Febrero 22 de 1913
Al asumir por ministerio de ley el cargo de Presidente interino de la República, en virtud de la renuncia presentada por los CC. Presidente y Vicepresidente, debo hacer un llamamiento al patriotismo de todos los buenos mexicanos, a fin de que vengan a coadyuvar con el nuevo Gobierno al restablecimiento de la paz pública. La Patria, en la terrible crisis por la cual viene atravesando, necesita del esfuerzo unido de todos sus hijos, a fin de salvarse de la anarquía que la amenaza.
Para asistirme en mis labores gubernativas, he llamado a mi lado a hombres de buena voluntad, sin distinción de banderías políticas. Ellos vienen sin rencores por el pasado, sin deseos de venganza, son otro anhelo que el de poner fin a la lucha fratricida que nos aniquila y restablecer las garantías de vidas y haciendas de nacionales y extranjeros, en toda la extensión de la República.
Confío en que todos los mexicanos me ayudarán en esta obra patriótica, tratándose de salvar nuestra misma nacionalidad que puede peligrar y de devolver al país la tranquilidad que tanto necesita para asegurar el desarrollo de sus riquezas, y espero asimismo que los medios de conciliación que el Gobierno inicia, serán suficientes para el fin que me propongo, pero si por desgracia se empeñasen malos ciudadanos, ofuscados por las pasiones, en continuar la contienda y en oponer obstáculos al Gobierno, por medio violentos, no vacilaré un instante en dictar las medidas de rigor que fueren necesarias para el rápido restablecimiento de la paz pública. La salud de la Patria así lo exige.
México, a 22 de febrero de 1913.
GENERAL VICTORIANO HUERTA.
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