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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1914 Parte de Francisco Villa a Carranza con motivo de la toma de Torreón

3 de Abril de 1914

Tengo la honra de poner en el superior conocimiento de usted que fui designado por varios jefes de brigada para tomar el mando de las operaciones, en el ataque que realizamos a la plaza de Torreón Coah, defendida por fuerzas federales e irregulares (colorados), sostenedores del usurpador Victoriano Huerta. Por datos completamente justificados supimos que la plaza antes Mencionada estaba defendida por fuerzas en número de 4 mil hombres, inclusive los cuerpos de voluntarios denominados DEFENSA SOCIAL, formados con empleados, hacendados y españoles comandados por el general de Brigada Eutiquio Munguía, y por el brigadier Luis E. Anaya así como los irregulares Emilio Campa y Benjamín Argumedo, todos asesorados por el divisionario Ignacio A. Bravo.

Por nuestra parte el jefe de operaciones era el que suscribe, y de las diversas brigadas que tornaron parte en el combate, los generales brigadieres Tomás Urbina. Calixto Contreras, Eugenio Aguirre Benavides y Domingo EL Yuriar.

El dispositivo de combate se acordó en la hacienda de La Loma, y una vez aprobado se ordenó que la brigada Francisco Villa marchara por el costado derecho del río Nazas rumbo a Avilés, y la brigada Benito Juárez por el costado izquierdo del río, para proteger el flanco de la anterior y con la misión de efectuar el ataque a Lerdo y Gómez Palacio, mientras que la brigada Morelos cubrirá el flanco derecho, con órdenes de reconcentración en la citada plaza de Avilés

El primer escalón del enemigo tenía como centro el punto antes mencionado, pero sus avanzadas se encontraban tendidas sobre los cerros de Monterrey, situado como a dos kilómetros del punto de partida.

Desde allí, y a horas que serian las diez de la mañana, nuestras avanzadas se pusieron en contacto con el enemigo formalizándose casi enseguida el combate, disputándole sus posiciones al enemigo, las que abandonaron en precipitada fuga, dejándonos el paso para llegar sobre Avilés lugar al que llegamos a la una de la tarde del 29 de septiembre y donde se formalizó un vigoroso combate que terminó con la ocupación de dicha plaza por nuestras fuerzas, quedando allí gran cantidad de muertos y heridos del enemigo, mientras que otros a duras penas lograron marchar en precipitada fuga hacia la población de Torreón. Y casi simultáneamente la brigada Juárez (al mando de Maclovio Herrera) batía con éxito las fuerzas de Emilio Campa, sobre el amino que desde La Loma se desprende a Lerdo.

Levantado que fue el campo, se obtuvieron los siguientes resultados:

"El enemigo dejó 467 muertos, entre federales y orozquistas entre los que se encontraban el general federal Felipe J. Alvirez, jefe de este puesto, y el coronel Mitchel, así como infinidad de oficiales de diferente graduación. Se hicieron 19 prisioneros, los cuales fueron pasados por las armas, por estar comprendidos dentro de la Ley del 25 de enero de 1862, que puso en vigor el Decreto expedido por el Jefe Supremo del Ejército Constitucionalista.

El Ejército Constitucionalista lamenta la muerte de 38 soldados, y 71 heridos.

Los elementos de guerra quitados al enemigo, son: En el campo de operaciones de la brigada de Herrera, un cañón sistema Mondragón, arrebatado a Campa y su chusma. En el campo de la brigada Villa Urbina, esto es, en Avilés, 2 cañones sistema Cannet, 532 rifles 7 mm con dotación de 150,000 cartuchos, y 800 granadas para cañón de 8 mm, abandonado todo por el enemigo en su vergonzosa fuga.

En este combate nuestra artillería estaba compuesta en la forma siguiente: 2 cañones sistema Mondragón de 75 mm, pertenecientes a la brigada Francisco Villa, que fueron arrebatados al enemigo el 26 de agosto del corriente año, en el combate dé San Andrés, Chih; una ametralladora y un fusil Rexer La brigada Benito Juárez contaba con 3 cañones de diferente calibre (manufactura nacional), 1 ametralladora y 2 fusiles Rexer.

El día 30 a las 15:00 horas se levantó el campo, marchando sobre la plaza de Torreón. Para este ataque nos reforzaron con sus brigada los generales. Con tretas, Aguirre Benavides y Yuriar, concurriendo también las fuerzas del valiente coronel Juan E. García Después de tomarse los puntos necesarios, a las cuatro se inició el combate contra las avanzadas federales, generalizándose una hora después El empuje de nuestros leales y valientes soldados hizo replegarse a los esbirros de Huerta. Hasta sus fortificaciones sitas en el Cañón del Huarache y Calabazas, y por otro lado por el cerro de La Pila, que corresponde al costado izquierdo del río, es decir, por el lado de Lerdo. En estas posiciones se hicieron fuertes hasta las tres de la mañana (03:00 A.M.) del día 1º de octubre, hora en que el impulso de nuestros abnegados soldados les hizo levantarse y reconcentrarse en sus últimos reductos, el cerro de la Cruz y trincheras (obras de carácter permanente) sitas en el barrio de San Joaquín.

Durante este día se sostuvo nutrido y continúo tiroteo con objeto de evitar los diversos empujes que hizo el enemigo para recuperar los lugares de que habia sido desalojado. Por mi parte ordené que se hicieran las exploraciones necesarias para conocer a punto cierto los frentes débiles del enemigo, sus dispositivos de combate y colocación y emplazamiento de sus piezas.

En posesión de los datos anteriores, a las 21:00 horas ordené que las fuerzas, protegidas por las sombras de la noche, hicieran un avance decisivo y envolvente sobre los puestos del enemigo. Media hora después quedamos ocupando las anteriores y en poder de la plaza. Con este golpe formidable los federales y cómplices han recibido el tiro de gracia, dejando en manos del Ejército Constitucionalista la importante Comarca Lagunera, estratégico punto en el orden militar. Las crecidas corrientes del río Nazas impidieron a la brigada Juárez cortar la retirada al enemigo, que logró, en vergonzosa fuga, marchar rumbo al Oriente

Torreón, 3 de Abril de 1914 El enemigo dejó en poder de nuestras fuerzas, los siguientes elementos de guerra:

11 cañones útiles para el servicio, con dotación de 297 granadas calibre 75 mm, y 86 de 80 mm, correspondientes a la pieza conocida con el nombre de “El Niño”, junto con su carro blindado.

299 fusiles tipo máuser 7 mm, y 492,800 cartuchos de igual clase y milímetros.

15 ametralladoras en corriente

39 máquinas de las líneas nacionales y una gran cantidad de furgones, jaulas y plataformas qué se encontraron vacías.

Las bajas causadas al enemigo fueron:

282 muertos, orozquistas en su mayor parte, y 109 prisioneros, a quienes en cumplimiento al Decreto que puso en vigor la Ley de 25 de enero de 1862, se Les mandó pasar por las armas.

55 heridos que fueron internados en el hospital para su curación, pero que quedaron en calidad de prisioneros.

En nuestras fuerzas hubo que lamentar la muerte de los Capitanes 1 os Blas Flores y Pedro Septién, de la Brigada Francisco Villa. Teniente Coronel Elías Uribe y Capitán 1o José Díaz, de la Brigada Yuríar, y 14 individuos de tropa, así como 42 heridos, entre oficiales y soldados.

Las plazas de Lerdo y Gómez Palacio quedaron ocupadas por las fuerzas de la Brigada Benito Juárez, al mando del Brigadier Maclovio Herrera.

Tomada la plaza de Torreón, órdenes oportunas y enérgicas hicieron renacer la confianza en la sociedad, se dieron garantías a las familias y a los ciudadanos pacíficos, no sufriendo alteración alguna el orden, y, por lo tanto, las progresistas y laboriosas ciudades de Torreón Lerdo y Gómez Palacio recuperaron la tranquilidad, entrando de lleno en su actividad mercantil, suspendida por mucho tiempo.

La toma de estas plazas hará historia entre las operaciones efectuadas en el actual movimiento contra el usurpador Victoriano Huerta, en la que tanto los dignos jefes de brigada, los heroicos y pundonorosos oficiales y sus abnegados y aguerridos soldados, desde el primero hasta el último, se portaron con heroicidad admirable en los combates, con moralidad y cordura en el triunfo, y como subordinados ejemplares a la voz de mando de sus comandantes después de la toma de la plaza, demostrando así, una vez más, su renovado brío por el triunfo de nuestra causa y su amor filial a la Patria, a quien defienden ofreciendo sus nobles holocaustos.

Adjunto encontrará usted relación de Jefes y Oficiales pertenecientes a cada brigada, que tomaron parte en acción librada de conformidad por lo prescripto para el Servicio de Campañas.

Al felicitar a usted por el triunfo adquirido y por la gloria de que se han cubierto las armas del ejército Constitucionalista, tengo el honor, mí general, de hacer a usted presentes mi subordinación y respeto.

Libertad y Constitución.

El General Jefe de las Operaciones, FranciscoVilla.

El Coronel Jefe del Estado Mayor, J. N. Medina

AL C. Venustiano Carranza,

Jefe Supremo del Ejército Constitucionalista”.