Tamiahua, 25 de Abril de 1864
Señor alcalde:
El coronel, comandante superior de Tampico ha sabido que, mientras que él acababa en San Antonio con las bandas reunidas de Carbajal, Pavón y Canales, 50 hombres de la Guardia Nacional de Ozuluama tomaban las armas para oponerse a la retirada de los franceses, en caso de que hubieran experimentado una desgracia. El cielo bendijo nuestras armas y dio la victoria a los defensores verdaderos de la libertad y del orden. El coronel, en el momento de su primera visita a Ozuluama, había hecho un llamamiento a todos los hombres de corazón, cualesquiera que fuesen sus opiniones ofreciéndoles franca y lealmente la amnistía del pasado, prometiéndoles; para lo futuro, tratarles a todos con igual imparcialidad.
Los habitantes de Ozuluama no quisieron escuchar estas benévolas y generosas palabras aunque los franceses, en el momento de su primer tránsito, respetaron escrupulosamente las personas y las propiedades.
Pasó ya el tiempo de la clemencia. El coronel volverá muy pronto a Ozuluama y, luego que aparezca en la plaza, se le deberán entregar los 50 fusiles y las municiones destinadas, en caso de desgracia, al asesinato de sus soldados. La villa pagará por cada fusil que falta 200 pesos de multa y 10 mil si no se le entrega ninguno.
En caso de inobediencia a la orden mencionada, la villa entera y las haciendas que la rodean, serán reducidas a cenizas.
Vosotros estáis perfectamente libres de pronunciaros en pro o en contra de la Intervención. En consecuencia, hasta mi llegada a Pueblo Viejo, no se hará nada en contra de aquellos que para nosotros no tienen afección, mas, pasado este término, serán considerados como enemigos y tratados como tales.
Así se tratará todo pueblo que continuara fomentando la revolución en un país que no pide más que vivir tranquilo.
Necesitando caballos el coronel para remontar su tropa, se llevará igualmente 30 ensillados y embridados a la plaza de Ozuluama, los cuales serán estimados por una comisión compuesta por tres franceses y tres vecinos de la villa.
Si se llevan las armas, si se entregan los caballos, si confiando en nuestra palabra las poblaciones vuelven pacíficamente a sus casas, el coronel usará una vez más de clemencia; pero si no se cumple con lo que ha mandado, la villa de Ozuluama quedará borrada de la carta del Imperio.
(AQUILES) CH. DUPIN
"El coronel comandante superior de Tamaulipas"
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