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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

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ISBN 970-95193

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1862 Leonardo Márquez declara ser el jefe natural de la reacción.

San Pedro Tolimán, febrero 18 de 1862

 

 

Sr. Dr. don Francisco Javier Miranda (Veracruz)
Señor de mi particular atención y cariño

Tuve el gusto de contestar la muy estimable carta de usted que se sirvió dirigirme desde La Habana. Esperaba recibir sus apreciables letras por el paquete de este mes, pero no ha sido así y lo siento porque, hoy más que nunca, importa que usted tenga la bondad de ilustrarme con su sabiduría, experiencia y patriotismo. Ruego a usted que así lo haga, seguro de mi gratitud.

Una persona de México me avisa que por orden de usted ha instalado un directorio, para que se entienda en los negocios de la capital. Me pide que yo dé un manifiesto a la nación y me indica algunas operaciones militares. Ya le contesto hoy mismo diciéndole que estoy conforme con lo primero, con la precisa condición de que ha de seguir estrictamente las instrucciones de usted, marchando de acuerdo conmigo. En cuanto a lo segundo, no puedo verificarlo porque, estando establecido el gobierno de Tacubaya, me parece que éste es el único que debe hablar acerca de los puntos a que quieren se contraiga dicho manifiesto. Yo creo, señor, que siendo el general en jefe del ejército, así como el jefe natural de la reacción y habiendo cuidado siempre de hablar la verdad a mis compatriotas, me harían la justicia de creerme, porque saben que soy escrupuloso en el cumplimiento de mi palabra; pero repito que en asuntos que sólo competen al gobierno, no me parece conveniente mezclarme. Sin embargo, espero la respetable opinión de usted que es tan digna de atenderse. Y, en cuanto a lo tercero, nuestros amigos deben descansar tranquilos con la seguridad de que yo no duermo; estoy a la mira de los acontecimientos y pronto a ejecutar las operaciones que sean del caso, a cuyo efecto he dado ya las órdenes respectivas a las fuerzas de este ejército.

Pronto se le presentará a usted, seguramente, una persona que va en representación mía para conferenciar con usted respecto de la situación presente y ella la impondrá de mis determinaciones para que la reacción sea representada como corresponde y, una vez reconocida, respetada y considerada como es justo, pueda alcanzar la salvación de nuestra amada patria que es todo lo que deseo.

Entretanto, señor, estoy cierto de que usted redoblará sus esfuerzos al propio fin y se servirá comunicarme cuanto pase para normar mis acciones.

Le deseo a usted la mejor salud y me repito su afectísimo amigo que mucho lo aprecia y b. s. m.

 

Leonardo Márquez