Home Page Image
 

Edición-2020.png

Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1915 Informe del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson. (Fragmento).

Diciembre 7 de 1915

Hemos sido puestos a prueba en el caso de México y hemos salido airosos de la prueba. Queda por ver si hemos beneficiado a México con el curso que hemos seguido. Hoy, el destino de esa nación está en sus manos. Pero hemos probado que por los menos no tomamos ventaja de su infortunio, ni le hemos impuesto un orden y un gobierno de nuestra elección. La libertad es a veces una cosa violenta e ingobernable a la que no es posible circunscribir y a la que jamás se deberían imponer limites fijados por unos cuantos hombres. Todo norteamericano que haya bebido la verdadera fuente del derecho y la moral debe suscribir, sin reserva alguna, la Declaración de Derechos de Virginia, que en los tiempos grandiosos en que el gobierno se estableció fue aceptada por nosotros como el credo de los hombres libres. Esa doctrina dice "que el gobierno es instituido, o debería serlo, para el común beneficio, protección y seguridad del pueblo, nación o comunidad"; que de todas las formas y modos de gobierno, es la mejor, la más capaz de producir el mayor grado de felicidad y seguridad, y la que esta más eficazmente asegurada contra el peligro de un mal gobierno; y que, cuando un gobierno resulte inadecuado o sea contrario a estos fines, una mayoría de la comunidad tiene el derecho indudable, inalienable e irrevocable de reformarlo, alterarlo o abolirlo de la manera que juzgue mas conveniente al bien publico.

Sin titubear hemos aplicado este principio básico en el caso de México y ahora esperamos confiadamente el resurgir de esa turbada república, que tiene tanto de que purgarse y que cuenta con tan poca simpatía, por parte del exterior, en este proceso tan radical como necesario. Nosotros ayudaremos y veremos con simpatía a México, pero no ejerceremos ninguna presión sobre dicho país. Nuestro proceder respecto a México será prueba suficiente de que los Estados Unidos no buscan ni la soberanía política ni ningún control egoísta sobre la región.

La moraleja es que los países del hemisferio no son rivales hostiles, sino amigos con un creciente sentido de comunidad de intereses, tanto en cuestiones políticas como económicas. Ello les ha dado una nueva función como factores reales en los asuntos internacionales y en la conformación de la historia política del mundo. Los presenta con un verdadero y profunda sentido de unidad ante los asuntos mundiales. Socios espirituales que están juntos porque comparten ideales comunes y los une una simpatía mutua. Separados están a merced de los vaivenes de la confusa política mundial de rivalidades hostiles; unidos en espíritu y propósito no pueden fallar a su destino, que es la paz. Esto es el panamericanismo.