México, D.F., 30 de Abril de 1963
Documento firmado por los gobiernos de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México
Tengo el honor de poner en conocimiento de Vuestra Excelencia que en el día de hoy, los jefes de Estado de las cinco Repúblicas Latinoamericanas que en seguida se indican, hemos hecho la siguiente Declaración: "Los presidentes de las Repúblicas de Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México, preocupados hondamente ante la actual evolución de la situación internacional, que favorece la difusión de las armas nucleares; considerando que por su invariable tradición pacifista los Estados latinoamericanos deben aunar sus esfuerzos a fin de convertir a la América Latina en una zona desnuclearizada, con lo cual contribuirán a disminuir asimismo los peligros que amenazan a la paz del mundo; deseosos de preservar a sus países de las trágicas consecuencias que acarrearía una guerra nuclear, y alentados por la esperanza de que la conclusión de un acuerdo regional latinoamericano pueda contribuir a la adopción de un instrumento de carácter contractual en el ámbito mundial, en nombre de sus pueblos y gobiernos han convenido en lo siguiente:
Puntos principales
1) Anunciar desde ahora que sus gobiernos están dispuestos a firmar un-acuerdo multilateral latinoamericano, por el cual los países se comprometerían a no fabricar, recibir, almacenar ni ensayar armas nucleares o artefactos de lanzamiento nuclear.
2) Dar a conocer la presente Declaración a los jefes de Estado de las demás Repúblicas Latinoamericanas haciendo votos por que sus gobiernos se adhieran a ella mediante el procedimiento que estimen adecuado.
3) Coadyuvar entre sí y con las demás Repúblicas Latinoamericanas que se adhieran a la presente Declaración, a fin de que la América Latina sea reconocida lo más pronto posible como una zona desnuclearizada.
Hispanoamérica debe hacer honor a su tradición
De acuerdo con lo previsto en el punto dos operativo de la Declaración transcrita, formulo mis más fervientes votos por que su ilustrado gobierno pueda prestarle su valiosa adhesión, como fundadamente lo espero del reconocido amor a la paz de que Vuestra Excelencia ha dado tan sólidas y brillantes pruebas. En la crisis actual, uno de cuyos más graves síntomas es la carrera armamentista, considero que los jefes de Estado latinoamericanos debemos todos hacer honor a nuestra inveterada tradición pacifista y unirnos todos, en consecuencia, en la noble empresa de consolidar la paz y alzar desde luego, en el seno de nuestra comunidad regional, una barrera inexpugnable contra la diseminación de los armamentos nucleares. Así responderemos a la tremenda responsabilidad que nos incumbe de velar por la vida, la salud y el bienestar de nuestros respectivos pueblos y deparar a las generaciones futuras un orden de paz y de justicia. Al dar anticipadamente a Vuestra Excelencia las más cumplidas gracias por la detenida y generosa atención que estoy seguro se dignará prestar a esta iniciativa, le reitero mi más alta consideración y personal amistad.
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