Regeneración.
5 de noviembre de 1910
En su edición del 23 del pasado octubre, al comentar el Diario del Hogar, de la ciudad de México, un articulo publicado por el periódico americano El paso times de El Paso, Texas, acerca de la venida de Madero a los EE.UU., dice: El Partido Liberal, que así podemos llamarlo determinando claramente que es el Antirreeleccionista, no rechaza a Madero, que es muy suyo. No queremos dejar pasar inadvertido este error, que no otra cosa es considerar como una misma cosa al Partido Liberal Mexicano y al Partido Nacional Antirreeleccionista. Precisa hacer ver este error, porque en realidad no es solamente el Diario del Hogar quien lo propala como una verdad, sino que lo mismo aseguran muchas personas, de buena fe unas y otras con el propósito de restar fuerza al Partido Liberal en favor del Antirreeleccionista, asegurando esas personas a los liberales que Madero y nosotros estamos de acuerdo y los dos partidos son uno solo con distintas denominaciones.
El Partido Liberal lucha por obtener la libertad política y la libertad económica para todos los mexicanos, esto es, que todos sean libres como ciudadanos y todos tengan pan. Para que el pueblo esté en camino de conseguir esos bienes, el Partido Liberal quiere el debilitamiento de la fuerza absorbente que caracteriza al Poder Ejecutivo; el debilitamiento igualmente de la influencia que ejerce el clero en la vida política y en el hogar de los ciudadanos; la dignificación y educación del proletariado teniendo como base el bienestar material que produce el aumento de los salarios y la disminución de las horas de trabajo; abolición de la miseria y engrandecimiento de la raza por medio de la entrega al pueblo de la tierra y de los útiles para trabajarla. Esta es la esencia del Programa del Partido Liberal Mexicano, promulgado por la Junta Organizadora del mismo el primero de julio de 1906 en la ciudad de St. Louis, Missouri.
Este programa es bien distinto del Programa del Partido Antirreeleccionista que no pone ningún freno a la influencia del clero en los destinos del pueblo mexicano, influencia que ha sido funesta a la evolución de los pueblos que la han sufrido y retarda el progreso de los que aún se hallan sometidos a ella. La característica de todo partido liberal es su Iucha contra el clero, y el Partido Antirreeleccionista no solo no vuela contra el clero, sino que su jefe, Francisco I. Madero, ha declarado pública y solemnemente en algunos de sus discursos, que no está dispuesto a poner en vigor las Ieyes de Reforma ni hostilizar en manera aIguna al clero. El éxito de su gira a Puebla, se debió a su alianza con el clero. Tan buenas son las relaciones que Madero sostiene con el clero, que una buena parte de la prensa clerical está a su favor y la clerigalla poblana celebró con gran bombo, misas para salvar al candidato antirreeleccioniata de la cárcel. ¿Puede ser liberal el Partido Maderista? Claro está que no. Los liberales luchamos enérgicamente contra el clero al que consIderamos aliado natural de todos los tIranos, pues mientras estos oprimen por medio de la fuerza; los clérigos predican la sumisión y el respeto para los amos y la autoridad so pena de condenación en el infierno. ¿Quién no recuerda además, los inmensos males que el clero ha hecho al pueblo mexicano? El clero fue el peor enemigo que tuvieron los insurgentes mexicanos durante la guerra de independencia. El clero degradó y excomulgó a Hidalgo, sostuvo los gobiernos conservadores, recibió bajo palio a los invasores norteamericanos en 1847, levantó a las masas contra los liberales y sostuvo la guerra de tres años, provocó la invasión de los franceses y fabricó un trono para colocar en él al príncipe extranjero Fernando Maximiliano de Austria. Auxilió con su dinero y su influencia a Porfirio Díaz para asaltar la presidencia de la República y hoy ayuda a Madero moralmente, para ganar el sillón presidencial.
Nada se dice en el Programa del Partido Antirreeleccionista sobre la dignificación y educación del proletariado teniendo como base el bienestar material que produce el aumento de los salarios y la disminución de las horas de trabajo. Esto se explica si se tiene en cuenta que dicho partido está integrado por la clase capitalista e influenciado por el clero. A los capitalistas, naturalmente, no les hace gracia el dar mejores salarios a los trabajadores.
Menos aún se dice algo en el Programa del Partido Antirreeleccionista sobre la abolición de la miseria y engrandecimiento de la raza por medio de la entrega al pueblo de la tierra y de los útiles para trabajarla. Eso es natural, porque los ricos y el clero lo quieren todo para sí.
Deseamos que no se deduzca de lo que decimos que consideramos a Francisco Madero como un ambicioso vulgar que lucha por aumentar sus riquezas. Francisco I. Madero es un hombre de buena fe que ha sacrificado su tranquilidad y ha hecho lo que pocos hacen: desprenderse de sumas cuantiosas en pro de sus ideales. Ha luchado como bueno; pero sus ideales no son los del proletariado; sus ideales son los de la burguesía, esto es, de los ricos, de los intelectuales y de los clérigos. Madero cree que un partido de la burguesía puede operar el engrandecimiento de la raza mexicana, mas la experiencia demuestra que los partidos burgueses ya sean republicanos o monárquicos, no procuran el bienestar de los pobres ni lógicamente se puede esperar que lo procuren dado que los intereses de las dos clases sociales, la poseedora y la no poseedora, son distintos, son antagónicos. Los partidos burgueses desde la revolución francesa hasta nuestros días y lo mismo en los EE.UU., que en Suiza, en la Argentina que en Francia, no se han preocupado de otra cosa cuando están en el poder que en el beneficio exclusivo de las clases altas de la sociedad.
Se ve, por lo expuesto, que el Partido Liberal y el Partido Antireeleccionista, no tienen nada en común a no ser el deseo de que deje de oprimir al pueblo mexicano la dictadura de Porfirio Díaz; pero mientras el Partido Liberal trabaja por un cambio radical en las condiciones de vida del pueblo, el Partido Antireeleccionista se conforma con la simple caida del tirano y, muy especialmente, de la camarilla científica, que ha acaparado los negocios por los que suspiran los capitalistas que no forman parte de esa camarilla.
Deseamos que los liberales se penetren bien del espíritu de los trabajos del Partido Liberal, para que no haya más confusiones. Ciertamente que el Partido Antirreeleccionista es un partido de oposición al gobierno actual, pero sus tendencias son diametralmente distintas a las tendencias del Partido Liberal. El Partido Antirreeleccionista es un verdadero partido conservador.
Ahora, a escoger, cada quien su bandera. Con nosotros, los que aspiren a ver ennoblecida, libre y felíz a la raza mexicana. Con los demás partidos los que quieran el engrandecimiento y el poderío de una parte reducida de la familia mexicana.
Ricardo Flores Magón
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