Porfirio Díaz
1o. de Abril de 1907
En varias partes de la república han vuelto a producirse movimientos obreros en la forma de huelgas pacíficas, habiendo revestido bastante importancia las que ocurrieron al terminar el año próximo anterior, pues al mismo tiempo se separaron del trabajo todos los obreros de un gran número de establecimientos fabriles de diversos Estados y del Distrito Federal. Tanto los industriales como los trabajadores ocurrieron a mí en busca de una solución al conflicto; después de algunas conferencias y gracias al buen sentido de unos y otros se terminaron las dificultades en beneficio de todos, con la única excepción de unas fábricas próximas a Orizaba, en donde fue alterado el orden y se cometieron graves delitos contra la propiedad. La Federación auxilió con toda la prontitud que el caso requería a las autoridades locales y pronto quedó restablecida la tranquilidad aunque no sin que hubiera sido necesario dictar medidas enérgicas. La autoridad correspondiente tomó conocimiento de aquellos sucesos y ella será la que aplique el castigo debido a los culpables.
La armonía entre los intereses de la clase obrera y los de los industriales constituye actualmente un problema delicado que por desgracia explotan algunas personas mal intencionadas; pero el gobierno está pendiente de esta situación, y si contra todas las previsiones y contra los antecedentes de la clase obrera mexicana, llegaren a producir nuevos disturbios, el ejecutivo continúa dispuesto a hacer respetar los derechos de todos y a mantener el orden público.
|