2 de Julio de 1927
Alvaro Obregón
De la unión de los candidatos Gómez y Serrano, resulta un hibridismo de menos significación que cualquiera de los dos aisladamente. La función de ambos tiene que realizarse como un consecuencia lógica de su propia debilidad, y es por eso que estuvieron lanzándose denuestos entre sí, atacándose e injuriándose mutuamente, sin respetar siquiera las vidas privadas, mientras apareció con mis declaraciones a la prensa, en que yo acepto figurar como candidato, denunciando ante la conciencia pública cuán frágiles eran los fundamentos en que pretendían basarse estos candidatos para demandar el apoyo popular.
Desde aquel día los ataques entre sí se suspendieron e hicieron en ¡ni contra dos explosiones simultáneas, en que ira y el despecho se disputaban la supremacía, denunciando que mis declaraciones los habían desposeído del control de sus facultades mentales. La alianza tiene que ser una consecuencia de significación, pero ella no va a determinar ningún aumento de fuerza; por el contrario, va a acabar de nulificar a cada uno de los aliados.
El "gomismo" tiene características enteramente lo mismo que el "serranismo." Gómez empezó a hacer propaganda a base de reclutar desafectos a la administración pública y atraerse muchos de los que traicionaron en 1923 al Gobierno que presidió el suscrito, previendo una posible lucha conmigo, es decir, francamente en un campo opuesto al campo en que yo pudiera actuar.
El "serranismo," por su parte, nació sin vida propia, y por mucho tiempo tuvieron que darle vida artificial, amparados en el poco o mucho prestigio político que yo pudiera tener, y sus propagandistas todos declaraban que la candidatura del general Serrano había nacido por iniciativa mía, y que yo, resuelto a no volver a la vida política, le había ofrecido todo mi apoyo; así enrolando algunos adeptos que de buena fe iban cayendo en las redes del "serranismo." Otros se incorporaron a él por huir del "gomismo," considerando que la disyuntiva política al no entrar yo a la lucha sería Serrano o Gómez. Los dos núcleos han nacido en forma distinta; al sumarse los candidatos, se disgregaron en su mayoría por parte. El conflicto principal consiste en cuál de los dos debe eliminarse, si el que no tiene vicios o el otro. Los grupos de cada uno han de reunir naturalmente la situación de un papel secundario que correspondería al que fuera eliminado. Los dos grupos han caído ya bajo el dominio del vértigo, y de él no es fácil salir por una espontánea renunciación.
Por otra parte, ya se ha visto claramente que ninguno de los dos ha podido atraer una franca corriente de la opinión pública, lo que quiere decir, con justificación o sin ella, que la Nación no les tiene confianza a ninguno de los dos para la dirección de sus destinos, y solamente podrían obtenerse ventajas si existiera la posibilidad de realizar una fusión física espiritual y mental, entonces podría eliminarse de cada uno de los dos candidatos las características que más les estorbaban para la realización de las finalidades que persiguen. Habría entonces que formar una sola unidad.
Del general Gómez se tomaría primero su falta de vicios; aunque éste es un factor negativo; supone al menos la presencia de alguna virtud. En segundo se tomaría su carácter, y tercero su constancia en sus labores.
De Serrano podrían tomarse su inteligencia y su bondad. En cuanto a la estructura física, sería indiferente cualquiera de los dos, porque este es un asunto que al país no le interesa.
Antes de fundir la unidad convendría esperar algunas semanas para ver si surge otro candidato del que pudieran tomarse algunos factores que son necesarios y que no pueden encontrarse en ninguno de los dos. Naturalmente, ya constituida la nueva unidad que asumirá la dirección de los dos grupos serranistas y gomistas, quedarán elementos suficientes para la constitución de una segunda unidad con los factores que de cada uno de los dos se eliminan, y sobre el destino que a esta nueva personalidad habría de darse, convendría abrir una encuesta en la prensa nacional
Discurso sobre la unión efectuada de los dos candidatos oposicionistas, Nogales, Sonora. 2 de julio de 1927.
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