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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1938 Discurso pronunciado por el C. Presidente de la República ante la manifestación de trabajadores organizada el día 23 de marzo de 1938, para significar su respaldo con motivo de la expropiación de la industria petrolera.

Marzo 23 de 1938

 

Discurso pronunciado por el C. Presidente de la República ante la manifestación de trabajadores organizada el día 23 de marzo de 1938, para significar su respaldo con motivo de la expropiación de la industria petrolera [1]

 

 

”El pueblo todo del país ha respondido con su entusiasmo y aun con ofrecimientos económicos solidarizándose en el trascendental acto a que se vió obligado a recurrir el Gobierno por la actitud rebelde de las compañías petroleras negándose a obedecer el fallo del más Alto Tribunal de la República. Algunos sectores consideraban que podría ocurrir algo más grave que el pánico que iba a producirse en el ánimo de los poseedores de cantidades depositadas en los bancos y de billetes que se han apresurado a cambiarlos por moneda metálica, como si el peligro de la Patria radicara en una disminución de las economías privadas. Afortunadamente para la mejor y más exacta comprensión sobre en dónde radica el peligro de nuestra nacionalidad, los alarmistas se van serenando y los especuladores están viendo lo inútil de su conducta desleal y antipatriótica.

Ya hemos declarado que ningún fundamento tienen las versiones de los alarmistas y de los emboscados que son aquéllos, que apasionados por la política personalista, siguen ciegos negándose a participar en la independencia económica de México.

¿Qué hay peligro en ello? ¿Qué el país necesita hacer algún sacrificio? No hay duda; pero ante el peligro que ciertamente no es de una intervención armada está respondiendo el pueblo ofreciendo no sólo su contribución económica sino aun sus vidas si fuere necesario.

Algunos sacrificios económicos habrá que hacer, no sin ellos podrá conseguirse la independencia que nuestro pueblo reclama. Y no vamos a obtenerla por la fuerza ni a negarnos a pagar lo expropiado. Nos situamos en un plano legal y moral para hacer grande y respetado a nuestro País.

Debemos reconocer nuestros compromisos y obligaciones y contestar con actos de altura a la labor que la prensa de distintos países viene haciendo en contra de México. Debemos organizamos para principiar inmediatamente la indemnización de lo expropiado que es el paso que en estos momentos se impone, pues no sería justo que dejáramos esta deuda a las generaciones futuras.

Y en casos tan trascendentales como éste en que se ha manifestado una vez más el anhelo del pueblo por su independencia económica, dejaremos que el propio pueblo del país organice su cooperación y nos diga, hoy o mañana, cuál será la forma de su contribución para liberar nuestra riqueza petrolera.

Sí, debo insistir ante toda la Nación en pedir que su respaldo se manifieste siempre en una acción disciplinada que nos permita salvar el honor y el decoro de nuestra nacionalidad.

El pueblo de México debe tener confianza en el porvenir. La Revolución constituida en Gobierno, en estrecho abrazo con los patriotas de todo el país, salvarán el honor de México.

Por último, es oportuno declarar en estos momentos solemnes, para conocimiento de los países de todo el mundo, que los mexicanos harán honor a su deuda con el extranjero.”

Lázaro Cárdenas.

 

 

*N. E. En todos los documentos se modificó la ortografía y se conservó la fonética y el estilo original.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: El Petróleo en México. Recopilación: Henrique González Casanova y Agustín Acosta. México, Secretaría del Patrimonio Nacional, 1962.