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1862 Matías Romero presenta su protesta al gobierno estadounidense por ventas al ejército invasor. |
Washington, noviembre 22 de 1862.
Al ministro de Relaciones Exteriores México Hoy tuve una conferencia con Mr. Seward, que ha sido sin duda la de carácter más desagradable desde que estamos en guerra con la Francia. Le hablé en seguida de la misión de los oficiales franceses que han venido a Nueva Orleáns y Nueva York, a comprar mulas y carros para transportar las municiones del ejército invasor de la República, en los términos que usted me lo recomienda en su nota reservada número 42, de 27 del próximo pasado, y me dijo que a él le habían comunicado con anticipación la misma noticia; que la había trasladado al secretario de Hacienda y que hoy acababa de recibir la respuesta de dicho funcionario, que me leyó, en la que se dice que, con arreglo a las leyes de los Estados Unidos, no es ilegal la compra de efectos de contrabando de guerra hecha por una potencia beligerante en los puertos de los Estados Unidos y que lo prohibido es solamente que los ciudadanos de los Estados Unidos lleven tales efectos a un país beligerante. En consecuencia de esto, dice el secretario del Tesoro que no piensa prohibir la salida de Nueva York de los efectos que compren los oficiales franceses. No pude ocultar la sorpresa que me causó tan extraordinaria doctrina y después de una ligera discusión con Mr. Seward, en que convino que el resultado de la doctrina americana sería el mismo que si los puertos de los Estados Unidos estuvieran abiertos para la Francia y cerrados para México, me dijo que tales eran las leyes y que no había más que conformarse con ellas. Le dije que le mandaría yo una nota sobre este asunto, de la cual acompaño copia. Seguiré defendiendo por escrito los derechos de la República; pero sin la más remota esperanza de conseguir absolutamente nada. Reproduzco a usted las seguridades de mi muy distinguida consideración. Dios, Libertad y Reforma. Matías Romero
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