27 de Abril 1866
PROSPECTO DE LA COMPAÑIA DE EMIGRACIÓN AMERICANA Y MEXICANA
La Compañía de Emigración Americana y Mexicana, está en ejercicio por virtud de un decreto expedido por el Emperador Maximiliano en 27 de abril de 1866, del cual damos al calce una traducción hecha del español.
Esta Compañía ha sido organizada con la mira de que tomen parte en ella y se desarrollen las diversas empresas de que México es susceptible, asegurando para los estadounidenses el participio que natural y legítimamente les corresponde en los aprovechamientos y ventajas que de ellas se derivan.
El único medio práctico por el cual esto puede efectuarse, es el de un sistema debidamente asegurado y organizado de emigración estadounidense.
Por mucho tiempo ha sido familiar para el mundo la idea de la inagotable riqueza mineral de México, de sus abundantes recursos agrícolas y de su delicioso clima; pero esta riqueza y estos recursos han permanecido tanto tiempo ocultos con motivo de las conmociones políticas y por otras causas locales, que el espíritu de empresa se ha dirigido a otros campos de más activo movimiento, en tanto que este país pareció quedar olvidado por entonces.
Últimamente han ocurrido diversas circunstancias para inculcar de nuevo esta idea en el espíritu público, en términos que ahora México es el punto objetivo y el asunto principal del mundo civilizado. Capitales de Inglaterra, Francia, Austria, España y de la Europa entera, se están trasladando al país en la actualidad, para construir sus ferrocarriles, comprar sus feraces terrenos, exportar sus especierías y maderas preciosas y extraer el oro y la plata de las entrañas de aquel suelo privilegiado.
En nuestra opinión, ha llegado al fin la época del pleno engrandecimiento de México; él es para el mundo una necesidad y México está para corresponder a la exigencia. Aquel país es nuestro vecino y estando a nuestras puertas en riqueza, sus recursos y su comercio, naturalmente cooperarían a los nuestros; pero si los estadounidenses no cultivan con él relaciones de amistad, ni toman parte en las empresas del país, no podemos esperar de ellas sino muy poco o ningún provecho.
Tenemos ahora agentes nuestros en México que nos tendrán al corriente con toda exactitud y violencia del estado del país bajo todos sus aspectos y a la vez elegirán los mejores terrenos agrícolas y minerales de grande extensión en los puntos mejores del Imperio.
Todo cuanto un emigrante puede desear saber, antes de abandonar su Patria en busca de un nuevo hogar, lo comunicarán los agentes en México por conducto de esta Compañía.
El clima de los terrenos planos no tiene rival por sus condiciones higiénicas y no habiendo heladas ni invierno en aquel país, el hombre pobre está relevado de la faena de trabajar la mitad del año a fin de procurarse pan el resto combustibles y ropa para abrigarse.
En muchas partes del país el miel es el más rico y productivo del mundo y produce todo lo que puede darse en los Estados Unidos y muchos lugares, con mucha mayor abundancia, siendo igual el trabajo que se requiere, además de que se levantan varias cosechas que aquí no tienen tiempo para madurarse.
El invariable carácter primaveral del clima facilita a los habitantes el hacer sus plantíos en cualquier estación del año y se dan en todo tiempo los pastos más exuberantes con lo cual se economiza el grande gasto y el trabajo de guardar acopios para el ganado como en los países fríos.
Pueden levantarse dos cosechas de maíz al año y el algodón, a causa de la prolongación de las estaciones, producirá de una a una y media pacas por acre. El café comienza a producir fruto a los dos o tres años de su plantación, dando por muchos años en lo sucesivo un inmenso producto a costa de muy pocos cuidados y sin que se requiera una costosa maquinaria a fin de prepararlo para su venta.
Los exquisitos productos del cacao hacen que los hacendados realicen hasta mil pesos por acre; la caña de azúcar produce de tres a cuatro mil libras por acre; el tabaco alcanza una madures y tal excelencia en su gusto, que es inferior en muy poco al mejor de Cuba, en tanto que el cáñamo, el trigo, la cebada, el centeno, la avena y otros granos pequeños se cosechan con muy buen éxito.
La caoba, la madera de fierro, el árbol del hule, el cedro y la vainilla son abundantes, cuyos efectos, así como el palo de Campeche, la cochinilla y otras materias tintóreas, unidas a abastos inmensos de excelentes pieles y de lana, son artículos muy importantes del comercio de México.
Al hacer mención de estos productos no pretendemos dar a entender que todos ellos pueden encontrarse en todos los puntos del país; sino que cada región posee sus productos agrícolas peculiares, cuya historia y detalles esta Compañía se compromete a inquirir y comunicar por medio de sus agencias, considerando esto como una de sus obligaciones.
La riqueza mineral del país es tan conocida de todos, que parecería superfluo hablar de ella. Las minas de oro son iguales a las de California y las plantas plomíferas han dejado fuera de toda duda su riqueza, en tanto que la platina, el azogue, las piedras preciosas, el fierro y el carbón de piedra han sido descubiertos en grandes cantidades; no quedando duda por los experimentos que se han hecho de que el petróleo abunda en regiones en que dará pingües resultados. En suma, puede decirse que la naturaleza ha vaciado sus acopios más ricos en el regazo de aquel país que sólo requiere una inteligente y próbida mano para desarrollar sus profusos dones.
La Compañía ha recibido ya ofertas de concesiones considerables de terrenos libres de costo; pero como no deseamos vernos confinados, en virtud de libres concesiones, a una región determinada del país estamos asegurando y continuaremos comprando grandes espacios de terreno en las localidades más deseables, teniendo en cuenta con especialidad las necesidades y la elección de los emigrantes, quienes ya sea por cesión o compra se harán de ellos, dividiendo el pago en un tiempo tan dilatado, que el importe total de las exhibiciones ascenderá a una cantidad menor que el impuesto anual que se paga por acre en otro país cualquiera.
Estos terrenos podrán obtenerse en grandes cantidades al precio de 25 centavos hasta un peso por acre y serán revendidos a los emigrantes en secciones para formar ranchos a un precio menor del que pudieran obtener haciendo la compra por sí mismos a los primitivos Propietarios, pues no hay limitación para la cantidad que la Compañía puede comprar y cultivar.
Un jefe de familia puede ir solo a elegir su terreno, hace los arreglos de su casa y cuando necesite a su familia le bastará ponerse en comunicación con el agente en México que esté más próximo, par, hacer eme se le conduzca por la Compañía.
A fin de obviar los tropiezos y les contrariedades inherentes a una emigración numerosa para un pata nuevo, ya sea por falta de informes o de facilidades para el transporte, la Compañía participará a sus miembros de tiempo en tiempo cuál es la época mejor y la manera más conveniente de ponerse en camino.
La Compañía cuidará de que se construyan para los eminentes casas adecuadas al clima. etc., a costos mucho más baratos que los que ellos pudieran invertir construyéndolas por sí mismos y podrán comprar los utensilios para sus casas y sus instrumentos de labranza y de minería en localidades fijas y convenientes a precios de que se les mostrarán facturas antes que salgan de su pala y si prefieren llevarlos consigo, bajo los auspicios de nuestra Compañía, podrán hacerlo sin pagar derechos.
Los arreglos de la Compañía con los paquetes de pasajeros facilitarán a los emigrantes el conseguir boletos de pasaje a precios reducidos para los puertos mexicanos, en donde —mediante la presentación del certificado de miembro honorario— encontrarán a nuestro agente que habla su propio idioma, dispuesto a procurarles todas las facilidades deseables para llegar al lugar de su elección.
La proximidad de México a este país y los medios de comunicación de todas clases que esta emigración promoverá, harán que los americanos se convenzan de que no han cortado los lazos que los unen con sus amigos, sino que en realidad las ventajas de los viajes y y de la correspondencia estarán en favor de su nueva Patria, si se comparan con las largas distancias de su propio país.
Encontrarán allí comunidades enteras de su misma raza e idioma, prosperando a su alrededor y formando una familia homogénea en donde existirán iglesias, escuelas y otras instituciones de la civilización, semejantes a las que han estado acostumbrados a ver desde su juventud y protegidas todas por los principios bien cimentados de la ley y del orden; pudiendo ciertamente procurarse todas estas ventajas antes de dirigirse allá, asociándose con personas de su propio país o vecindad y yendo juntos después de elegir sus ranchos en la misma comarca, pues para este objeto se procurarán los medios por la Compañía en sus principales oficinas de este país.
Los medios adoptados por la Compañía para obtener informes, le facilitará el procurar a aquellos que se pongan en relación con ella, haciéndose sus miembros honorarios, mediante el pago de un derecho de diez pesos, los informes de todas las circunstancias relativas a los trabajos agrícolas, mineros y manufactureros, así como de la naturaleza del país, su abasto de aguas, de madera de construcción y de su clima en cada localidad; cuyos informes se derivarán de observaciones recientes de nuestros agentes en el Imperio y serán trasmitidos con regularidad y oportunamente de aquel país. En suma, por nuestro sistema de agencias y centros de comunicación, estaremos en posibilidad de dar a los miembros honorarios toda clase de informes que puedan desear sobre cualquier asunto, estando dentro de los límites de nuestras operaciones y todo esto a un precio infinitamente menor del que pudieran conseguir por sí mismos. Esto les evitará la necesidad dispendiosa de hacer viajes a un país extraño en que se habla un idioma diferente y en donde encontrarían molestias y dificultades al llevar adelante sus investigaciones y este derecho, para ser miembro honorario, es simplemente la base del fondo con que estas agencias se establecen, cuyo derecho queda retribuido sobradamente por los privilegios que procuran en la reducción del pasaje, precio de las tierras y otras ventajas generales.
Estas oficinas quedarán establecidas en Nueva York, Saint Louis, Chicago, Charleston, Nueva Orleáns, Memphis, Gálveston, Baltimore, Louisville y todas las principales ciudades de la Unión, en cuyos mapas y cartas pueden generalmente verse.
Los miembros honorarios obtendrán informaciones con referencia a todos los terrenos del Imperio de que podemos obtener noticias exactas y pueden ir a México bajo los auspicios y ventajas de esta Compañía, quedando en completa libertad para elegir los terrenos o la ocupación que mejor les parezca después de su llegada. Nuestros informes no se limitarán solamente a lo relativo a terrenos, sino a todos los ramos de la industria; de manera que nuestros informes de México serán también de interés para el comerciante, el hombre que tenga una profesión, el fabricante, el artista, el minero, el contratista y el labrador ya sea que quiera emigrar, o tomar parte en las indicadas empresas; y después de haber informado sobre los puntos a que se ha hecho referencia a la persona que lo necesite, quedará libre para conducirse en lo futuro, guiándose por su propio interés o sus inclinaciones.
Esta Compañía también se compromete a dar informes ciertos y exactos relativamente a todos los terrenos que el Gobierno de México pueda destinar para hacer concesiones libres a los emigrantes.
Se remitirán circulares impresas en períodos fijos —que se determinarán en lo sucesivo según se necesite—, conteniendo un resumen de los informes que la Compañía recibe de sus agentes en México, a su agente local en cada uno de los condado« en que residen los miembros honorarios y los cuales serán mostrados por éstos.
Se han hecho arreglos con caballeros dignos de toda confianza de los Estados del sur, quienes tendrán interés en esta Compañía y cuyos nombres y oficinas se anunciarán en tiempo oportuno.
Miembros:
B. G. Coulfield, Chicago, Illinois; Wm. H. Russell, Lexington, Missouri; A. W. Arrington, Chicago, Illnois; R. O. Glover, New York; John Alowe, St. Louis; James Rigney, Lexington, Missouri; John Scudder, Colorado Territory; Marshall O. Beberte, New York; Ed. P. Tesson, St. Louis; Charles P. Chauteau, St. Louis; Giovanni A. Bartolla, St. Louis; Gerard B. Allen, St. Louis; J. B. Wilcox, St. Louis; Charles S. Waller, Chicago, Illinois; B. P. Churchill, Cincinnati, Ohio, Lyttleton Cooke, Louisville, Kentucky.
Directores:
John Howe, D. N. Carrington, Gerard B. Allen, Hon. A. W. Arrington, Charles S. Waller, R. O. Glover, Charles P. Chauteau. Funcionarios de la Compañia.
James Harrison, Presidente,
Pierre A. Berthold. Vicepresidente; Charles P. Chauteau, Tesorero; Bernard G. Coulfield, Procurador, George Fank Gouby, Secretario, oficina número 13 avenida Washington, St. Louis, Missouri.
Nota:
Puede organizarse juntas de los miembros honorarios y los derechos se remitirán a la oficina autorizada más próxima o bien por expreso o a algún amigo de confianza que recibirá los certificados y los devolverá como recibos a cambio del dinero.
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