticos y abolición del artículo 145 del Código Penal, que establece el llamado "delito de disolución social".
• Cese de la represión antiobrera y antidemocrática.
• Política exterior verdaderamente independiente, de amistad con todos los pueblos y defensa activa de la paz y la coexistencia pacífica.
• Solidaridad plena con la Revolución Cubana.
• Reforma a fondo del actual sistema electoral antidemocrático.
• Elevación general de salarios, sueldos y pensiones.
• Reforma urbana para resolver el grave problema de la vivienda.
• Educación popular, gratuita, al alcance de todos.
• Nacionalización de servicios públicos: teléfonos, transporte urbano, radio y televisión transporte aéreo, etcétera.
• Freno al alza del costo de la vida: contra el alza inmoderada de las mercancías de consumo necesario.
• Solidaridad con las luchas populares de los pueblos de América Latina y del mundo.
Estas medidas son las que exige más apremiantemente el avance incontenible de nuestro pueblo hacia un régimen auténticamente democrático y popular, que eleve sus niveles de vida, y que son de las que no hablan y, sobre todo, por las que no luchan los partidos y partiditos a los que el Gobierno otorga la gracia del “registro oficial".
Pero el Frente Electoral del Pueblo no ha salido a la palestra para proponer soluciones providenciales, ni para ilusionar a nadie con la engañosa perspectiva de victorias fáciles. Ha dicho claramente a los obreros, a los campesinos y a todo el pueblo mexicano que la solución de sus problemas depende única y exclusivamente de su propia lucha, del grado de su organización, de su elevada conciencia política, del ejercicio valiente de sus derechos ciudadanos.
No nos hemos quedado en esto. Hemos dicho también que un pueblo soberano posee el derecho de tener en sus manos el poder que la oligarquía detenta; que la solución a sus problemas sólo puede darla un gobierno democrático, revolucionario, popular y antiimperialista, representativo de las fuerzas que luchan por la liberación nacional y la democracia.
La conquista de este régimen nuevo es la mayor aspiración de todos los patriotas, de todos los auténticos demócratas y revolucionarlos. Con nuestra participación en la campaña electoral damos nuestra contribución al acercamiento de este ideal y decimos con claridad cómo luchar por él en el presente: mediante la movilización combativa en defensa de los derechos obreros y campesinos, mediante la organización independiente, mediante la unidad con todas las fuerzas que coinciden con el programa democrático y antimperialista.
Cosa muy distinta a la búsqueda de soluciones al margen del pueblo, o de acciones aisladas, que algunos elementos del Gobierno y de la reacción proimperialista tratan de atribuir al Frente Electoral del Pueblo y a otros organismos independientes, con el claro propósito de justificar una nueva ola represiva como la que se lanzó contra el sindicato ferrocarrilero, para impedir que el pueblo cuente con organismos propios y ampliar la brecha para nuevas entregas de nuestra soberanía y nuestros recursos al imperialismo del Norte. Algunos elementos aventureros, sin confianza en el pueblo y actuando con una política sin principios, les hacen el juego, por otra parle, a los que tratan de impedir el crecimiento y desarrollo de las fuerzas revolucionarias de México.
El Frente Electoral del Pueblo realiza apenas su primera jornada nacional. Pero no ha sido creado para una campaña pasajera. Sus objetivos le exigen permanencia en la acción, continuidad en la lucha. Y no hemos de abandonar estos deberes porque el Gobierno nos niega el registro electoral. Todo lo contrario. A esta medida de represión política contra un sector importante de los mexicanos, al que la oligarquía quiere dejar sin el derecho de elegir y ser electos, hemos respondido con el ejercicio libre de nuestros derechos. Y así como no hemos dejado el campo libre a la imposición gubernamental ni a la reacción panista, sinarquista y alemanista en el curso de la campaña electoral, tampoco les dejaremos el campo libre el día de las elecciones.
¡Llamamos a todos los afiliados al Frente Electoral del Pueblo, a todos los Ciudadanos patriotas, demócratas y antimperialistas a convertir el 5 de julio en una gran jornada democrática y intimperialista votando por los candidatos no registrados, por esos candidatos cuyos nombres teme la oligarquía que aparezcan en las boletas de elector porque representan todo aquello que ella niega!
Sabemos que el aparato electoral está en manos del Gobierno y que este no reconoce más triunfos que los suyos. Pero nuestra responsabilidad de ciudadanos concientes de sus derechos nos indica que ir a votar por los candidatos del Frente Electoral del Pueblo es ir a expresar la voluntad de cambio, es ir a pronunciarse por un programa revolucionario, es ir a repudiar la política antidemocrática y antipopular del régimen.
¡Llamamos a todos los obreros a votar el 5 de julio por los ideales de los ferrocarrileros presos, por su libertad, contra el artículo 145 del Código Penal, por el aumento de salarios, contra la carestía de la vida!
¡Llamamos a los campesinos de todas las centrales a votar por los ideales de Rubén Jaramillo: toda la tierra a los campesinos, derechos sindicales para los obreros agrícolas, crédito y agua para los ejidatarios!
¡Llamamos a los maestros, a todos los intelectuales patriotas, a todos los demócratas a depositar su voto por la libertad de David Alfare Siqueiros y sus compañeros, votando por el frente Electoral del Pueblo!
¡Llamamos a los estudiantes a depositar su voto por los candidatos del FEP, y con ello por la reforma universitaria, por una educación popular y democrática!
¡Llamamos a las mujeres y a los jóvenes a votar por el Frente Electoral del Pueblo, en defensa de sus derechos económicos y políticos!
¡Llamamos a todos los ciudadanos patriotas y revolucionarios a votar por Ramón Danzós Palomino!
EL PUEBLO AL PODER. TRIUNFAREMOS.
La Comisión Central Ejecutiva del Frente Electoral del Pueblo.
México, DF, a 5 de junio de 1964.
MENSAJE DE RENATO LEDUC, CANDIDATO A SENADOR POR EL DISTRITO FEDERAL
Desde su fundación, al Frente Electoral del Pueblo y a tus afiliados y partidarios les ha llovido en su milpa, como suele decirse. Probablemente lleguen a dos docenas nuestros militantes asesinados en diversos rumbos de la República. Solamente en el poblado de El Pacifico, en el estado de Guerrero, fueron muertos 11, cobarde e impunemente, por elementos militares y policiacos, en una operación tipo Xochicalco. Se nos nace pagar culpas ajenas, como en Chihuahua, en donde el nazi gobernador Giner endereza contra los “palominos” la represión que- debería lanzar contra los agitadores jesuitas españoles del llamado Centro Regional de la Sagrada Familia, organizadores del zafarrancho en que sus partidarios pusieron en peligro y en ridículo al candidato oficial, dejándolo solo.
El FEP es el único partido cuyas actividades se callan por consigna oficial en todos los periódicos de la prensa libre. Los crónicos maromeros de la política profesional, particularmente los de la “atinada” o, como la llama Marcué, “mamante” izquierda, no nos ahorran burletas y sarcasmos. Ayer fue el atildado y flamante priísta Enrique Ramírez y Ramírez quien nos llamó "desarrapados intelectuales y morales”, o algo así, como si no fuera más decente el único pero limpio calzón de manta que cambiar cada sexenio de lujosa chaqueta. Y hace tres días un señor Sayago —¡vaya usted a saber quién es!— llamo aventurera a la gente que milita en el FEP, al aludir a la candidatura de Valentín Campa. Dijo: “¿Y alguien puede creer que vaya a ganar ese pobre?..." Como si aventura no fuera correr —como parece que él lo hace— tras la representación de una masa de gente que ni lo conoce ni lo necesita, con tal de agenciarse una canongía miserable de tres años.
¿Por qué pues tanta saña y tanta inquina contra un partido de desarrapados y aventureros que nada significan en esta contienda? Porque el FEP es el único partido de oposición auténtica frente a la cáfila de paleros uncidos tácita o descaradamente a la carrera del partido oficial. "En la oposición —dijo alguien— no se enriquece ni se engorda: se lucha y se muere". Nuestra oposición no es ninguna aventura, pues desde un principio supimos lo que va a ocurrir: ganará, como de costumbre, la oligarquía gubernamental, y el mayor número de curules no se lo obsequiarán al mendicante PPS, sino al PAN, pues hay interés en mostrar al macartismo yanqui que en México la segunda fuerza, después del grupito en el poder, no es la izquierda, así sea lo más atinada y seudorrevolucionaria posible, sino la clericaloide, proimperialisra y reaccionaria derecha.
No iremos a las Cámaras, ni lo deseamos... ¿Qué podríamos hacer en medio de ese rebaño mediatizado y servil? Entre las ostentosas y demagógicas inscripciones que la agencia electoral del régimen ha mandado pintar en las bardas, hay ésta: "Pido el voto del pueblo para convertirme en siervo de la nación". El programa ultramínimo del FEP consiste en vigilar que el nuevo representante del titubeante régimen seudo revolucionario en el poder no se nos convierta —como tantos de sus colegas y correligionarias— en siervo de la nación… vecina.
Fuente: Aguayo Quezada Sergio. La Transición en México. Una historia documental 1910- 2010. México. Fondo de Cultura Económica – Colegio de México. 725 pp.
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