Diciembre 27 1861
Mi muy estimado amigo y señor doctor:
Desde cerca de las 12 de la noche buena me hallo aquí y ojalá que hubiera usted venido en mi compañía.
¡Estos Príncipes nada dejan de desear...! Son para nosotros un precioso don del cielo.
Su Alteza Imperial cuenta con los patrióticos esfuerzos de usted, y me encarga que se lo diga. Sabe cuanto debe saber y es justo que sepa de usted.
Quisiera extenderme en pormenores que le probarían la prosperidad con que camina nuestro negocio, en todos sentidos. Mucho debemos al Emperador Napoleón. Ya le habla al Archiduque, en despacho llegado anoche, de la conveniencia de levantar un préstamo que facilitará con su apoyo, la Francia y que yo he dicho que no debe bajar de 25 millones de pesos. Habla hasta de buque (austriaco por supuesto) y de las tropas de voluntarios también austriacas que yo he manifestado que deben ascender a 20 ó 25 mil hombres. Desea Napoleón y también lo quiere el Archiduque que se vayan cuanto antes los señores Obispos de México, y hoy mismo ha enviado un despacho telegráfico al Embajador de Austria en Roma para que haga saber al Cardenal Antonelli y al señor Labastida, el deseo que tiene de verlo aquí para tratar con él de la empresa que nos ocupa y esto lo más pronto posible.
Se ha convencido Su Alteza Ilustrísima de la necesidad de proporcionarnos alguna suma para los gastos más urgentes pudiendo bastar por lo pronto, de 50 a 100 mil pesos que suministrados por la Francia podría ésta indemnizarse después con los productos de las aduanas. Hasta ahora me han sido fallidas todas las tentativas que he hecho para conseguir algunos fondos para remitir a usted, cuya situación me apena y me aflige. Escribo al general Santa Anna manifestándole lo satisfecho que están estos Gobiernos y el Archiduque en particular con sus protestas y ofrecimientos tan solemnes y reiterados y ofreciéndole en nombre de Su Alteza una posición excepcional en el nuevo orden de cosas. La España dice que si se le pide su parecer estará por un Príncipe Español pero que si se elige al Archiduque no se opondrá a ella. Conducta poco franca como usted ve. Y concluyo sin recomendarle ánimo que bastante tiene. Dios proteja sus esfuerzos. Sabe usted cuánto le aprecia y estima su fino amigo.
Fuente: García Cantú Gastón. Idea de México. V La Derecha. México. CONACULTA- FONDO DE CULTURA ECONOMICA SA DE CV: 1991. 711pp.
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