15 de agosto de 1847
Los sucesos de la guerra os han traído hasta el hermoso valle de México, en medio de un país lleno de riqueza y de fertilidad. El Gobierno americano os trajo por contrata, para pelear contra un país de quien no habéis recibido injuria ni mal alguno; después de la pelea, vuestros compañeros no han recibido, ni recibirán, más que el desprecio de los Estados Unidos, y el baldón de los pueblos de ilustrada Europa, que mira llena de escándalo que aquel Gobierno busque enganches para sus combates, lo mismo que solicita una bestia de carga para tirar sus carruajes.
A nombre de la Nación que represento, y cuya autoridad ejerzo, os ofrezco una recompensa, si dejando las banderas de Norte-América, os presentáis como amigos de una Nación que os ofrece campos llenos de riqueza, y grandes terrenos que cultivados por vuestra industria, os colmarán de felicidad y comodidades.
La Nación Mexicana no considera en vosotros más que unos extranjeros engañados y por esto os tiende una mano amiga, os brinda con la dicha y con la fertilidad de su territorio. Aquí no hay distinción de razas; aquí hay libertad y no esclavos; aquí la naturaleza derrama ámanos llenas sus favores, y en vuestras manos está disfrutados. Tened confianza en lo que os ofrezco á nombre de una Nación: presentaos como amigos, y tendréis patria, hogar, terreno, la felicidad que se disfruta en un país de costumbres dulces y humanas. La civilización, la humanidad, y no el temor, os hablan por mi boca.
Cuartel General en el Peñón Viejo. Agosto 15 de 1847. -Antonio López de Santa-Anna.
Nota. La proclama también se publicó en inglés.
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