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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1867 Manifiesto “República y Patria Mexicana”, por el que piden al presidente Benito Juárez se reconozcan los derechos de propiedad a los pueblos indígenas. Julio López.

31 de diciembre de 1867

 

“Cuartel general republicano.
En el cuartel general republicano, á los diez y seis días del mes de Enero del año de mil ochocientos sesenta y ocho, reunidos la mayor parte del pueblo republicano para discutir sobre el bienestar de un pueblo con arreglo a las leyes, constitucionales, y no desmoralizarlas porque estas: son nuestras divisas en toda nuestra República Mexicana.

Se acordó, que puesto que el Gobierno liberal se ha propuesto cumplir todo lo prometido, porque así lo demanda la razón y la justicia, porque lejos de sofocar el espíritu de los que la han solicitado, la apoyará dentro de los límites de sus facultades y con arreglo á la constitución, resultando la» mejoras para la felicidad de todos los pueblos; porque los pueblos tuvieron la bastante y plena confianza de nombrar sus verdaderos representantes, y escogido los más dignos CC. para que estos defiendan sus verdaderos derechos do todos, que no permitirán que un pueblo entero pase, por decirlo así, por las horcas caudinas, transigiendo con unos propietarios exigentes como son casi todos los mas particulares, con sacrificios tales que los constituyan en una especie de servidumbre, y que esta es la arma favorita para todos los hacendados que nunca dejan haber una civilización para la juventud de los pobres pueblos, porque los padres de familia necesitan de ser ayuda de sus hijos para la sostención de sus familias, por no tener, extensión en la agricultura, de aquí dimana la ignorancia en que se hallan y otros por el sostén, y por eso abrazan el partido inercia, pero hoy se arrojan á este partido, y solo nos sostendremos con las bases siguientes:

Primero: Tan luego como, haya una unión y en esta unión so conozca que hay entusiasmo, y los ánimos que se enciendan para defender la causa, se levantará una acta escrupulosamente firmada por todos los ciudadanos que tengan los verdaderos sentimientos patrióticos, y no retrocedan á lo que se trata hasta no haber concluido.

Segundo: Todo ciudadano que esté ya firmado y dado su consentimiento para defender la causa, y retrocediere ó diere por defender á los serviles dejando indefenso su partido, éste sufrirá la última pena sin permitir indultos.

Tercero: Si por desgracia hubiere un encuentro con las tropas liberales y republicanas que son las mismas, y quisieran hacer fuego, se irá avanzando terreno poco á poco defendiéndose en lo posible, ínter por un extraordinario violento se les comunicará á los jefes lo que se trata, y hacerles ver todo, hasta convencerlos por la razón y la justicia.

Cuarto: Para proporcionarse de recursos para el sostén de las tropas republicanas, se hará un esfuerzo en cada Distrito para que den todos los pueblos de su comprensión una prorrata suficiente para .todo lo necesario.

Quinto y último: En cada Distrito se proclamará la gloriosa empresa que desde luego se ejecutará según su proclama de nuestro conciudadano gobernador constitucional del Estado de México, que de nuevamente está puesto por el voto de los pueblos á mas de nuestro benemérito Presidente C. Benito Juárez, que éste es el que nos sostendrá y nosotros á él hasta concluir.

Es copia del original qué consta en mi poder.—Julio López.

 

REPÚBLICA Y PATRIA MEXICANA.

 

«Exmo. señor Presidente de la República Mexicana:

Los que suscribimos, ciudadanos y defensores de nuestra patria, independencia y libertad, ante V.E. decimos respetuosamente y como mas haya lugar en derecho: que ya que la Providencia Divina ha permitido rija los destinos de esta pobre nación estropeada por el tirano o servil defendiendo los intereses de las clases privilegiadas, y que el republicano ó liberal defiende la razón y Injusticia: el primero quiere que los que tienen mucho nunca pierdan, el segundo, que los que nada tienen alguna vez adquieran, y en fin, los serviles quisieran que los pocos, es decir, que sus amos mandaran á los muchos, y que nosotros los verdaderos patriotas republicanos hemos logrado por fin que todo el mundo reconozca; que nadie nació para servir á otro, que todo el que tiene expedito el uso de su razón, y no se ha contaminado con los vicios, tiene derecho para designar quiénes han de cuidar de los intereses comunes á todos los hombres; á pesar de que hay otro partido que existe en todas las naciones, y que por desgracia es numerosísimo entre nosotros, y es el partido inercia que sanciona lo mas monstruoso con su silencio criminal, que siempre recibe humildemente la ley del más audaz por egoísmo, por su cobardía y por su vergonzosa ignorancia.

Esta es la causa de que viven muchos pueblos en la mayor miseria, sus habitantes en la mayor-parte es la clase más pobre: que siempre está en un continuo perecer, y es la gente indígena como nosotros, y que por último hoy arrojamos este partido inercia, y-solo nos atenemos a reclamar nuestros derechos, nuestras propiedades antiguas que tantos años ha nos tienen usurpadas los hacendados, haciendo con ellas inmensos capitales sin más título que el hecho material de la ocupación sucesiva: que presenten sus títulos los pueblos y los hacendados, y se verá que los más antiguos son los de los pueblos, y en vista de ellos se nos ponga en posesión, dejándoles en su propiedad legítima.

Por lo que suplicamos á V. E. se-sirva mandar decretar que en todos-los pueblos de la República que se componen la mayor parte de indígenas, que reconozcan sus derechos de propiedad terrenal, aguas y montes por medio de la razón y la justicia, según sus títulos, y desde luego poniéndoles en posesión a cada pueblo; y si por desgracia compraren los hacendados al ejército brillante republicano, por eso los pueblos tienen en sus torres campanas para bajarlas y fundirlas para piezas de artillería, para sostener el supremo decreto, y cualquiera otro enemigo que intentare manchar nuestra independencia, estamos prontos para defenderla hasta morir o vencer, así como en otras veces lo hemos hecho, haciendo los mayores sacrificios, á derramar la última gota de sangre, porque hemos jurado ya ante Dios y ante los hombres.

Exmo. señor, estamos cansados de andar ante los tribunales de justicia reclamando siempre nuestras propiedades, y hemos corrido todos los trámites posibles ante los jueces de primera instancia, haciendo innumerables sacrificios, y en tantos años trascurridos que llevamos de cuestionar, hemos observado el favoritismo á los hacendados, chicanas de diferentes maneras; haciéndonos con esto perder el tiempo y el dinero en balde, y estamos bastante convencidos que de esa manera jamás lograremos recobrar nuestros terrenos que poseen los hacendados sin derecho ninguno, y en prueba de lo que llevamos dicho preguntamos. ¿Qué cuestión o litis de tantas que se han versado en los juzgados y se versan hasta el día ha sido definida? ninguna; y si acaso habrá habido serán muy pocas, y estas serán muy raras; para acreditar todo lo .que llevamos dicho, pedimos a V. E. y al Supremo Gobierno, dirijan una mirada a todos los juzgados de la República, y en ellos encontrarán voluminosos expedientes de muchos años, y estos sin concluir, todos pendientes por los motivos ya dichos; no queremos correr trámites de ninguna especie por la vía Judicial; estamos aburridos, hostigados de perder nuestros pasos y el tiempo en balde.

Exmo. señor: ya que la Providencia del Eterno lo ha elevado a regir los destinos de nuestra amada patria, suplicamos dirija V. E. una mirada compasiva á sus pueblos, que cada día se hallan en la más espantosa miseria, y si tenemos el atrevimiento de molestar á V. E., es porque se nos hace doloroso ver nuestras propiedades en poder de unos hombres, que no contentos con tener sus mojoneras pegadas hasta las goteras de las iglesias en varios pueblos, no contentos con disfrutar y enriquecer con lo nuestro, todavía nos tiranizan de la-manera más estúpida por cuantos medios se les presentan; pues bien se conoce que quisieran devorarnos, aniquilarnos y destruirnos; y si nos halagan es por su propia conveniencia.

Por lo expuesto, pedimos á V. E. dicte las providencias oportunas, para que lo más pronto, posible sean devueltos á los pueblos sus terrenos que tienen usurpados los hacendados, y al mismo tiempo no les sea permitido á dichos hacendados se adjudiquen ningún terreno, porque estos son propiedades de los pueblos, y no tienen ningún derecho á ellos; entendido, que si el Supremo Gobierno no dicta las medidas prontas y enérgicas tal como pedimos, los pueblos todos estamos prontos á levantarnos en masa, apropiamos de nuestros terrenos á la viva fuerza, y hacerles la guerra á muerte á los verdaderos opresores, á los tiranos hacendados; y no se atribuya á guerra de castas como luego le dan ese color, estos viles: no, ni jamás formaremos guerra á nuestro gobierno, porque somos sus fieles sostenedores y lo seremos, pero que se nos cumpla lo que pedimos, porque la Constitución nos manifiesta muy claramente todas las garantías que debemos tener, o que debe tener un pueblo, persuadidos de que no hay otro gobierno mejor que éste.

Y persuadidos de que en el decreto de la Constitución misma de la República Mexicana, título 1º, sección 1ª artículo 7º, dice que es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia, que en el artículo 8º del mismo título y la misma sección de los deberes del hombre, dice que es inviolable el derecho de petición ejercido por escrito de una manera pacífica y respetuosa.  

Exmo. señor, .disimulará lo francos que somos en hablarle á V. E., y repetimos que si hemos tenido este atrevimiento, es porque tenemos bastante justicia en reclamar lo que es de nuestra propiedad, que en esto conservamos la paz.

Independencia, libertad y patria.—Diciembre 31 de 1867.—Los que suscribimos y es la voz del pueblo.

Es copia .del original que obra en mi poder.
Julio López.

 

 

 

 

 

 

El Monitor Republicano. Quinta Época. Año XVIII. México. Martes 10 de marzo de 1868. Núm. 4893