San Andrés, Chih., Octubre de 1916
MANIFIESTO A LA NACIÓN*
FRANCISCO VILLA (1)
CONCIUDADANOS:
Los pueblos todos de la tierra en determinados momentos son capaces de los mayores sacrificios cuando ven amenazada su integridad nacional y cuando sus derechos de hombres libres han sido conculcados.
De ellos tenemos un bello ejemplo en la titánica conflagración Europea; pero particularmente en la heroica Bélgica que consciente como uno de los pueblos más cultos de la tierra, fue a la devastadora guerra sin la más remota esperanza de victoria, pero con la conciencia del deber cumplido y sucumbido cuando la mayor parte de sus hijos desaparecieron entre los escombros de Namur y Lieja cuando quemaron el último cartucho para no ver hollada su bendita Patria impunemente por el invasor. También nuestra querida Patria ha llegado a uno de esos solemnes momentos en que para oponernos a la injustificada invasión de nuestros eternos enemigos los bárbaros del Norte, debíamos estar unidos imitando el ejemplo de aquella pléyade de valientes que ofrendaron su vida serenos y sonrientes, en el holocausto de la bendita Patria que nos vio nacer, de aquellos mexicanos que asombraron a la misma Europa con sus grandiosas epopeyas y que pasaron a la inmortalidad inscribiendo sus nombres gloriosos porque si bien es cierto que nuestra querida Patria ha tenido hijos patriotas y abnegados, también tiene carrancistas, los que fatalmente rigen hoy el destino del País, que, empobrecido, inerme y maniatado cuando no haya fortaleza para defender a sus ya debilitadas fronteras, entregaron al invasor.
Como prueba irrefutable de ellos, allí está desde el mes de marzo próximo pasado en el Distrito Galeana el ejército americano que comanda Pershing, edificando y construyendo caminos de cemento de allende el Bravo hasta el Valle de San Buenaventura, que por hoy es la base de operaciones del aborrecido yankee a ciencia y paciencia del llamado Gobierno Constitucionalista, que quisiera establecer fábricas de municiones para seguir ensangrentando las fértiles campiñas de la Patria con la sangre de sus hijos y así facilitar la entrada al interior de la República a sus aliados y patrones.
Muy grande es, pues, queridos compatriotas, y muy ardua la tarea que como Mexicanos tenemos que llenar. Les convoco a que empuñen las armas para derrocar al más inmoral gobierno que hemos tenido, a los mandatarios que por su extremado radicalismo y con tal de perpetuarse en el poder para enriquecerse desvergonzadamente, se han cubierto de ignominia, llegando en su sórdida conducta a desoír criminalmente los quejumbres y llamados de [la] atribulada Patria que, tan angustiosos momentos, reclama para salvarse el contingente de sus hijos.
La victoria coronará nuestros esfuerzos, no lo dudéis, porque las causas justas siempre triunfan; pero si el destino se muestra adverso con nosotros, caeremos en la arena con las caras al cielo, a semejanza de los antiguos gladiadores caeremos con el estrépito que causa un volcán en erupción; nos desplomaremos como se desploman las moles de granito al impulso de la trepidación de los fenómenos sísmicos; desapareceremos altivos y altaneros gritando: en coro “Patria, Patria, tus hijos te juran exhalar en tus aras su aliento”; y para los traidores que caiga sobre ellos la maldición candente de la historia y el desprecio humillante de sus hijos, que el día de mañana ellos mismos les lanzaran el anatema de sus hijos espurios de la raza de HIDALGO y de MORELOS.
Intencionalmente y con la mejor buena fe había permanecido inactivo con mis fuerzas con la halagadora y risueña esperanza de ver actividades del llamado Gobierno Constitucionalista para repeler la invasión y procurar la unificación del Pueblo Mexicano. Fatalmente el más acerbo desengaño no se hizo esperar, supuesto que muy lejos de preocuparse por arrojar a los invasores, con la más refinada perversidad explotaron la gravedad de las relaciones internacionales con provecho personal y absoluto detrimento del honor, así es como hemos visto que fuerzas armadas que por ningún motivo que no fuera la defensa del territorio, engañadas pérfida y maliciosamente se someterían; así como hemos visto también que una infinidad de Patriotas que por las mismas convulsiones del país del desierto, pasaron la línea divisoria para alistarse en la Defensa Nacional, y así hemos visto cómo, sin escrúpulo ninguno, fueron muchos de ellos internados en mazmorras de la penitenciaría de la Capital del Estado de Chihuahua como recompensa a su abnegación y patriotismo.
Sin la más remota esperanza de ver un cambio de conducta en los mandatarios del País, cábeme la honra de manifestar al Pueblo Mexicano que desde esta fecha activaré hasta donde me sea posible las operaciones militares para derrocar a los traidores y poner al frente del Gobierno al Ciudadano que por su reconocida honradez y civismo, haga figurar a México en el catálogo de los pueblos cultos y libres, lugar que legítimamente le pertenece; para cuyo efecto se pondrá en vigor desde esta misma fecha el siguiente plan, susceptible de adiciones y reformas, teniendo aplicaciones en el radio que domine la revolución:
I.- La Suprema disposición del Gobierno Revolucionario será convocar al Pueblo a las elecciones para Presidente de la República, haciendo uso del sufragio libre sin restricciones de ninguna especie para Primer Jefe de la Nación, en cuyas elecciones será incluido el voto militar como es de estricta justicia.
Castigando con pena de muerte a aquellos que obren mal en las elecciones.
II.- Ninguno sin excepción de los Jefes armados o militares podrá presentarse como candidato a la Presidencia de la República, toda vez que el Ejército es una institución cuyas atribuciones están bien definidas.
III.- Convocarse asimismo a las elecciones para diputados al Congreso de la Unión, de conformidad con las instrucciones que en folleto separado serán distribuidas en su debido tiempo, para que los votantes se posesionen de la importancia de estas elecciones, si se tiene en cuenta que estos funcionarios vienen a constituir el Poder Legislativo, y, por ende, a los que les será encomendada la labor más ardua del Gobierno, así como reprimir los desmanes del mismo Presidente de la República; advirtiéndose que para tan delicados puestos se fijará la opinión en persona de notoria cultura y humilde cuna que sepan comprender las necesidades de la sociedad, sobre todo, esa numerosa familia que sufre penurias y miserias, constituidas por el proletario. Para estos puestos también quedan excluidos los militares.
IV.- Siendo de vital importancia de los Diputados y Senadores del Congreso de la Unión sean, como queda dicho, personas honorables que se preocupen por el bienestar y progreso de sus representados, no podrán inmiscuirse en negocios que estén fuera de su competencia, como trabajos en pro de concesiones, etc., que recuecen en provecho propio con perjuicio de la colectividad, so pena de ser pasados por las armas y en caso de cumplir con este doloroso ejemplo, se notificará al Estado que representen para que sea ocupada la vacante por el respectivo substituto.
V.- Conocidas como son la deficiencias de las leyes que rigen el País por las modificaciones o reformas que en los últimos años han venido sufriendo, el Presidente de la República, para gobernar se apegará a las Leyes de Reforma.
VI.- Se nulificarán los Códigos reformados y se pondrán en vigor los primitivos convencidos como lo estamos en la práctica de que las reformas que han sufrido sólo han servido para satisfacer ambiciones de determinado número de individuos, con perjuicio del resto de los habitantes.
VII.- Desde esta fecha el Ejército Revolucionario declara nulos los actos del llamado Gobierno Constitucionalista, como empréstitos, concesiones, etc., excepción hecha de aquellos que por moralidad y por respeto a la sociedad son intocables, como el matrimonio y demás actuaciones del Registro Civil.
VIII.- Como la Revolución para llegar a la meta de sus redentoras aspiraciones que están basadas en un ideal perfectamente bien definido, que tiende al mejoramiento general de la República necesita de los recursos de propios y extraños para la reconstrucción nacional, no responderá por deuda alguna que ésta sea reclamada por extranjeros, quienes siendo recibidos en el país con tanta hospitalidad, la mayor parte de ellos han triplicado aquí sus fortunas; por lo tanto, justo y lógico es que sufran hoy las consecuencias inherentes a todo el país que se encuentra en guerra.
IX.- Desde la fecha de este manifiesto, ningún extranjero podrá adquirir bienes raíces, a excepción hecha de aquellos que hayan sido nacionalizados veinticinco años atrás, con residencia continuada en el país; pero por lo pronto, para llenar las exigencias de la guerra, serán decomisados todos los intereses de extranjeros pasando a favor de la nación. En lo sucesivo será condición indispensable para la adquisición de bienes raíces, nacionalizarse como queda dicho, pudiendo solamente adquirir esas propiedades en el interior de la República.
X.- Comprendiendo que de los Norte Americanos en gran parte responsables del desastre Nacional que con miras enteramente bastardas han fomentado y venido fomentando en nuestra Patria la guerra fraticida, como lo demuestra hasta la evidencia su injustificada permanencia en nuestro suelo, quedan incapacitados, lo mismo que los súbditos de China, (2) para adquirir por ninguna otra causa, bienes raíces a que se refiere la cláusula anterior.
XI.- Las líneas ferroviarias, con toda clase de materiales, serán decomisadas y pasarán al dominio del Gobierno Mexicano, sin tomar en cuenta como accionistas a las compañías extranjeras.
XII.- Las propiedades mineras existentes en el País, cuyos propietarios sean extranjeros, serán igualmente decomisadas, quedando como intereses nacionales.
XIII.- Para estimular al industrial Mexicano y acrecentar el desarrollo de la industria en general del País, se suspenderán toda clase de operaciones mercantiles con los Estados Unidos, esperando con esta disposición despertar mayor laboriosidad en el obrero mexicano así como el ingenio para procurar el mejor perfeccionamiento en los productos nacionales.
Quedando por tanto coartadas las comunicaciones telégrafo-ferroviarias a 18 leguas de fronteras con los Estados Unidos.
XIV.- Siendo una necesidad urgente y patriótica que los Jefes Militares que operan en los distintos Estados de la República exijan al pueblo mexicano la militarización rápida, a fin de estar prevenidos cuanto antes posible para cualquier emergencia en la muy probable y larga lucha con el invasor, se les apremia de una manera especial para que obren con la mayor actividad y energía en este sentido; en la inteligencia de que todo mexicano que se rehúse a tomar participación en la contienda en esta época de verdadera prueba en que la autonomía nacional peligra, será declarado traidor y sus bienes decomisados sin lugar a devolución.
XV.- Los jefes militares normarán en sus actos en la más estricta moral para poder exigir a sus subordinados una buena y provechosa educación militar que dé lustre y prestigio al Ejército Revolucionario. Cualquier acto en contra de esta disposición será castigado con la pena de muerte sin distinción de jerarquía militar.
XVI.- Para escarmentar a todos aquellos que hicieron mal uso del poder y prevenir males futuros que volverían a desolar la patria y llevar el luto a los hogares, se procederá por todos los medios que estén al alcance a solicitar la extradición de Venustiano Carranza, sus consejeros y cómplices en caso de salir al extranjero, a cuyo gobierno donde se refugien, se les pedirá por los conductos legales que vengan a rendir cuentas de sus actos; y en caso de que dicho gobierno se negare a nuestra justa petición, los súbditos del país donde se encuentren refugiados, carecerán de las garantías que las leyes conceden a los buenos ciudadanos.
COMPATRIOTAS: Ya conocéis, pues, mi más grande anhelo que creo será el de vosotros, porque se trata de exterminar la más odiosa y vergonzosa tiranía que ha tenido la tierra de Cuauhtémoc.
A la guerra contra los traidores gritando:
“MÉXICO PARA LOS MEXICANOS”.
San Andrés, Chih., Octubre de 1916
El Gral. En Jefe Francisco Villa
Notas
1 El único ejemplar original que existe en Chihuahua pertenece a la biblioteca de don Jesús J. Lozano, fallecido en febrero de 1975 en la ciudad de Chihuahua. Una copia de este documento fue proporcionada al doctor Rubén Osorio por el profesor Francisco R. Almada.
2 En 1915 hubo motines en Guaymas, Hermosillo y otras poblaciones sonorenses motivadas por el alza de los precios de artículos de primera necesidad por los comerciantes, entre ellos los asiáticos, que controlaban el cincuenta por ciento de los abarrotes. Fueron saqueados varios comercios, entre ellos la casa de Fac Fo Lung. El cónsul chino en el estado se dirigió al ministro de su país en Washington y este a su vez se entrevistó con el secretario de estado, William J. Bryan quien telegrafió directamente al general Villa demandando garantía y protección para los comerciantes asiáticos. Villa cedió entonces a la presión del secretario norteamericano, pero después, al enfriarse las relaciones con los estadounidenses, los chinos siguieron especulando con el hambre del pueblo en plena guerra civil; además, el general fue víctima en 1916 de un intento de envenenamiento en un restaurante chino de Casas Grandes, Chihuahua, aunque esto no ha podido ser comprobado documentalmente. Por todo esto, Villa los persigue con fiereza. Para mayor información consultar la obra La revolución del estado de Sonora (p. 173 y ss.) del historiador Francisco R. Almada.
* Tomado de Romance histórico villista, diario anónimo en verso de un soldado villista, en donde aparece como apéndice en la edición realizada en Chihuahua, Chih., en 1875 [sic]. Editado y prologado por Marco Antonio Delgado, con introducción de Rubén Osorio Zúñiga, a quien agradecemos por su información para localizar este valioso documento. Las notas pertenecen a la edición citada.
Revista “Synthesis”, No. 40. Octubre—Diciembre, 2006. Universidad Autónoma de Chihuahua. pp. 1-3.
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