Mayo 14 de 1846
Muchos miembros del Congreso y otras personas vinieron a verme hoy por la mañana. Prevalecía gran ansiedad por saber el número de voluntarios que llamaría yo a las armas para la frontera mexicana, y los Estados de donde se tomarían. Todo lo que pude decir fue que probablemente se llamarían unos 20,000 y que serían tomados de los Estados del Oeste y del Suroeste que estaban más próximos al lugar de los acontecimientos; pero que todavía no había yo hecho la distribución entre los Estados.
El señor Buchanan envió para mi aprobación una copia revisada de su despacho a nuestros Ministros en el exterior, que había sido ampliamente discutida en el Gabinete la noche anterior. Había tachado de ella las partes que yo le había ordenado que tachara, y (las) había reemplazado con el párrafo que yo había escrito. (Véase el Diario de ayer).
Estuve excesivamente ocupado; miembros del Gabinete y del Congreso estuvieron visitándome a cortos intervalos durante todo el día. El tópico sensacional era la guerra con México y el reclutamiento de tropas para proseguir la guerra.
A las 8 p. m. vinieron a verme el Secretario de la Guerra y el General Scott, del Ejército de EE. UU. Tuve una larga conferencia con ellos en lo concerniente al plan para llevar a cabo la guerra con México. Les di, como opinión mía, la de que el primer movimiento debería consistir en enviar una fuerza competente a las provincias del Norte para ocuparlas y retenerlas hasta que se hiciera la paz. En este punto estuvieron de acuerdo. Todo el campo de las operaciones se examinó con todos los informes que teníamos a la vista; pero sería cansado detallar todos los puntos de vista y las razones que se expresaron.
Se convino en llamar inmediatamente al servicio 20,000 voluntarios y procedimos a prorratear esta fuerza entre los Estados de Tejas, Arkansas, Ilinois, Misuri, Ohío, Indiana, Kentucky, Tenesí, Alabama, Misisipi y Georgia. Después de un examen muy completo del asunto el Secretario de la Guerra y el General Scott se retiraron entre once y doce de la noche. El General Scott no me dejó una impresión favorable como militar. Ha tenido experiencia en su profesión, pero creo que es más bien científico y quimérico en sus opiniones. Yo no creo que fueran necesarios tanto así como 20,000 voluntarios, además del Ejército regular, pero no externé esta opinión, no estando dispuesto a asumir la responsabilidad de cualquier fracaso de la campaña al rehusar conceder al General Scott lo que pedía.
Fuente: Diario del presidente Polk. Selección y Traducción de Luis Cabrera.
|