1928 Jul 17
Este documento, precioso para la historia, está fechado en la ciudad de México el mismo día del asesinato del general Álvaro Obregón Salido, presidente electo de México: el 17 de julio de 1928, y lo firma el mayor médico cirujano adscrito al Anfiteatro del Hospital Militar de Instrucción, Juan G. Saldaña.
El mayor médico cirujano Saldaña certifica que el cadáver del divisionario presentaba diecinueve heridas: siete con orificio de entrada, de seis milímetros, una de ellas con dos orificios de salida; otra con orificio de entrada de siete milímetros; una más de ocho milímetros; otra de once milímetros, con orificio de salida; y seis "con orificio de entrada de proyectiles"; aunque en el documento no se especifican sus dimensiones, en el de autopsia se reconoce que fueron causadas por proyectiles calibre 45.
Seis fueron los casquillos encontrados en el sitio desde donde León Toral disparó. Fueron percutidos por su pistola calibre 32 y que causaron orificio de entrada de seis milímetros en la región abdominal; pero, como existe una séptima lesión por proyectil del mismo tamaño, ello hace pensar que hubo otro tirador con pistola idéntica.
Las demás lesiones, necesariamente mortales, fueron causadas con pistolas de calibre 7 milímetros, de 8, de 38 especial y una o varias pistolas calibre 45. Lo anterior, en buena lógica, significa que hubo seis o más tiradores, incluyendo a León Toral.
Dice el documento, de manera textual:
El cadáver pertenecía a un individuo robusto, de 48 años de edad, casado; mide 1 metro 66 centímetros de longitud, 1 metro 6 centímetros de circunferencia toráxico, y 1 metro 7 de abdominal.
Presenta al exterior, una amputación antigua del brazo derecho, al nivel del tercio inferior; una excoriación en la región frontal inmediatamente a la derecha de la línea media, irregular y como de cuatro centímetros de extensión; presenta además trece heridas hechas al parecer por proyectil de arma de fuego, situadas: la primera, en el carrillo derecho, en la región maseterina, y a nueve centímetros debajo de la cola de la ceja del mismo lado; probablemente orifico de salida: es de forma oval, de once milímetros y con escara de dos milímetros. La segunda, orificio de salida, cara lateral izquierda del cuello, a la altura de la primera vértebra cervica1, siete milímetros abajo y atrás del nacimiento del pabellón de la oreja izquierda: irregular, ocho milímetros. La tercera, región costal izquierda, catorce centímetros abajo de la tetilla del mismo lado y dos centímetros arriba del borde costal, circular, tres milímetros y escara de tres, orificio de entrada. La cuarta, región axilar derecha, línea axilar media, orificio de salida irregular, seis milímetros; el proyectil penetró de nuevo por la quinta herida, situada en la cara interna del muñón del brazo derecho, tercio superior, a tres centímetros del pliegue axilar y frente al anterior; oval irregular, diez milímetros. La sexta, orificio de salida, cara posterior del muñón, tercio medio superior, a siete centímetros del pliegue axilar: de bordes irregulares, de diez milímetros. La séptima, en la región derecha dorsal, al nivel de la cuarta vértebra dorsal y a cinco centímetros de la línea media; circular ocho milímetros y escara de uno. En la región escapular izquierda tiene seis heridas con orificios de entrada de proyectiles. La octava está situada seis centímetros abajo del omóplato izquierdo, circular, de seis milímetros y con escara de dos. La novena, abajo y fuera de la anterior, a diez centímetros de la línea media posterior, circular, seis milímetros y escara de dos. La decimaprimera, misma región, ocho centímetros a la izquierda de la línea media; circular de seis milímetros y escara de dos. La decimosegunda, misma región, a la altura de la quinta vértebra dorsal, a trece centímetros a la izquierda de la línea posterior, circular de seis milímetros con escara de dos. Tiene, además, otra herida con orifico de entrada a trece centímetros en la región escapular derecha, a siete centímetros a la derecha de la línea media y a la altura de la tercera vértebra dorsal y a siete centímetros de la línea media, circular de siete milímetros y con escara de dos. Bajo la piel del abdomen se sentían varios proyectiles.
Conclusión: El C. Álvaro Obregón falleció a consecuencia de las múltiples heridas por proyectiles de arma de fuego ya descrita, penetrante de tórax y de abdomen, que son mortales, las que en conjunto y por sí solas produjeron la muerte.
Tomado de Moreno Francisco Martín. México Acribillado.
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