Con motivo de que el 6 de abril 1957 se celebraría el IV Aniversario de la promesa de "conceder plenitud de derechos a la mujer", en 1956 se integró el Ideario Político de la Mujer, que incluyó los Idearios de las mujeres del Partido Revolucionario Institucional, del Partido Popular y del Partido Nacionalista de México.
En la introducción se indica que este Ideario fue redactado con la finalidad de rendir Homenaje Nacional a Adolfo Ruiz Cortines.
El capítulo sobre los "Derechos de la Mujer", explica que éstos fueron tratados en la Asamblea Panamericana de Trabajo de la Organización de Estados Americanos, realizada a principios de abril. Dichos derechos son:
1.- El trabajo a domicilio.
2.- La protección de la mujer en el trabajo.
3.- El trabajo doméstico.
4.- Los problemas de la orientación vocacional de la mujer y los de su formación profesional
Otros capítulos del Ideario, además del "Programa de Festejos", son "La mujer marcha a las urnas", "Perfeccionamiento electoral", "La administración pública y la mujer", "Conciencia cívica", "Ideario de mujeres de partidos", "Ideario de las Mujeres del P.R.I.", "Ideario de la Mujer del P. P." e "Ideario de la Mujer del P.N.M.".
A continuación transcribimos los Idearios de los tres partidos mencionados: alianza política de las mujeres que dio como resultado un Ideario común.
Ideario de las Mujeres del P.R.I.
Los días 6, 7 y 8 de agosto de 1954 se celebró el Congreso Nacional de la Mujer (...) y se redactó el siguiente Ideario de la Mujer Ciudadana:
Yo, mujer ciudadana, heredera de las hazañas de trabajo, de creación, de sacrificio de los héroes de la libertad y la justicia, del progreso y de la cultura de nuestra Patria, depositaria de las virtudes que han hecho de la familia un santuario de respeto hacia los padres y de ternura para los niños y un baluarte de nuestra mexicanidad, ejerceré mis deberes y derechos políticos como una tarea de honor y de responsabilidad al servicio de México.
La incorporación total de la mujer mexicana a la vida política del país, mérito indiscutible del Presidente de la República, ciudadano Adolfo Ruiz Cortines, tendrá de mi parte en todo momento, esta respuesta invariable y apasionada: multiplicar las fuerzas creadoras de la Patria.
En el empeño de consumar la integración de México, sostendré siempre, que el hogar y la familia son el refugio inviolable en que se venera el pasado glorioso, se dignifica el presente y se forja la grandeza del porvenir.
Me sentiré orgullosa de colaborar en la noble tarea de proteger a la niñez, rescatándola de la desnutrición, de las ocupaciones ilegales, de la ignorancia, del abandono y de la incomprensión.
Brindaré mi contribución más entusiasta para que la juventud entregue a México los mejores frutos de su esfuerzo y de su inteligencia.
Nada me apartará de luchar contra la miseria y la inseguridad, el temor y la incultura que aún padecen importantes sectores de nuestro pueblo.
No olvidaré nunca que la actividad política debe ser escuela de honestidad, moralidad y patriotismo.
Mi participación en la vida cívica del país será una exigencia permanente para que el ejercicio del poder se confíe a los mejores ciudadanos, libremente seleccionados por el pueblo.
Para cumplir con dignidad mis deberes de ciudadana, me esforzaré por conocer y observar las leyes y disposiciones que consagran el sufragio como única fuente del poder público.
La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, que organiza el Estado, establece la libertad del hombre y del ciudadano, y protege la vida humana, el trabajo y la cultura, será la guía invariable de mi conducta política.
El conocimiento de la realidad geográfica, histórica, social y cultural de México será una de mis preocupaciones constantes y uno de mis más gratos deberes.
En estrecha colaboración y emulación creadora junto al hombre, una sola aspiración presidirá todos los actos de mi existencia: creer, pensar, trabajar y vivir para México."
Ideario de la Mujer del P.P.
El Partido Popular desde su fundación ha luchado porque las mujeres mexicanas participen al igual que los hombres, en las luchas cívicas de nuestro país y particularmente porque las mujeres conquisten derechos para incorporarse de una manera igualitaria con los hombres en todas las actividades de carácter económico, social, cívico y cultural de nuestra Patria. Esa preocupación de los fundados (sic) del Partido Popular se ha mantenido hasta hoy, sólo que con mayor vigor, porque la experiencia ha probado que sin la participación positiva y práctica de las mujeres de nuestro país en los diferentes aspectos de la vida nacional, se está desperdiciando un enorme caudal de energía que en otras partes de la tierra ha rendido frutos de enorme importancia.
Las mujeres del Partido Popular consideramos que la mujer mexicana no debe conformarse sólo con la conquista de los derechos políticos; debe ser preocupación fundamental para la mujer su participación efectiva en otras actividades y la conquista plena de derechos en el terreno económico y cultural.
El Partido Popular ha afirmado sistemáticamente en su programa que los derechos que corresponden a las mujeres, no son únicamente para ellas, no se pueden estimar como derechos exclusivos de las mujeres, sino hay que considerar que esos derechos deben ser iguales para los hombres y para las mujeres; por ello el Partido Popular ha luchado siempre y seguirá luchando por la igualdad de derechos y oportunidades para los hombres y para las mujeres que forman nuestro pueblo. Pero considerando que la mujer mexicana por siglos ha sido discriminada, las mujeres del Partido Popular estamos empeñadas en lograr su incorporación en las batallas por el progreso y por la independencia de la Nación. Esto se logrará si luchamos no sólo por los derechos cívicos y por el respeto al voto femenino, sino fundamentalmente por su incorporación en la vida económica del país y en los servicios básicos que el pueblo exige. No se puede concebir un alto desarrollo cívico sin derechos económicos, ni se puede esperar que las mujeres participen de los beneficios de la educación y de la cultura si carecen de los medios materiales para atender a sus necesidades elementales.
Con el propósito de contribuir al estudio y resolución de los problemas fundamentales de las mujeres mexicanas sin distinción de creencias religiosas, ideológicas o clases sociales, las mujeres del Partido Popular nos hemos reunido en Mesa Redonda y hemos llegado a conclusiones muy importantes y continuaremos ahondando en ese estudio, y celebraremos un Congreso Nacional para examinar no únicamente los problemas comunes a todas las mujeres de nuestra Patria, sino para movilizarlas y obtener su participación en los diferentes aspectos de la vida del pueblo de la Nación.
Hortensia Rojas V.
Presidenta del Comité Organizador de la Mujer
Ideario de la Mujer del P.N.M.
Hace diecinueve años, el Partido Nacionalista de México, en su anterior denominación, pugnaba ya porque se concediera el voto a la mujer. Adicionaba a esta reglamentación electoral, otras importantes, que en vez de ser meros bosquejos de orden moral, constituyen una enmienda positiva en nuestros códigos, llevando la intención de dignificar, custodiar y enaltecer a la mujer en todo lo que ella significa.
Por ejemplo se ha pedido la ampliación de las sanciones previstas en el Código Penal a fin de que no sólo sea perseguido el lenocinio, sino la prostitución; que las penas aplicadas a quienes burlan a la mujer, aun en la simple proposición matrimonial y sin el dolo consecuente con la promesa, sean también objeto de duras sanciones de orden corporal y en algunos casos en que el compromiso traiga aparejados quebrantos económicos, que sea restituida e indemnizada la afectada. No se trata de hacer una copia servil de la Ley Mann que rige en el Estado de Nueva York de los Estados Unidos, sino de una especificación del delito que implica la burla que la mujer en países como el nuestro sufre en perjuicio de su porvenir, su reputación y sus intereses económicos. Es otra manera de salvaguardar al hogar, haciendo que a él lleguen mujeres sin el obligado lastre de una historia o, lo más importante, con alguna lesión psíquica o moral en perjuicio de la unidad conyugal, de la sana procreación de los hijos y de la santidad del hogar.
Hemos pugnado en publicaciones que amarillan (sic) viejos recortes periodísticos, porque se enaltezca a la mujer mexicana, ejemplo vivo de virtud, de bien entendida abnegación. Y al querer que la mujer signifique no la voluntad de su sexo cual si se tratara de un gremio humano, sino como la representante del hogar en cuyo puesto no puede haber claudicaciones sin alterar la misma naturaleza humana, hemos puntualizado una frase que debemos hacer accesible a todas las mentalidades y que sirve como de referencia y fuente para ello: "Que la urna vaya al hogar; no que el hogar vaya a la urna", es decir que el voto y la preocupación patriótica de la mujer sea consecuencia del plebiscito cotidiano de la familia y no una postura que descoyunte a la familia y desorbite a la mujer.
El mejor ejemplo lo tenemos en nuestra Revolución, que es el gesto más mexicano, el movimiento social más justo y el acontecimiento histórico más rotundo de nuestra vida de nación independiente: la mujer fue la compañera activa, aun en el campo de batalla, de donde regresó a fundirse nuevamente en la procreación de los hijos, en el acicate justicialista del hombre, en la formadora religiosa y generosa del hogar. Su amor por una causa social no distrajo ni mancilló su amor de mujer en todos sus mágicos y divinos perfiles.
Este es el pensamiento nacionalista, en cuya esencia está el espíritu cristiano y mexicanísimo, salvaguarda de la patria.
Leonor Ferrón de Madera
Candidato (sic) pendiente a diputada por el 13º Distrito Electoral del D. F.
No queremos terminar, sin antes reafirmar [que] el propósito que anima al "Ideario Político de la Mujer", tiene el afán de analizar el pensamiento de la mujer mexicana, dando a conocer no sólo los ideales de la que se desenvuelve en política, sino también los de aquellas que se significan en el campo de la cultura y la acción social.
Es decir, que con "El Ideario Político de la Mujer", lucharemos en el terreno del honor, lealtad a nuestro Primer Mandatario; por las actividades de orientación cívica para las mujeres mexicanas y, sobre todo, con la finalidad inquebrantable de servir a los intereses más altos de la Patria.
De 24 de abril de 1956
Le saluda cordialmente: J. Domínguez
Archivo General de la Nación, Adolfo Ruiz Cortines, c. 864, exp. 545.2/1, 6 p.
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