Abril 13 de 1847
A petición del señor Buchanan convoqué al Gabinete para reunirse hoy a las 10 de la mañana, habiendo asistido todos los miembros un poco después de esa hora. El señor Buchanan puso a la consideración del Gabinete el proyecto de Tratado con México que había preparado de acuerdo con la decisión del Gabinete del sábado pasado, para que fuese llevado por el señor Trist al Cuartel General del Ejército en México y para que se celebrara y firmara por él si el Gobierno Mexicano estaba de acuerdo con dicho Tratado. La frontera propuesta en el proyecto era el Río Grande desde su desembocadura hasta el punto en donde corta la frontera meridional de Nuevo México, debiendo cederse a los Estados Unidos todas las provincias de Nuevo México y la Alta y Baja California. Había una estipulación en un artículo separado concediendo a los Estados Unidos el derecho de paso a través del Istmo de Tehuantepec.
La compensación que el señor Buchanan se proponía pagar en su borrador de Tratado era la de 15 millones de dólares en abonos de 3 millones anuales, además de hacerse cargo de las reclamaciones de nuestros ciudadanos contra México. Manifesté la esperanza de que esta frontera y la concesión pudieran obtenerse por ésta, o aun alguna suma menor, pero que estaba yo dispuesto a pagar una suma mayor, si no podía obtenerse por esa cantidad; y que creía yo que el señor Trist debería ir autorizado para dar más, si ese fuera el único obstáculo para concluir un Tratado. Yo estaba dispuesto a fijar la indemnización por el doble de esa suma, treinta millones de dólares, si no podía obtenerse por menor cantidad antes que fracasar en la celebración del Tratado. El señor Buchanan se opuso empeñosamente a esto y opinó en el sentido de restringir la oferta a los 15 millones. Este punto dio motivo a mucha plática y discusión.
Yo di mis razones con alguna extensión para estar dispuesto a ampliar la suma hasta los 30 millones si el Tratado no podía obtenerse por esa cantidad. Entre esas razones estaban: primero, la de que la continuación de la guerra aun por menos de doce meses nos costaría más; y segundo, que el territorio cedido a los Estados Unidos valdría más de cuatro veces los 30 millones en tierras públicas adquiridas y en ventajas comerciales. Los miembros del Gabinete manifestaron sus opiniones con libertad. El señor Walker atribuyó mayor importancia al libre paso a través del Istmo de Tehuantepec que a la cesión de Nuevo México y las Californias, y si ese punto podía obtenerse, estaba dispuesto a pagar 30 millones de dólares, pero si no se lograba, no estaba dispuesto. El señor Buchanan se oponía todavía al aumento de la compensación.
Finalmente todos los miembros del Gabinete, con excepción del señor Buchanan, se plegaron a mi punto de vista, y se convino en que el señor Trist iría provisto de instrucciones confidenciales, autorizándolo a estipular el pago de 30 millones de dólares, a discreción suya, si el Tratado no podía obtenerse por menor cantidad. Se convino además en que si no podía obtenerse el paso a través del Istmo de Tehuantepec, la cantidad máxima que debería pagarse por las demás concesiones del Tratado propuesto, no debería exceder de 25 millones de dólares.
Se convino también en que si no podía obtenerse la Baja California, entonces la cantidad máxima que debería pagarse por el Río Grande como frontera y la cesión de Nuevo México y de la Alta California, no debería exceder de 20 millones de dólares. Con estas diversas proposiciones todos los miembros del Gabinete estuvieron conformes, con excepción del señor Buchanan, quien viéndose derrotado cedió y dijo que modificaría el proyecto de Tratado y prepararía las instrucciones al efecto.
Yo manifesté, y en ello quedaron todos entendidos, que las diversas sumas mencionadas eran máximos a los cuales podría llegar el señor Trist en último caso, pero que él procuraría obtener el Tratado por la cantidad menor que fuera posible.
En el curso de la discusión el señor Walker insistió en que el libre paso a través del Istmo de Tehuantepec debería ser un requisito sine qua non para la celebración de cualquier Tratado, A esto me opuse manifestando que esa estipulación no formaba parte del objeto por el cual habíamos entrado a la Guerra. El resto del Gabinete, aunque considerando que el punto era importante, sin embargo estuvo de acuerdo con mi opinión en que no debería considerarse como sine qua non para la celebración del Tratado. Otras estipulaciones del proyecto de Tratado se estudiaron también. Se convino en que el Gabinete volvería a reunirse a las 7 y media de la tarde y que entretanto el señor Buchanan prepararía el nuevo borrador del Tratado como se había acordado. El Gabinete se disolvió a las 3 p. m.
A las 7 p. m. volvió a reunirse el Gabinete. El señor Buchanan leyó el artículo que propuso relativo al paso a través del Istmo de Tehuantepec. En él se pretendía que de la suma que se proponía pagar a México se retuvieran cinco millones de dólares en nuestro Tesoro que no se pagarían a México hasta que el Gobierno hubiera construido un canal o ferrocarril a través del Istmo. Me opuse a esto porque tal cosa equivaldría a tomar esa suma de los fondos de la Tesorería para mejoras exteriores, o sea mejoras en un país extranjero, y mi opinión era que esa disposición sería o podría ser una objeción seria para la ratificación del Tratado por el Senado. Después de una amplia discusión se convino en omitir esta estipulación sobre los cinco millones, dejando una simple estipulación en que se obtuviera para los ciudadanos de los Estados Unidos el libre paso a través del Istmo para siempre. El señor Buchanan y el señor Walker disintieron, pero se sometieron a la mayoría. El Gabinete se retiró como a las 11 p. m.
Fuente: Diario del presidente Polk. Selección y Traducción de Luis Cabrera.
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