Home Page Image
 

Edición-2020.png

Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1906 Escándalos Huelguistas en Cananea

3 de Junio de 1906

MUERTOS Y HERIDOS

Incendio de depósitos de maderería. — Los trabajadores mexicanos apedrean a sus capataces americanos — El Gobernador Izábal en el lugar de los hechos; el General Torres, jefe de las armas, en marcha con fuerzas bastantes para restablecer el orden y garantizar la vida y propiedad

"Desde hace varios días un grupo de obreros mexicanos, de los que trabajan en la gran empresa minera ahí establecida, sabedores de que su jornal, que juzgan inferior al que ganan sus compañeros americanos, iba a ser disminuido aún, venían preparando una huelga, a la que no faltaron incitadores de mala fe, como es común en esta clase de conflictos.

No habiendo podido obtener el aumento de salario que deseaban, resolvieron por fin, antes de ayer, declararse formalmente en huelga. Los organizadores de la huelga fueron de preferencia los mineros, quienes suspendieron sus trabajos, pero los operarios de otros talleres, que no simpatizaban con el movimiento huelguista, continuaron sus labores como de costumbre. Los huelguistas decidieron entonces presentarse en los talleres, especialmente en la maderería, que es muy vasta. y hacer que sus compañeros abandonaran el trabajo.

Los empleados principales de la maderería, que son en su mayor parte americanos, al ver acercarse al grupo de huelguistas, hicieron fuego sobre ellos e hirieron a dos, entablándose un cómbate entre los americanos y los huelguistas, quienes no iban armados y se proveyeron de piedras, con las que atacaron a los empleados americanos que sobre ellos habían disparado. Resultaran muertos en este conflicto dos empleados americanos, los hermanos Metcalf, que recibieron una verdadera lluvia de piedras. Hubo también otros heridos y contusos, cuyo número se ignora.

Después de este incidente los huelguistas rechazados a balazos se dispersaron por la población sin abandonar su actitud, ya francamente agresiva, y procuraron armarse. Los americanos se reunieron y persiguieron a los huelguistas por las calles. Según se sabe hubo diez muertos y muchos heridos..."

(El Imparcial, 3-VI-1906.)