“¡Levántense, mujeres de hoy!”
“¡Levántense todas las que tienen corazones,
sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas!”
“Digan con firmeza”:
“No permitiremos que los asuntos
sean decididos por agencias irrelevantes.
Nuestros maridos no regresarán a nosotras
en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas.
No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan
todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad,
la compasión y la paciencia”.
“Nosotras, mujeres de un país,
tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país,
como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos.
Desde el seno de una tierra devastada,
una voz se alza con la nuestra y dice
¡Desarma! ¡Desarma!”
“La espada del asesinato no es la balanza de la justicia.
La sangre no limpia el deshonor,
ni la violencia es señal de posesión”.
“En nombre de la maternidad y la humanidad,
les pido solemnemente que sea designado
un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad,
y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente,
a la brevedad posible, para promover la alianza
de diferentes nacionalidades,
el arreglo amistoso de cuestiones internacionales”
Los grandes intereses generales y de la paz.
|