Marzo 18 de 1938
1º DE ENERO
En los últimos días de diciembre de 1937, la situación económica fue un tanto difícil, debido a la campaña que las empresas petroleras han venido haciendo en contra de los intereses del país, negándose a obedecer el laudo de la Comisión Pericial, que estudió las posibilidades económicas de las propias empresas para las demandas de sus trabajadores, laudo que fue ratificado por la junta.
Simultáneamente emprendieron una intensa labor de prensa el exterior; gestionaron ante sus gobiernos protección de sus intereses; suspendieron las ventas de sus productos a crédito y retiraron de los bancos sus depósitos, ocasionando con todo esto que la reserva monetaria bajara considerablemente. Sin embargo, no lograron hacerla descender al extremo de producir una crisis grave en la vida económica del país. Muy estimulante fue para el Gobierno que el pueblo no manifiesta alarma por la actitud de las empresas.
El día 30 de diciembre el subsecretario de Estado del Gobierno pidió al embajador de México, doctor Castillo Nájera, y al secretario de Hacienda, licenciado Eduardo Suárez, transmitieran al gobierno de México solicitud de que el caso de las empresas petroleras se dejara a la resolución de la Suprema Corte de Justicia, ante quien ya habían recurrido en amparo, y pedían, además, que las autoridades del trabajo no condenaran a las empresas al pago inmediato de los salarios caídos. Se les contestó no procedía incluirlos en la suspensión.
Y por conducto de la Secretaría de Relaciones se dio a conocer al embajador de Estados Unidos, J. Daniels, la impresión del Gobierno mexicano de que en Washington se estaba ligando el caso de la compra de la plata con el conflicto de las empresas petroleras y sus trabajadores, sujeto a la resolución de las autoridades correspondientes. Y que el caso de la compra de la plata, que había suspendido el gobierno norteamericano, se trataba de un asunto exclusivamente de gobierno a gobierno.
A las 21 horas del mismo día 30 de diciembre, el embajador Francisco Castillo Nájera y el secretario de Hacienda, licenciado Eduardo Suárez, avisaron de Washington que el Gobierno norteamericano había resuelto reanudar sus adquisiciones de plata y que desde luego haría operación por treinta y cinco millones de onzas que tenía disponible el Banco de México.
El embajador Castillo Nájera comunicó a la vez, que el subsecretario de Estado Sumner Welles, le recomendó informar al gobierno de México que las gestiones de su Gobierno, relacionadas con el problema de las empresas petroleras, sólo obedecían a una actitud de carácter amistoso.
Con lo anterior nos evitamos, por esta vez, un mayor descenso en las actividades económicas a que pretendían orillarnos las empresas petroleras. Sirva esto de nueva experiencia, que gobierno y pueblo no deben olvidar y sí prepararse contra futuras acometidas que seguramente se presentarán.
Con las experiencias que ya tiene México, deben buscarse los medios adecuados para evitar la intervención de intereses extranjeros irresponsables y faltos de respeto a nuestras leyes, y asegurar para el desarrollo del país sus propios recursos, como el petróleo.
9 DE MARZO
En el conflicto de las empresas petroleras con sus trabajadores, a petición de las dos partes, el Gobierno designó una comisión que hiciera estudios de las peticiones obreras para conocer si las empresas están o no en condiciones de atender las demandas del Sindicato.
El resultado del estudio fue favorable a los trabajadores, señalando, que las empresas pueden cubrir el aumento de veintiséis millones trescientos mil pesos.
Las empresas no conformes recurrieron al amparo, que les fue negado por la Suprema Corte de Justicia.
El día 7 del actual pidieron los representantes de las empresas petroleras, por conducto de la Embajada de Estados Unidos, los recibiera, y los atendí. Manifestaron se encontraban sus empresas imposibilitadas para cumplir el laudo que fijó los veintiséis millones de aumento a los trabajadores petroleros, y consultaron si podría aplazarse su cumplimiento. Se les contestó que el proceso había terminado y debían acatarlo.
A las 22 horas del mismo día 7 recibí en Palacio a la directiva del Sindicato Petrolero, comunicándome habían tomado el acuerdo de dar por terminados los contratos de trabajo en vista de la actitud rebelde de las empresas, y reiteraron su apoyo a las disposiciones que tome el Gobierno.
El día 8, a las 11 horas, celebré platicas con el Gabinete, informándole que en vista de que las empresas petroleras siguen en su actitud inconsecuente y se niegan a obedecer el fallo de la Suprema Corte y las disposiciones de autoridades responsables que han intervenido en el problema, necesitaba conocer la opinión de cada uno y las medidas que debían tomarse en caso de que las empresas no den cumplimiento al laudo. Escuché sus impresiones que fueron diferentes, pero coincidieron todos en que las empresas estaban procediendo indebidamente.
Se acordó formular un programa que se pondría en ejecución si las empresas suspendían sus actividades, y fijamos fecha para una nueva reunión de Gabinete.
Soy optimista sobre la actitud que asumirá la Nación en caso de que el Gobierno se vea obligado a obrar radicalmente. Considero que cualquier sacrificio que haya que hacer en el presente conflicto lo hará con agrado el pueblo.
México tiene hoy la gran oportunidad de liberarse de la presión política y económica que han ejercido en el país las empresas petroleras que explotan, para su provecho, una de nuestras mayores riquezas, como es el petróleo, y cuyas empresas han estorbado la realización del programa social señalado en la Constitución Política; como también han causado daños las empresas que mantienen en su poder grandes latifundios a lo largo de nuestra frontera y en el corazón del territorio nacional, y que han ocasionado indebidos reclamos de los gobiernos de sus países de origen.
Varias administraciones del régimen de la Revolución han intentado intervenir en las concesiones del subsuelo, concedidas a empresas extranjeras, y las circunstancias no han sido propicias, por la presión internacional y por problemas internos. Pero hoy que las condiciones son diferentes, que el país no registra luchas armadas y que está en puerta una nueva guerra mundial, y que Inglaterra y Estados Unidos hablan frecuentemente en favor de las democracias y de respeto a la soberanía de los países, es oportuno ver si los gobiernos que así se manifiestan cumplen al hacer México uso de sus derechos de soberanía.
El Gobierno que presido, contando con el respaldo del pueblo cumplirá con la responsabilidad de esta hora.
Países hay que han podido reivindicar sus recursos naturales para su propio desarrollo, pero la indecisión de sus gobernantes y los compromisos que los atan, mantienen a sus pueblos atrasados en su economía y en su independencia política.
Unidad de los países latinoamericanos para la defensa y desarrollo de sus recursos naturales, sería la solución de muchos de nuestros problemas; pero se está aún muy lejos de lograrla.
A las 13 horas salí en automóvil con el señor licenciado Eduardo Suárez, secretario de Hacienda, y otros colaboradores hacia el ingenio azucarero de Zacatepec, que llevará por nombre “Emiliano Zapata”, instalado por el Gobierno Federal con fines sociales a favor de los ejidatarios de la zona.
Se nombró gerente de dicho ingenio al ingeniero Maqueo Castellanos. El día 21 del actual se iniciará la primera zafra.
Al regresar de Zacatepec nos paramos a las 21 horas en la desviación del camino que va a Palmira, entre los kilómetros 79 y 80 de la carretera Cuernavaca-Acapulco, y llamé fuera del auto al general Francisco Múgica, secretario de Comunicaciones, y le hice conocer mi decisión de decretar la expropiación de los bienes de las compañías petroleras si éstas se negaban a obedecer el fallo de la Suprema Corte de Justicia.
Hablamos de que difícilmente se presentaría oportunidad tan propicia como la actual, para reintegrar a la nación su riqueza petrolera. No hacerlo por temor a consecuencias económicas o a posibles exigencias diplomáticas de Inglaterra y de Estados Unidos, sería antipatriótico y de graves responsabilidades que con justicia el pueblo señalaría.
El general Múgica resueltamente estuvo de acuerdo con la idea de proceder contra las compañías en su actitud rebelde.
10 DE MARZO
Al regresar ayer noche del ingenio azucarero “Emiliano Zapata”, instalado en Zacatepec, Mor., acompañado del licenciado Eduardo Suárez, secretario de Hacienda, del general Francisco J. Múgica, secretario de Comunicaciones, y otros colaboradores del Gobierno, nos detuvimos sobre la carretera en las cercanías de Cuernavaca, entre los kilómetros 79 y 80, y con el general Múgica caminamos hacia Palmira platicando durante más de una hora.
Nos referimos a la situación que viene ocasionando la actitud de las empresas petroleras que han reducido la venta de combustibles y demás operaciones de sus negocios; así como las reiteradas peticiones a sus gobiernos de que apoyen sus demandas en contra del fallo de la Suprema Corte.
Hicimos consideraciones de las circunstancias que podrían presentarse si gobiernos como los de Inglaterra y Estados Unidos, interesados en respaldar a las empresas petroleras, presionaban al Gobierno de México con medidas violentas; pero tomamos también en cuenta que se presenta ya la amenaza de una nueva guerra mundial con las provocaciones que desarrolla el imperialismo nazifascista, y que esto los detendría de agredir a México, en el caso de decretar la expropiación.
Conocedor el general Múgica de la conducta de las empresas petroleras, por juicios que se han seguido contra las citadas empresas y en los que él ha intervenido, y por los procedimientos y atropellos cometidos por los empleados de las propias empresas, y que presenció cuando me acompañó en los años que estuve al frente de la Zona Militar de la Huasteca Veracruzana; y reconociendo en él sus convicciones sociales, su sensibilidad y patriotismo, le di el encargo de formular un proyecto de manifiesto a la Nación, explicando el acto que realiza el Gobierno y pidiendo el apoyo del pueblo en general, por tratarse de una resolución que dignifica a México en su soberanía y contribuye a su desarrollo económico.
Hasta hoy no se ha llegado a hacer mención, oficialmente, del propósito de expropiación. Se dará a conocer en el momento oportuno. En los centros políticos y financieros, la generalidad cree, y aun las mismas empresas, que el Gobierno podrá llegar, solamente, a dictar la ocupación de las instalaciones industriales.
No puede retardarse mucho la decisión de este serio problema.
Los Pinos, 22 horas.
15 DE MARZO
La Suprema Corte de Justicia negó el amparo que interpusieron las Compañías Petroleras en contra del laudo que dictó la Junta federal de Conciliación y Arbitraje en el conflicto sustentado entre las empresas y sus trabajadores. ·
A petición de las empresas y trabajadores, el gobierno federal sometió al estudio de una Comisión Pericial, las peticiones obreras, para conocer si las empresas estaban o no en condiciones de atender las demandas económicas.
El estudio fue favorable a los trabajadores, señalando la Comisión, que las empresas pueden cubrir un aumento de $26 300 000.00 anuales.
Las Compañías no conformes recurrieron al amparo que les fue negado.
Al crearse el conflicto entre trabajadores y empresas, éstas emprendieron una campaña de alarma perjudicial al gobierno y al país, por medio de la prensa tanto en el interior como en el exterior, con la mira de estrecharlo en su economía pretendiendo obligarlo a ponerse de lado de sus intereses.
Simultáneamente con esta labor de prensa, retiraron todos sus depósitos de los Bancos y suspendieron las operaciones a crédito con las demás industrias y particulares.
Por estos medios y haciendo gestiones ante sus respectivos gobiernos, que se hicieron sentir a través de atentas y cordiales visitas de los representantes diplomáticos de Estados Unidos e Inglaterra, quisieron las citadas Compañías provocar una crisis que el gobierno ha logrado contrarrestar hasta hoy por haberse apoyado en fundamentos legales, como por la cooperación que la Administración ha tenido de todo el pueblo.
El día 7 del actual recibí a los representantes de las compañías petroleras, y les hice conocer la conveniencia de acatar el laudo, contestando encontrarse imposibilitados para hacerlo.
Por la noche celebré junta con los secretarios de gobernación, de Hacienda, de Economía, de Relaciones Exteriores y jefes de los Departamentos del Trabajo y Prensa y Publicidad, cambiando impresiones sobre las medidas que deberían tomarse en caso de que las Compañías no dieran cumplimiento al laudo.
A las 22 horas del mismo día, recibí en Palacio al Sindicato de Trabajadores Petroleros quienes me comunicaron haber tomado el acuerdo de dar por terminados los contratos de trabajo, en atención a la actitud rebelde de las compañías petroleras.
El día 10 del actual, a las 11 horas celebré junta con el secretario de Hacienda, de Economía, subsecretario de Relaciones, jefe del Departamento del Trabajo y el gerente del Banco de México.
Les hice conocer que el gobierno está decidido a obrar radicalmente en contra de las compañías petroleras, llegando hasta la expropiación de la industria petrolera, en vista de la actitud altanera y la obstinación de negarse a obedecer el fallo del más alto Tribunal de Justicia del país, como lo es la suprema Corte. Se acordó proceder a formular un plan económico que se pondrá en ejecución para hacer frente a la situación que de momento pudiera crearse con motivo de la expropiación de esta industria.
Soy optimista sobre la actitud que asumirá todo el pueblo de México en el caso petrolero. Considero que cualquier sacrificio económico que sea necesario con gusto lo hará el pueblo.
México tiene hoy la oportunidad de librarse de una opresión económica que ha impedido el progreso del país y que ha imposibilitado la realización del programa social previsto en la Constitución General de la República.
Si el gobierno de México no ha logrado durante el régimen revolucionario aplicar íntegramente lo prevenido por el artículo 27 en materia de concesiones del subsuelo, es debido a la acción que han venido desarrollando las Compañías a través de representaciones diplomáticas, pero el suscrito que tiene el propósito de expedir la nueva Ley del Petróleo interpretando el espíritu del artículo 27, aprovechará esta oportunidad que se presenta al negarse las Compañías a aceptar el laudo a favor de sus obreros, para llegar por medio de la aplicación de la Ley de expropiación a la total nacionalización de los yacimientos petroleros.
El momento es oportuno. Los gobiernos capitalistas hablan en este momento a favor de las democracias y del respeto absoluto a los demás países. Veremos si lo cumplen. Existe actualmente control político de parte del gobierno, estando, además, la nación en paz. Hay solidaridad entre el gobierno y la clase popular. Considero que muy pocas oportunidades tan especiales como ésta se presentarán a México para lograr independizarse del capital imperialista, y por ello, cumplirá mi gobierno con la responsabilidad contraída por la Revolución.
Países hay que han perdido su libertad por la indecisión y la pusilanimidad de sus dirigentes.
18 DE MARZO
En el acuerdo colectivo celebrado hoy a las 20 horas comuniqué al Gabinete que se aplicará la ley de expropiación a los bienes de las compañías petroleras por su actitud rebelde, habiendo sido aprobada la decisión del Ejecutivo Federal.
A las 22 horas di a conocer por radio a toda la Nación el paso dado por el Gobierno en defensa de su soberanía, reintegrando a su dominio la riqueza petrolera que el capital imperialista ha venido aprovechando para mantener al país dentro de una situación humillante.
19 DE MARZO
Siendo las 3 horas del 19 (sábado) firmé en Palacio el decreto de expropiación que formularon los señores licenciados Eduardo Suárez, Raúl Castellano, Antonio Villalobos, Enrique Calderón, Gustavo Corona, el secretario de Economía Efraín Buenrostro y el ingeniero Manuel Santillán, director de la Administración General del Petróleo.
Con un acto así, México contribuye con los demás países de Hispanoamérica para que se sacudan un tanto la dictadura económica del capitalismo imperialista.
Ayer se decretó la expropiación de las instalaciones industriales de las empresas petroleras que operan en el país.
A las 22 horas de ayer, 18 de marzo, dirigí en Palacio Nacional un mensaje a la Nación, participándole el paso trascendental que da el Gobierno de México, reivindicando la riqueza petrolera que explotaban empresas extranjeras.
He hablado al pueblo pidiendo su respaldo, no sólo por la reivindicación de la riqueza petrolera, sino por la dignidad de México que pretenden burlar extranjeros que han obtenido grandes beneficios de nuestros recursos naturales, y que abusan considerándose ajenos a los problemas del país.
Con voluntad y un poco de sacrificio del pueblo para resistir los ataques de los intereses afectados, México logrará salir airoso; y para ello confío en la comprensión y patriotismo de todos los mexicanos.
Hoy podrá la Nación fincar buena parte de su crédito en la industria del petróleo y desarrollar con amplitud su economía.
Los Pinos, 23 horas.
23 DE MARZO
En 1926 el general Heriberto Jara, gobernador del Estado de Veracruz, visitó el norte del propio Estado y conoció de cerca el problema suscitado entre la Huasteca Petroleum Company y sus trabajadores, problema que fue resuelto a favor de los trabajadores durante el gobierno del general Calles.
El general Jara llegó a Villa Cuauhtémoc, lugar en que residía el Cuartel General de la Zona Militar de la Huasteca Veracruzana y permaneció allí varios días. A su regreso hacia Jalapa lo acompañé, haciendo el viaje por las brechas, a lo largo de la costa.
Me habló de los problemas que con frecuencia ocasionaban las empresas petroleras, que se negaban a cumplir las prestaciones a sus trabajadores estipuladas en la ley, haciendo alarde de contar con apoyos poderosos, sintiéndose en “tierras de conquista”; pero estamos avanzando, manifestó, “en la organización sindical que sabrá defender sus derechos”.
Doce años después salían del país las empresas petroleras. Y hoy ante el actual conflicto petrolero, hemos recordado con el ingeniero Jara los episodios y circunstancias de aquellos años, que el tiempo y la consolidación del Gobierno de la Revolución han venido cambiando.
12 DE MAYO
A las 10 horas de hoy se presentó en Palacio Nacional el general Eduardo Hay, secretario de Relaciones Exteriores, informando recibió una nota del ministro de Inglaterra Owen O’Malley, en la que pide la entrega inmediata del abono anual “por las reclamaciones basadas en daños causados por actos revolucionarios”, aclarando el general Hay que en el convenio de 1935 quedó estipulado que cuando se retrasara el pago se cargarían intereses. Que en la misma nota el ministro O’Malley comunicó que su Gobierno insistía en la devolución de los bienes expropiados a la compañía mexicana El Águila, y llama de arbitraria la aplicación de la ley de expropiación.
Por conducto del licenciado Raúl Castellano, secretario particular, se citó al doctor Francisco Castillo Nájera, embajador de México en Estados Unidos, que había llegado de Washington, y en junta con el general Hay, licenciado García Téllez y licenciado Castellano les di a conocer la nota del gobierno inglés y comunicaciones anteriores que no son correctas, como la del día 8 de abril que me entregó personalmente el ministro O’Malley en audiencia que solicitó, y cuya nota le fue devuelta con la advertencia de que debía hacerlo por conducto de la Secretaría de Relaciones.
Se acordó notificar al ministro O’Malley la determinación del Gobierno de suspender las relaciones diplomáticas con su Gobierno.
La Secretaría de Hacienda cubrió el mismo día el abono respectivo.
Hoy llegó a ésta nuestro embajador en Estados Unidos, doctor Castillo Nájera. Trae un anteproyecto de arreglo relacionado con el caso de las compañías petroleras.
14 DE MAYO
Comunicó hoy el general Hay, secretario de Relaciones, tuvo aviso del ministro de Inglaterra se prepara ya para salir del país el día 20 del presente mes. Así se pone fin a las relaciones diplomáticas con el gobierno inglés, que ha rebasado los límites de tolerancia del gobierno de México.
17 DE JULIO
Siguen haciendo “su negocio” hombres de mala fe que bajo el manto hipócrita de servir al país, esconden su maldad y su ambición de lucro argumentando que fue perjudicial para México la expropiación hecha a las compañías petroleras (Luis Cabrera).
La Nación se convencerá de que fue una necesidad moral para el país. Pero suponiendo que hubiera una crisis económica por la presión extranjera, no será esto la única causa por la que el Gobierno y el pueblo lleguen a encontrarse ante un conflicto sino que habrán contribuido a crearlo la traición de quienes, por su condición de mexicanos, están obligados a aportar su contingente para librar al país de las humillaciones que ha venido sufriendo con la oposición de las compañías de respetar las leyes y con los asesinatos y despojos de terrenos llevados a cabo por los agentes de las mismas compañías petroleras.
¿Qué importa la escasez económica si ello ha de contribuir a salvar el decoro del país?
A mi gobierno toca encauzar el desarrollo de la industria petrolera en manos de los mexicanos y a conseguirlo pondré todo mi esfuerzo.
Posiblemente pueda España ayudarnos pignorando nuestro petróleo.
Interesa esto a todos los pueblos de Hispanoamérica.
Si México se viera abandonado en esta lucha contra el capitalismo imperialista se extinguirá aquí por hoy la democracia político-económica que empieza a nacer en los pueblos de América y esto perjudicaría seriamente a la España Republicana.
Escribí al señor presidente Azaña.
17 DE AGOSTO
En plática tenida hoy con los señores secretario de Gobernación, licenciado Ignacio García Téllez; secretario de Economía, Efraín Buenrostro; presidente de la Suprema Corte de Justicia, licenciado Daniel Valencia; gerente del Banco Nacional Obrero de Fomento Industrial, licenciado Enrique González Aparicio; secretario particular; licenciado Raúl Castello; oficial mayor de la propia Secretaría Particular, licenciado Godofredo Beltrán y secretario de la Comisión Técnica de Estudios de la Presidencia de la República, ingeniero Enrique Calderón, resolvimos presentar ante las Cámaras proyecto de reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución General para nacionalizar las concesiones petroleras y constituir el monopolio de Estado de la industria petrolera y anunciar la cancelación de las concesiones ordinarias de las compañías expropiadas.
(En Los Pinos, D. F.) Lázaro Cárdenas, Ignacio García Téllez,
Efraín Buenrostro, Daniel V. Valencia, Enrique González Aparicio,
Godofredo Beltrán, Enrique Calderón, Raúl Castellano.
En la casa de Los Pinos, a las 18 horas. México, D. F.
1939
5 DE FEBRERO
Las compañías petroleras han continuado con más vigor su campaña periodística en contra de México. La prensa americana al servicio de sus intereses, habla frecuentemente de que la política de México es contraria a los intereses del Gobierno y del pueblo americanos, por el hecho de que nuestro petróleo esté siendo vendido a Alemania. Hacen el cargo de que la política de México da un flanco hacia el nazismo.
Y ante esta campaña de intrigas ¿qué hace el Gobierno “demócrata” de Estados Unidos?
Decirnos a través de su Departamento de Estado y en pláticas amistosas que la situación es muy delicada, que el pueblo de Estados Unidos se está impresionando por los rumores de nazismo y que desea ver que se llegue a un pronto arreglo con las compañías petroleras.
México contesta que desde el día en que verificó la expropiación, se anunció públicamente estar dispuesto el Gobierno a cubrir la indemnización y a arreglar la forma de pago. Y México insiste hoy en que se diga a las compañías petroleras que deben venir ante las autoridades para convenir el pago.
En telegrama cifrado ayer, recibido hoy de Washington, nuestro embajador Castillo Nájera me informa: “Tuve conferencia con presidente Roosevelt habiendo concurrido Welles. Presidente reitera sus simpatías presidente Cárdenas y su disposición esforzarse todos problemas pendientes resuélvanse manera satisfactoria. Dijo que en conferencia senadores demostró a Reynolds inutilidad práctica resolución investigar asuntos México. Expuso hablará con Richberg urgirlo inicie negociaciones necesarias arreglo rápido petróleo indispensables para evitar agitaciones ambos países”.
Parece que el gobierno americano pretende intervenir en forma “amistosa” para que se llegue a un arreglo entre el Gobierno de México y las compañías. Podrá no haberlo si las compañías insisten en querer tener de nuevo el control de la explotación interna del petróleo. Para México la solución es que reconozcan la expropiación y que se trate sobre el monto de la indemnización y la forma de pago. México podrá tener un arreglo en el sentido de que las compañías sean conducto para la distribución del petróleo mexicano en el exterior, y de sus ventas descontar el abono anual.
El Gobierno de México no debe admitir una intervención oficial del gobierno americano. Ello sentaría un precedente de graves consecuencias para la soberanía de la Nación y anularía prácticamente para los extranjeros la Ley de Expropiación, que es el instrumento eficaz por el cual el Gobierno podrá cumplir el programa social de la Revolución Mexicana. Y México tiene que aprovechar este momento favorable en que los gobiernos llamados “democráticos” declaran ante la opinión internacional ser respetuosos de la soberanía de los pueblos.
La presencia de las compañías petroleras en México ha hecho mucho daño al país. La serie de crímenes y asesinatos dirigidos por los directivos de las empresas para asegurar sus instalaciones, su actitud altanera frente a las autoridades del país y su provocación constante para crear conflictos en el interior y en el exterior, son dolorosa experiencia de la Nación mexicana, que ha pagado muy cara por su vieja política de “facilitar la inversión de capitales extranjeros para el desarrollo del país”.
Seguramente hubo buena fe en ello y sano propósito, pero no hubo estudio para cuidar el alcance que iban a tener en la vida política y económica del país las ilimitadas concesiones del subsuelo, ni se llegó a sospechar la enorme riqueza que se entregaba al extranjero.
Y ninguna oportunidad tan brillante y tan justificada ante los ojos del mundo para sostener el paso dado por el Gobierno en su decreto del 18 de marzo de 1938.
El momento más propicio para una fuerte crisis política y económica que pudo haberse presentado en el país por la expropiación de los cuantiosos intereses petroleros que han vuelto al dominio de la Nación, pasó ya. Retroceder o perder lo ganado sería una traición a la patria.
Ni presión económica, ni el anuncio de la presencia de escuadras extranjeras en aguas mexicanas, haría tanto daño a la vida política de México, como el que se causaría con la devolución pacífica de los yacimientos petroleros a las compañías expropiadas.
12 DE FEBRERO
La prensa americana informó ayer que el caso petrolero se arreglará participando las compañías expropiadas en la administración de la industria y reconociéndoles el Gobierno la propiedad del 50%, terminando su intervención hasta liquidarse el importe de la indemnización. Y dan esta versión recogida del C. Richberg, representante de las compañías para tratar del arreglo con el Gobierno de México.
El día 9 del actual comunicó el doctor Castillo Nájera, nuestro embajador en Washington, que en conferencia que tuvo con Richberg entregó éste un memorial con varios puntos, siendo el primero y más importante la proposición de que se deje a las compañías la administración de la industria hasta cubrirse el importe de la indemnización, pidiendo además concesiones en impuestos, tarifas y seguridades de que no se les presentarán conflictos con los trabajadores. Es decir, mayores concesiones que las que tenían antes de la expropiación.
Le di instrucciones telefónicas a Castillo Nájera para que diga a Richberg que las anteriores proposiciones no son convenientes para México y que se le sugiere venga trayendo un plan de arreglo basado en ninguna participación de las compañías en el manejo de la industria petrolera.
En mensaje del 9, recibido el día 10, informa Castillo Nájera haber recibido de nuevo la visita de Richberg, quien le manifestó que “bases presentó constituyen pretensiones máximas compañías, pero de ningún modo su discusión implica compromiso aceptarlas.
Richberg dispuesto discutir proposiciones haga presidente Cárdenas. Descartando puntos opuestos existe base común para discutir sobre ella plan contrato largo plazo por el que compañías cooperen con Gobierno México en operaciones petroleras asegurando ventajas todos interesados. Richberg dispuesto trasladarse México primeros días marzo”.
Le contesté diga al C. Richberg que puede venir en la fecha que señala. El Gobierno podrá aceptar un arreglo a base de la venta a largo plazo del producto petrolero de exportación, en igualdad de precio al que se pueda vender a otros países. Asegurándoles la indemnización mediante el descuento que podían hacer de las mismas ventas en la cantidad que se señale en el arreglo. Intervención en el manejo de la industria o devolución de propiedades, es inútil tratarlo. México no debe permitir su injerencia de nuevo.
Sería entregarles la vida económica del país. Se puede contratar a largo plazo, entendidos de que el petróleo crudo se les venderá entre tanto la administración del petróleo instala sus refinerías y una vez realizado esto, se les venderán productos refinados.
Con Richberg se tratará sobre el arreglo con los intereses petroleros expropiados a compañías americanas. En cuanto a los intereses Águila, siendo éstos reconocidos legalmente como intereses mexicanos, se entenderán directamente los accionistas con el Gobierno de México.
No debe aceptarse la intervención de elementos extranjeros para la indemnización de lo expropiado a la compañía El Águila.
La eliminación de las guerras imperialistas depende de la solidaridad de los trabajadores del mundo. Sin ella los pueblos seguirán siendo vejados.
La organización de los trabajadores traerá su liberación sin necesidad de recurrir a las armas.
Mi experiencia en el Gobierno frente a la actitud que guardan las empresas industriales de extranjeros establecidas en el país. Su constante amenaza contra la soberanía de la Nación La falsa teoría (internacional) sobre la persistencia de la nacionalidad de origen.
La Nación en guardia.
Programa y solución.
I. Renuncia de los extranjeros a la persistencia de la nacionalidad.
II. Inversión en el país de las utilidades.
III. Adquirir las industrias de los extranjeros.
México ha de mantener fija su atención en las frecuentes dificultades a que lo han orillado las compañías industriales extranjeras al estar recurriendo a las autoridades de donde son originarias, quejándose de sus propios conflictos con los trabajadores o en contra del Gobierno, cuando México se ha visto obligado, en bien del país, a dictar nuevas leyes.
Tras las quejas de los extranjeros vienen las “visitas amistosas” de los representantes diplomáticos o indicaciones, también “amistosas”, a nuestros representantes en el extranjero; y si bien es cierto que los países fuertes por propia conveniencia no anuncian una agresión armada, sí apoyan directa o indirectamente a compañías o individuos extranjeros en contra de las leyes del país.
México tiene ya una larga y amarga experiencia sobre esto: En el conflicto de los trabajadores con las compañías de electricidad, “intervención amistosa” de las autoridades americanas.
En los conflictos mineros, quejas de las empresas con las autoridades americanas e intervención “amistosa” de éstas ante las autoridades mexicanas.
En las afectaciones agrarias que se están haciendo en cumplimiento de la ley, quejas de los propietarios extranjeros ante las mismas autoridades americanas y exigencia de éstas para un inmediato pago, sin tomar en cuenta que el Gobierno de México viene colocando en igualdad de condiciones a nacionales y a extranjeros.
En el caso petrolero, al surgir el conflicto entre los trabajadores y las empresas, éstas emprendieron una acometida en contra del Gobierno y del país en el interior y en el exterior por medio de la prensa, retirando sus depósitos bancarios y lanzando versiones que sembraron la desconfianza en el país; pretendiendo así obligar al Gobierno a que influyera con los trabajadores para disciplinarlos a sus intereses, y cuando México se vio obligado a decretar la expropiación por la actitud rebelde y altanera de las compañías, éstas recurrieron a los gobiernos extranjeros de donde son originarias y no obstante que una de las compañías expropiadas,
“El Águila”, era empresa mexicana, vino la representación diplomática de Inglaterra en forma que lesionaba la dignidad de la Nación y México se vio en la necesidad de suspender sus relaciones con Inglaterra, ordenando el inmediato retiro de su Ministro.
Después han continuado las empresas en una activa propaganda de difamación contra México, pretendiendo aislarlo en sus relaciones oficiales y espirituales con los pueblos.
Con los trastornos que viene sufriendo el país y con la falsa teoría de Norteamérica, que insiste en sostener la persistencia de la nacionalidad en las empresas o ciudadanos que emigran a tierras distintas de las propias, para buscar mejoramiento y prosperidad económica, México debe mantenerse en guardia, evitando que nuevos inversionistas extranjeros vengan con dicho criterio y debe adquirir las industrias de las empresas que persistan en ello.
Si algunos sectores han creído que las inversiones extranjeras hacen bien al país, están en un error. Habría beneficio para México cuando las utilidades se invirtieran o quedaran aquí mismo, pero no sucediendo así, la realidad es que las industrias extractivas, que en su mayoría están en manos de extranjeros, vienen agotando al país sin que el pueblo mejore su vida.
Y si México ha de permitir que el capital extranjero venga al país, que sea con la obligación de invertir aquí mismo las utilidades que obtenga en sus explotaciones. Debe permitirse sí la salida del capital invertido, más los intereses que correspondan, pero no las utilidades que son riqueza que se roba injustamente al país.
Mientras no se acomoden los intereses capitalistas a las normas señaladas por México, siempre habrá la amenaza de tirantez de relaciones, de agresiones económicas y un estancamiento en el desarrollo industrial.
Y antes que continuar manteniendo a la Nación en este estado de frecuentes crisis diplomáticas y económicas, pongamos fervor, energía y fe en desarrollar al país con nuestros modestos recursos, pero libres del peligro que para la Nación representa la participación del capital imperialista en nuestra propia economía.
1, 2 Y 3 DE MAYO
En Saltillo, Coah.
Durante estos días platicamos en Palacio de Gobierno con el señor Richberg. Castillo Nájera tradujo.
México acepta un convenio de colaboración, manteniendo el Gobierno el control de la administración y operación de la industria petrolera. Las compañías aportarán el importe de la indemnización. Se les reconocerá representación proporcional a su inversión en el convenio.
Al iniciar las pláticas el día primero insistía en que las compañías tengan control en la industria.
Haré conocer a las compañías las bases en que México acepta formar la sociedad que proponen.
14 DE OCTUBRE
Los señores Walter Douglas y Nelson Rockefeller me visitaron este día en Jiquilpan. Fueron alojados en unión de sus esposas en mi domicilio.
El señor Rockefeller manifestó deseos de entrevistarme, según él, para conocerme e informarme de la labor que en materia de salubridad desarrolla en el país el instituto de su nombre.
Me habló del caso petrolero, opinando que la formación de una gran compañía entre Gobierno y empresas expropiadas, con la intervención de éstas en el manejo de la industria, podrá ser una solución.
Le hice conocer el firme propósito del gobierno mexicano de liquidar primero a las compañías, previo avalúo de sus intereses, y después un convenio de colaboración podría estudiarse.
Habló de que las compañías tenían derecho al subsuelo y le expliqué que sólo llegaron a tener concesiones para explotar, pero no se les llegó a dar la propiedad del subsuelo.
Convino en que México no podrá fincar el arreglo en todo lo que significara devolución ni reconocimiento de derecho al subsuelo por parte de las compañías. Hablamos del avalúo y señaló sabía que las compañías estimaban sus intereses en cuatrocientos millones de dólares.
Le hice conocer que si las compañías insistían en seguir pidiendo intervención al Departamento de Estado americano, perdían sus derechos las compañías organizadas bajo las leyes mexicanas y que en este caso están El Águila y otras.
Que el gobierno mexicano no podía admitir gestiones del gobierno americano para asuntos de intereses británicos.
1940
1º DE ENERO
1º La expropiación petrolera, si bien reconoció como causa inmediata la situación creada por la resistencia de las compañías petroleras para acatar el laudo de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, ratificado por la Suprema Corte de Justicia, tuvo un alcance mayor respecto de esa causa. En efecto, por virtud de ella la Federación pudo al fin reivindicar sus derechos sobre el petrolero que, aunque declarados en 1917 al anudarse la legislación mexicana con los precedentes coloniales, no había logrado plena efectividad por virtud de las situaciones creadas por la explotación privada de los yacimientos.
2º Esta mayor amplitud de la expropiación petrolera con respecto a sus antecedentes inmediatos, se puso de manifiesto con la Iniciativa enviada por el Ejecutivo al Congreso en su último periodo ordinario de sesiones, para proscribir definitivamente de la materia petrolera el régimen de las concesiones, y poder así entregar la explotación al Estado directamente.
3º Las obligaciones que el gobierno mexicano contrajo con motivo de las expropiación petrolera, cuya depuración en cuanto al monto, deberá de hacerse por los procedimientos que la Constitución establece, se justifican en la medida en que corresponden a un beneficio que la totalidad del pueblo mexicano recibirá al quedar la explotación en manos del gobierno; puesto que después del lapso indispensable para cumplir con esos compromisos, o antes si llega a concertarse algún arreglo con las compañías expropiadas, el Estado contará con nuevos recursos patrimoniales que le permitirán realizar, en más amplia medida su política de mejoramiento a las clases sociales desvalidas.
4º En tales condiciones, el ejecutivo considera que, sin perjuicio de que se mantenga una constante vigilancia sobre la marcha de los organismos creados hasta ahora para el manejo de la explotación y la distribución del petróleo, con objeto de mejorarlos incesantemente y de hacerlos más eficaces, en ningún caso podrá imprimirse a esos organismos una estructura que se desentienda de la intervención fundamental que el gobierno debe de tener en ellos. En otras palabras, el Estado debe continuar siendo el responsable de la marcha de esas entidades, aunque, naturalmente, sin perjuicio de cumplir con las obligaciones que ha contraído respecto a los trabajadores de la industria, y la nación debe beneficiarse de los productos de la explotación de la industria petrolera nacional, no sólo para responder de las obligaciones que la expropiación le ha creado frente a los antiguos propietarios, sino para extender los beneficios que este renglón de las actividades pueda ofrecerle para el desarrollo económico general del país y para la intensificación de la labor social que ha venido siendo parte esencial del proceso revolucionario.
6 DE MAYO
México, D. F., 24 horas. Ahora regresé de Puebla en compañía de los señores Efraín Buenrostro, secretario de Economía, licenciado Salvador Martínez de Alva, embajador de México en Guatemala, Sanginés, ex embajador de Bolivia, y licenciado José Muñoz Cota. Traigo buena impresión de la labor que desarrolla el Gobierno del Estado, principalmente en materia educativa.
Conversé aquí con Buenrostro, manifestándole que es mi propósito firmar el convenio con Sinclair hasta saber la actitud que va a seguir el gobierno de Estados Unidos ante la negativa de México de llevar el caso petrolero al arbitraje internacional.
El arreglo con Sinclair es oneroso para el país y si se acepta es por tal de defender los principios, pero si el gobierno de Estados Unidos en vez de convenir en el punto legal de México, en que venga el resto de las compañías americanas a tratar directamente con nuestras autoridades, se pone exigente, entonces, es preferible no hacer el sacrificio económico que representa dicho arreglo con Sinclair.
22 DE MAYO
Hoy me informó el señor licenciado Eduardo Suárez, secretario de Hacienda, haber recibido la visita del Agregado Comercial de Alemania, comunicándole a nombre del ministro de su país, tener instrucciones de decir a México que estando seguro su Gobierno del triunfo sobre los aliados, ofrecía, si México lo aceptaba, imponer a Inglaterra entre las condiciones de paz, la cancelación de la deuda correspondiente a los bienes petroleros expropiados a El Águila.
Contesté al señor licenciado Suárez dijera al Agregado Comercial que México no toma en cuenta tal ofrecimiento. Alemania está desarrollando una propaganda activísima y busca por todos los medios hacer adeptos a su causa.
Su campaña de expansión, como todo atropello a cualquier país, está en pugna con los sentimientos del pueblo mexicano.
23 DE MAYO
A las 13 horas recibí la visita del señor J. Foster, secretario de la Embajada de Inglaterra en los Estados Unidos de América, quien con el deseo de saludarme “en su viaje de turista”, me dio a conocer “su idea propia, no autorizada oficialmente, de que convenía a Inglaterra y a México reanudar sus relaciones y que en caso de llegarse a tratar de ello por ambos gobiernos, pensaba que un cambio simultáneo de notas acreditando los respectivos ministros, podría resolver el caso”. Asentí con él expresándole que México no esperaba explicaciones sobre el incidente, tanto más que consideraba que Inglaterra convenía ya en el derecho que asiste a México para expropiar.
Después de varios minutos de conversación se retiró. Estuvo presente el señor licenciado Suárez, secretario de Hacienda.
Indudablemente que Inglaterra desea reanudar sus relaciones con México por interesarle acreditar aquí representante con motivo de la guerra. A México también le conviene, una vez que Inglaterra lo propone.
14 DE AGOSTO
Durante algunas semanas despacharé por las tardes en la Gerencia de Petróleos, con objeto de ver de cerca la reorganización de la administración de la industria, de acuerdo con el plan que se le señaló.
En la nueva organización sigue al frente de la Gerencia el ingeniero Vicente Cortés Herrera. Se nombró subgerente al licenciado Sánchez Cuén.
Fuente: Lázaro Cárdenas. Apuntes. UNAM.
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