Enero 30 de 1961
En América Latina, los agentes comunistas están tratando de aprovechar en su favor a la Revolución cubana, para establecer ahí una base militar, a sólo noventa millas de nuestras costas. No cuestionamos el derecho de los cubanos a una vida mejor. Cuestionamos el dominio externo y la tiranía local. El progreso económico y la política comercial se pueden negociar; lo que no se puede negociar es el dominio comunista del hemisferio.
Pedimos a nuestras hermanas repúblicas trabajar juntas con el fin de liberar al continente del dominio externo y de las tiranías locales.
Estamos conscientes de que nuestro papel en el mundo es la construcción y expansión de la economía en los países no comunistas, ayudándolos a resolver sus problemas, a satisfacer sus necesidades y a enfrentar los peligros que los amenazan. Por tanto, pido al Congreso la autorización de un programa más efectivo de asistencia económica, educacional y de desarrollo social en estos países. Para nuestras hermanas repúblicas del sur contemplamos una nueva alianza, la Alianza para el Progreso. Nuestro objetivo es una América Latina más libre y próspera.
|