Tlaltizapán, Mor., enero 5 de 1917. Sr. Gral. Francisco Villa. Donde se encuentre.

Estimado amigo y compañero:

La dificultad de las comunicaciones con el Norte, me había impedido escribir a ud. ampliamente, como lo deseaba, si bien el Gral. Miguel C. Zamora, según me dijo, logró hacer llegar hasta ud. las expresiones de mi amistad, hace cerca de un año.

Hoy me valgo de un enviado que por circunstancias especiales, estoy seguro de que franqueará las líneas enemigas, para saludar a ud. y desearle un feliz año, abundante en triunfos y en prosperidades.

Aprovecho a la vez la oportunidad, que hasta aquí no se me había presentado, para referir a ud. brevemente, en obsequio de nuestra amistad y para evitar malas inteligencias, una serie de hechos relacionados con la política que González Garza y Lagos Cházaro desarrollaron en México y Toluca, valiéndose de la ausencia de ud. y provocando rozamientos y dificultades y conflictos, que pudieron ser de fatales resultados.

González Garza se mostró desde luego a tal extremo hostil al Sur, que en plena convención llegó a decir que "había que olvidar esos sueños de reparto de tierras, y que lo que había que hacer era pedir éstas en arrendamiento a los hacendados, para cultivarlas".

En otra ocasión, también en el seno de la Convención y públicamente (enero de 1915) se permitió hacer una negra pintura de la situación militar manifestando que las fuerzas de ud. Estaban amenazadas por todos lados (Amaro en Michoacán, Dieguez en Jalisco, Caballero en Tampico, &),y que en cuanto a la defensa de la ciudad de México, era imposible realizarla, y menos con las tropas del Sur, a las que denigró duramente y con la mayor injusticia. Con motivo de ese discurso bajó el tipo de nuestro papel, cundió la alarma en el comercio y se introdujo la desmoralización en las fuerzas que a la sazón defendían México, atacado por Álvaro Obregón.

No se detuvo aquí González Garza, sino que entró en componendas con varios hacendados, les devolvió sus fincas y con este motivo surgieron muy serios conflictos entre él y el Ministro de Agricultura, y entre él y la Convención. Apoyó además la reorganización de la "Defensa Social", hasta que varios Delegados lo llamaron al orden; llevó reaccionarios a los puestos públicos más elevados (Oficialía Mayor de Gobernación, verbi gratia), y para no cansar a ud. desarrolló en todo y por todo una política netamente reaccionaria y de abierta pugna con el sur, a quien trató en restar toda clase de elementos y de desprestigiar en todas las formas.

Para quitar elementos al sur, puso en práctica González Garza el siguiente sistema: - retardaba o escatimaba el pago de sus haberes a diversas brigadas o cuerpos, cuyos soldados se veían por esto en el caso de tener que vender sus armas, por las que González Garza y sus agentes les ofrecían altos precios. De este modo empezó a desarrollarse...

[ ... ] laguna por falta de la hoja 2

...modoro Carballo, a quien puso al frente del Ministerio de la Guerra; NarnoDorbe[c]ker, antiguo jefe de Estado Mayor de Porfirio Díaz, y que recibió igual puesto en el Gobierno Convencionista; &) Lagos Cházaro -digo-, llevó aun más lejos que González Garza sus intrigas contra el Sur, y se dedicó con mayor ahínco aún, a fomentar el ya citado comercio de armas y de parque con las fuerzas del Ejército Libertador, comprando uno y otro a los soldados a precios elevadísimos, para armar y formar brigadas a expensas de dicho Ejército. A la vez se ganaba a varios jefes del Sur, a fuerza de dinero y de dádivas, comprometiéndolos a fugarse con él para el Norte.

En efecto, caminando Lagos Cházaro de torpeza en torpeza y de deslealtad en deslealtad, llegó hasta la infamia de dar ordena las fuerzas que defendían Toluca, de abandonar sin razón alguna la defensa de esta plaza y dejarla a merced del enemigo. Para ello se confabuló con los jefes federales que tenía a su servicio y con los Grales. Surianos Benjamin Argumedo, Astrolabio Guerra, Agustín Ramírez, León Ibarra, Jiménez Meza y algunos otros, a quienes ya había conquistado con gruesas sumas de dinero y nuevas ofertas, y de acuerdo con ellos, fingió la necesidad de evacuar Toluca, hizo creer que el enemigo había arrollado a las fuerzas que defendían las proximidades de la plaza (lo que era de todo punto inexacto), y consumó la traición dejando para el Sur una situación bien comprometida; pues de un sólo golpe le quitó diez o doce mil hombres, con su correspondiente dotación de armas y parque, que en precipitada fuga arrastró para el Norte, sin otro resultado que el de sacrificarlos inútilmente e irlos dejando destrozados y dispersos a lo largo del camino. Así se perdieron para la Revolución, brigadas tan importantes como las de Argumedo, Andrés Pérez y otras varias, y así se condujo Lagos Cházaro con las fuerzas del Sur, mutilándolas y destrozándolas, como si se tratara, no de aliados, sino de enemigos.

He querido narrar a Ud. estos sucesos con algún detalle, porque era interesante, en bien de la solidez y sinceridad de nuestra alianza, que Ud. los conociera con exactitud, y no desfigurados o alterados por personas que, al sentirse culpables, habrán tenido interés en presentarlos de otro modo.

Por la prensa, y aunque parcialmente, habrá sabido Ud. de los esfuerzos que por acá se han hecho para hostilizar y batir al enemigo, el cual se halla reducido a la posesión de la capital de la República y de las vías férreas entre ésta y Veracruz, si bien aquella ciudad está amagada constantemente, pues nuestras fuerzas están dominando una gran parte del Distrito Federal, y en cuanto a las referidas líneas ferrocarrileras, a cada instante se vuelan ahí trenes y se interrumpe el tráfico por nuestras fuerzas.

El enemigo está totalmente desmoralizado, la opinión pública en maza está contra él, y todos esperan con ansia el triunfo de la buena causa. Entre tanto, en espera de sus gratas letras, quedo de Ud. invariable amigo y affmo. servidor que lo aprecia y le desea

(sin firma)

Fuente: AGN. Serie: Emiliano Zapata, caja 13, exp. lff. 5 y 7. 171