Octubre 3 de 1960
Amigos de la radio y la televisión:
Hace un año, al estar con ustedes durante la Reunión Interamericana que congregó en nuestro país a delegados de todo el continente, les manifesté que en la ley que entonces se discutía sobre radio y televisión, en el Congreso Nacional, prevalecería el derecho de libertad de expresión Vigente en México porque esa ley estaba siendo elaborada por mexicanos y para mexicanos. Esa ley, en la que se consideraron previamente los puntos de vista de ambas industrias, es una evidencia más de cómo la Revolución lleva a la realidad el anhelo de que los medios de difusión no tengan cortapisas para gozar de un principio de la Constitución Mexicana, y así como la prensa gozaba ya de tal libertad, la radio y la televisión están definitivamente amparadas también por ella.
Por el bien de México
Es grato para mi gobierno, pues, en este día dedicado a la radiodifusión, festejar con ustedes tal avance democrático, un signo más de las libertades ciudadanas bajo las cuales se desenvuelve la vida del país, y me satisface saber que tal instrumento legal puede servir como antecedente jurídico en otras naciones latinoamericanas.
El que esa ley sea útil a las causas continentales de afirmar y acrecentar en nuestros países el derecho a la libertad de expresión, en medios que los tenían o los tienen limitados, impone mayor responsabilidad en su cumplimiento honesto y en su buen uso, pensando siempre en el bien de México y sus instituciones, ya que ese será el mejor aval, el mejor ejemplo que podrán dar la radio y la televisión mexicanas, al gozar de tal prerrogativa.
Vivimos una época en que la información puede ser un medio de suma importancia para reforzar y estimular a un país a seguir los caminos que más convienen a sus realidades, a sus posibilidades, a sus principios, y que más responden a sus anhelos y a sus insatisfacciones; la información es un arma delicada, y mucho más cuando de ella no queda constancia escrita. El manejo responsable de su difusión pensando en tales efectos, que resultarían lesivos de utilizarse sin el compromiso que implica todo derecho, obliga, los obliga a ustedes, a anteponer siempre el bien de México en el usufructo de tal libertad.
La radiodifusión no es una simple empresa comercial
Y no sólo la libertad les consagra esa ley. Con ella, tienen ustedes el modo de desenvolver mejor sus industrias, de ensancharlas, de modernizarlas, de hallar fórmulas a la solución de sus problemas. Ello les implica, también, otra obligación a cumplir fielmente. Los instrumentos que ustedes manejan, por el formidable poder de difusión que pueden alcanzar, rebasan el límite de un simple negocio ya que en sí llevan una influencia que alcanza a todos.
Como pocas, estas industrias se salen de la estricta función material que generalmente pueden tener otras y no podemos concebirlas como productoras exclusivas de programas comerciales. La radio y la televisión tienen la posibilidad permanente de llegar a la intimidad familiar de llevar ondas o imagen a todos los ámbitos del país, y ello exige una conciencia de tan formidable posibilidad. La conciencia de que la radio y la televisión, quizás más que ningún otro medio, están obligadas a realizar también, y cada vez preferentemente, una función social y cultural en beneficio de la colectividad.
Estoy seguro de que ustedes, al amparo de una ley en cuyo proyecto participaron, han despertado a la inquietud de colaborar a aquellos fines más altos, dentro del propio principio adoptado por ustedes, de libertad y responsabilidad. La tarea de engrandecer a México, de llevado adelante, exige el esfuerzo de todos y la aportación de la radio y la televisión en terrenos donde pueda ser un vehículo decisivo para realizar la función social que les corresponde, es una meta a la que los compromete el ser beneficiarios en el uso de dos de los instrumentos más poderosos de difusión inventados por el hombre.
Los compromete a ello, además, México, nuestro país, nuestra patria, bajo el empeño, que es el nuestro, el de mi gobierno, de que todos sus recursos, humanos y técnicos, por encima de todo actúen y se utilicen al servicio del pueblo mexicano. Al convivir con ustedes en este día, celebrando la fecha simbólica que les congrega año con año, me llevo la certeza de que en la radio y la televisión mexicanas tendrá la República esforzados y laboriosos paladines de su grandeza y desarrollo.
Fuente: Adolfo López Mateos. El Itinerario de la razón y la elocuencia. Instituto Mexiquense de Cultura. 1994.
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