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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1849 El ministro de México en Washington informa sobre el interés de ese gobierno por concertar un tratado de protección al tránsito en Tehuantepec.

Washington, noviembre 21 de 1849.

 

(Al señor Ministro de Relaciones Exteriores)
(México)

Excmo. señor:

Estando en Nueva York hace pocos días, recibí una carta confidencial del señor secretario de Estado, en la que me decía que deseaba hablar conmigo sobre un asunto de algún interés para México: le contesté que al día siguiente saldría para esta ciudad y así lo verifiqué.

Llegué aquí el sábado.

El lunes solicité al señor secretario de Estado y en la tarde recibí otra carta confidencial en la que me citaba para ayer.

Concurrí a la cita y voy a manifestar a V. E. circunstanciadamente el carácter de nuestra conversación.

Yo tenía antecedentes para creer que el principal objeto de la conferencia debería ser la comunicación oceánica por Tehuantepec.

Lo sabía por informes de algunas personas y debía creerlo por lo que leía en los periódicos.

Con efecto fue así, pues, aunque en la conversación se trataron varias materias, el asunto final y más interesante, fue el de Tehuantepec.

El señor secretario de Estado comenzó hablándome vagamente sobre la cuestión que existe actualmente entre Inglaterra y los Estados Unidos, con respecto a Nicaragua.

Me manifestó que el gobierno de los Estados Unidos deseaba vivamente que los Estados de la América Central se unieran de nuevo para formar una sola República y expresó que de esta manera tendrían respetabilidad y sería más fácil al gobierno de los Estados Unidos protegerlos contra cualquiera pretensión de las potencias de Europa.

. . . . . . . . . . . .

Volviendo en seguida a la conversación sobre los asuntos de Nicaragua, me manifestó el señor secretario de Estado que el gobierno de los Estados Unidos deseaba que toda comunicación oceánica que se hiciese, ya por Nicaragua, ya por Tehuantepec, o por cualquiera otro punto, fuese asegurándose por medio de tratados la más completa libertad para el tránsito de los ciudadanos y buques de todas las naciones; y añadió que, de otro modo no sería posible a los Estados Unidos, si la comunicación se hacía por Tehuantepec, proteger a los empresarios contra cualquiera pretensión de alguna potencia de Europa.

Yo le contesté que, llegado el caso de que México hiciera alguna contrata para una comunicación oceánica por Tehuantepec, procuraría asegurar, hasta donde fuese posible, los derechos de los empresarios.

Añadí que no tenía instrucciones ningunas de mi gobierno sobre este asunto y que sin estas instrucciones no me era posible hablar sobre él.

El señor secretario de Estado expresó en seguida, que el gobierno de México se arreglaría como le pareciera conveniente con los empresarios; pero la neutralidad del Istmo y la libertad para el comercio de todas las naciones por él, no se podrían asegurar sino por medio de tratados; que el gobierno de los Estados Unidos estaba dispuesto a hacer con México un tratado especial sobre esto, y que convendría que iguales tratados se hicieran con las principales potencias de Europa.

Le contesté que manifestaría a mi gobierno los deseos y modo de pensar del gobierno de los Estados Unidos.

Por todos los datos y antecedentes que tengo en consideración y que no me es posible exponer por ahora a V. E., debo de decirle con franqueza, que, en mi concepto, el asunto de Tehuantepec va a tomar dentro de pocos días un carácter muy grave y de muy malas consecuencias para México.

A pesar de estar pendiente de una resolución del Congreso mexicano la decisión sobre si han perdido o no sus derechos los empresarios de Tehuantepec, ellos continúan promoviendo la empresa y aunque, en mi concepto, no tienen para ella sino muy escasos fondos, están publicando con frecuencia en los periódicos, que han enviado o van a mandar buques a Tehuantepec con colonos y con materiales e instrumentos para la construcción de un camino.

Su intención manifiesta, es hacer después contra México reclamaciones que se exagerarán y se harán subir a inmensas sumas, cuanto más tiempo pase sin que el Supremo Gobierno adopte una resolución que termine este negocio…

(Juan N. Almonte)

 

 

 

 

 

 

 

 

Benito Juárez. Documentos, Discursos y Correspondencia. Selección y notas de Jorge L. Tamayo. Edición digital coordinada por Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva. Versión electrónica para su consulta: Aurelio López López. CD editado por la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. Primera edición electrónica. México, 2006.