Julio 8 de 1936
Las ideas exóticas en la evolución histórica de México. Vicente Lombardo Toledano.
Las teorías tienen, por lo menos en su función de programas, mucho más valor del que desdeñosamente se les atribuye. En los pueblos latinos, apasionados de lo ideal, han sido el alma de las evoluciones más profundas y de las luchas más intensas.
Emilio Rabasa.
Cada vez que en los pueblos se opera una transformación de importancia, antes de la lucha, durante ella o concluida en su parte principal, se produce un debate teórico entre los defensores del pasado y los representantes del régimen futuro. Y en cada ocasión, los argumentos de los ideólogos del sistema caduco giran alrededor del mismo tema: el cambio que se realiza no es el resultado de necesidades ni de ideas propias; es obra de agitadores perversos, de destructores irresponsables del orden establecido, que pretenden importar ideas extrañas que no encajan en las características del país.
México registra en su evolución histórica varias discusiones de esta índole. Hoy mismo se oye decir por muchas partes: la Revolución ha sido y debe ser un hecho mexicano, genuinamente nuestro, sin influencia de ideas ajenas, sin importaciones peligrosas e inaplicables a nuestro medio. El socialismo que conviene a la nación, debe ser un socialismo mexicano, surgido de nuestras instituciones jurídicas y de nuestros antecedentes históricos. La propaganda del socialismo marxista es antipatriótica y absurda, porque somos un país con problemas propios, que no pueden ser juzgados ni resueltos con la ayuda de doctrinas exóticas.
El asunto merece un estudio completo y detallado, que contribuiría mucho a la formación de la verdadera Historia de México, no escrita todavía. Me limito en las líneas que siguen, a exponer las bases de ese estudio.
EL MÉXICO AUTÓCTONO
Si por México se quiere designar al país sin influencias extranjeras, es necesario recordar que antes de la llegada de los españoles a esta región del continente, el régimen social establecido tenía estos rasgos: cultura basada en la piedra pulida; el hierro era desconocido; ausencia de animales y de vehículos de carga; alimentación compuesta de productos vegetales en las zonas de vida sedentaria y sólo de carne entre las tribus nómadas; escritura jeroglífica; gobierno monárquico-teocrático apoyado en el vasallaje de los núcleos débiles, y en el trabajo gratuito de la masa de la población propia, explotada por las castas privilegiadas y sometida a los horrores de un derecho embrionario y de una religión primitiva y feroz.
En el orden material todo lo hemos importado, como técnica de la producción económica, en el curso de los siglos: el hierro, el acero, el carbón, la electricidad, el petróleo; los ladrillos, el cemento, las puertas, los vidrios de las construcciones; los zapatos, las medias, el sombrero; la azada, el machete, la hoz, el martillo, el barreno, el arado; el buey, el asno, el caballo; la carreta, el ferrocarril, las embarcaciones de vela y de motor, el automóvil, el aeroplano; el camino, la carretera asfaltada; las fábricas; las instituciones de crédito. Todo lo que existe entre la prehistoria social y el régimen capitalista, fue para nuestros antepasados de las diversas épocas del desenvolvimiento de México, una novedad, una intromisión en la vida propia, un peligro o una adquisición inestimable.
En el orden ideológico nuestra balanza arroja también un enorme saldo en beneficio de la cultura europea, de la que hemos sido constantes tributarios. Ninguno de los principios que han alentado la vida del país es nuestro; ninguno de los programas que han contribuido a la formación de la conciencia nacional tiene el sello mexicano. No podemos reivindicar nada como propio, porque nada pudo inventar un país que se incorporó en un régimen más progresista, obligado por la fuerza a abandonar su organización social rudimentaria. No hace al caso saber si hubo razón para este acto de dominio violento, ni tampoco analizar las ventajas y los inconvenientes de la conquista española: éste es un asunto que merece un juicio ajeno al propósito del presente artículo. Recordemos sólo, objetivamente, lo ocurrido; pasemos lista a los hechos, y los hechos son de una claridad indudable: México entró en el siglo XVI en el movimiento de la vida internacional, y ha seguido su curso cada vez con mayor aproximación al ritmo que marcan los países de primer orden. Esta realidad no implica desdoro ni puede ser aprovechada por nadie para acusarnos de carencia de personalidad propia: lo semejante no entraña falta de carácter entre los pueblos, del mismo modo que dentro de la sociedad nacional los atributos comunes de los individuos que la integran, no suponen su identidad y su carencia de conciencia específica. En la raza humana el individuo invoca a la colectividad de la misma manera que la colectividad descansa en el individuo; el progreso de la técnica, el dominio sobre la naturaleza, la evolución de las ideas políticas, jurídicas, morales y religiosas, tienden a la universalidad de un modo necesario, rompiendo los obstáculos que representan las formas anticuadas de la vida de relación, y haciendo a la especie cada vez más homogénea, más compacta y más digna de su privilegiado destino.
He aquí la lista de los principales principios que han contribuido a la dirección de la vida nacional, en las etapas más importantes de nuestra historia.
NUESTRAS IDEAS DURANTE EL RÉGIMEN COLONIAL
1.- Obtuvimos la idea de la universalidad del hombre, a través de la religión católica, aunque el propósito de la comunidad de las almas preconizada por la Iglesia, sirviera al mantenimiento del poder político de esta institución.
2.- Obtuvimos el principio de que el sacrificio de la vida humana, como ofrenda a los dioses, era un acto bárbaro.
3.- Adquirimos la idea de una moral igualitaria, aunque casi nunca se hubiera practicado por quienes la esparcían entre los indios.
4.- Adquirimos el principio de la unión posible entre los pueblos rivales autóctonos. hasta formar uno solo, a despecho de la diversidad de la lengua, de las costumbres y de los intereses.
5.- Adquirimos el concepto de que la nacionalidad no depende de la diferencia de razas o de idiomas, sino de intereses comunes de la mayoría de los habitantes de un país.
NUESTRAS IDEAS EN LA INDEPENDENCIA
6.- La independencia de México no fue idea nuestra. Se concibió a influjos de la emancipación de las colonias inglesas del Norte y de los principios proclamados por la Revolución francesa y propagados por las guerras napoleónicas, que llegaron a la parte instruida de nuestro pueblo. (1)
7.- El Congreso de Chilpancingo, el primero de nuestra historia, declara en noviembre de 1813, que se fundará el Estado Mexicano bajo los auspicios de la doctrina del “contrato social” de Juan Jacobo Rousseau. (2)
8.- Se suprime la esclavitud en México, durante la guerra de Independencia, de acuerdo con el principio tripartita de la libertad, la igualdad y la fraternidad, bandera de la Revolución operada en Europa. (3)
9.- En el primer proyecto de Constitución para México, se consigna el respeto a los derechos del hombre, por influencia de la ley de Habeas Corpus, de Inglaterra. (4)
10.- Las bases teórico-filosóficas de la Constitución de 1824, en general procedían del “contrato social” de Rousseau, de la Declaración de los Derechos del Hombre y de la Constitución de Cádiz de 1812. (5)
11. La Constitución del Reino de España y sus Colonias, dada por las Cortes de Cádiz, en lo que tenía de código avanzado, era fruto de los principios de la Revolución francesa. (6)
12.- La igualdad civil del indio, dice Rabasa, la hizo el jacobinismo por ternura filosófica. (7)
13.- La Independencia nos dio también la noción de la cultura independiente de la religión. La obra iniciada en 1822 por Lancaster, fue el origen remoto de la constante lucha librada en México entre conservadores y revolucionarios de todas las épocas, por poner al hombre en relación con la naturaleza. (8)
NUESTRAS IDEAS EN LA REFORMA
14. La Reforma se llama en México a la guerra civil entablada por separar a la Iglesia del Estado y proclamar la libertad de conciencia, como resultado de la Reforma realizada en Europa por algunos países en contra del Papado.
15.- Los principios de la Revolución francesa siguen inspirando la obra de nuestros gobernantes. La Constitución de 1857 le debe más a Rousseau y a Montesquieu que a todos los pensadores juntos de México.
16.- En cuanto al sistema de gobierno, la nueva Carta es una copia del régimen constitucional de los Estados Unidos de Norteamérica.
17.- La reforma política se completa y se apoya en la reforma necesaria de las conciencias; por lo menos de la conciencia de clase dirigente y adoptamos la filosofía positivista de Augusto Comte para formar las nuevas generaciones.
Nuestras ideas en el porfirismo
18.- La doctrina de la no intervención del Estado en las relaciones económicas de los particulares, es la doctrina de la escuela liberal europea llegada a México junto con el ferrocarril.
19.- La doctrina jurídica de la propiedad intocable, como resultado de la libre expresión de la voluntad de los individuos, es la tesis del Código de Napoleón, que refleja y apoya el desarrollo de la burguesía nacional e internacional.
20.- La diferencia de fortuna entre los mexicanos, se explica a la luz del darwinismo social que los gobernantes y los intelectuales de la dictadura preconizan como la verdad científica llegada del Viejo Mundo.
NUESTRAS IDEAS EN LA REVOLUCIÓN
21.- Los precursores de la Revolución —Flores Magón, Práxedis Guerrero, etc.— proclamaron la guerra a Porfirio Díaz en nombre de las ideas anarquistas de Bakunin.
22.- Los organizadores de los primeros sindicatos obreros en México, con sentido de clase, fueron españoles anarquistas expulsados de su país.
23.- El contenido del Artículo 123 de la Constitución de 1917 —la aportación ideológica nueva a la Carta de 1857— es el resultado de un estudio que los comisionados por el Primer Jefe, don Venustiano Carranza, hacen de la legislación social belga, francesa y norteamericana. 9
24.- La primera ley orgánica del Artículo 123 que tiene importancia nacional, la Ley del Trabajo del Estado de Veracruz, está inspirada, por declaración de sus autores, en los principios y las disposiciones de la legislación francesa.
25.- La orientación contemporánea de la educación pública en México, hasta antes de la reforma del Artículo 3° constitucional, se inspira en la pedagogía norteamericana de la “Escuela de la Acción”, substituyendo los antiguos métodos traídos de Alemania por el gran educador Enrique Rébsamen.
26.- La idea actual de una economía planificada la tomamos de Europa; de la URSS el nombre de Plan Sexenal.
27.- La incrustación de la doctrina socialista en la Constitución de 1917, como norma directriz de la enseñanza pública, es el resultado de la difusión del socialismo científico, del socialismo marxista, entre el proletariado de México y del mundo entero.
Dos revoluciones políticas, la francesa y la rusa, influyen en la vida independiente de México, como en todos los demás países de la tierra. Una revolución técnica, la revolución industrial, transforma a México como a todas las naciones del planeta. Dos etapas del régimen capitalista cambian radicalmente el porvenir del mundo: la etapa de su formación ascensional y la etapa de su declinación inevitable.
En cada pueblo, en cada país, las ideas universales y el régimen general de la producción, afectan modalidades propias, que crean modos especiales de aplicar los principios y los procedimientos técnicos. Pero las ideas como tales, como anhelos de las masas, como fuerzas históricas, son las mismas. Las ideas que corresponden a un período determinado de la civilización humana, carecen de nacionalidad y de ciudadanía: son la floración de la especie, que compensa en parte su eterno sacrificio para alcanzar la patria de la justicia.
Notas:
1.- He elegido exclusivamente autores que no son socialistas, para ofrecer su testimonio a los conservadores actuales de México, enemigos de las llamadas ideas exóticas. Véase “La Evolución Histórica de México"’, por Emilio Rabasa. México. 1921. Pág. 37.
2.- “Primer Centenario de la Constitución de 1824.” Obra conmemorativa dirigida por el doctor Pedro de Alba y el profesor Nicolás Rangel. México. 1924. Pág. 23.
3.- Ibidem. Pág. 26.
4.- Ibidem.
5.- Ibidem. Pág. 82.
6.- Ibidem. Pág. 34
7.- Ibidem. Pág. 272
8.- Ibidem. Pág.102
9.- Véase la declaración del diputado don José Natividad Macías, al discutirse el artículo 5° de la Constitución de Querétaro.
Lombardo Toledano Vicente. La Revolución Mexicana 1921-1967. México INEHRM. 1988. 2 vols.
|