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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

Este Sitio es un proyecto personal y no recibe ni ha recibido financiamiento público o privado.

 

 
 
 
 


1846 El Mayor General Scott da instrucciones sobre la ocupación de la costa mexicana del Pacífico.

Cuartel General del Ejército, Washington, Noviembre 3 de 1846

 

Señor:

Hemos recibido de usted diversos informes oficiales, el último de ellos fechado en Septiembre 16. El acuse de recibo de cada uno de ellos, con sus fechas, irá, después, expedido por la Oficina del Ayudante General.

La marcha de usted y la conquista de Nuevo México, juntamente con las disposiciones militares tomadas para retener esa provincia, le han merecido, estoy autorizado para decírselo, la más franca aprobación del Ejecutivo, quien no duda que el movimiento de usted y la ocupación de la Alta California será ejecutado con la misma energía, prudencia y éxito.

En Monterrey o en la Bahía de San Francisco, encontrará usted un Oficial de Ingeniería (el Teniente Halleck) y una compañía de artilleros de los Estados Unidos al mando del Capitán Tompkins. Es probable que algún Oficial de Ingeniería, o algún Topógrafo, hagan compañía a usted desde Santa Fe. Esos oficiales y la compañía de artillería, ayudados por otras tropas al mando de usted, deberán ocuparse inmediatamente en erigir y guarnicionar defensas permanentes para conservar las Bahías de Monterrey y de San Francisco, juntamente con otros puntos importantes en la misma provincia, que usted crea necesario ocupar. En el barco "Lexington", con el Capitán Tompkins, van artículos de atrincheramiento, artillería y repuesto de artillería. Nuevos abastecimientos de artillería deberán esperarse pronto.

Por despachos recibidos en el Departamento de Marina, procedentes del Comandante de la Escuadra de los Estados Unidos en la costa del Pacífico, se sabe que algunos voluntarios provenientes de los colonos establecidos en las Bahías de Monterrey y San Francisco fueron aceptados por él en el servicio, con el fin de que le ayudaran a tomar y retener la comarca. Con objeto de regularizar el pago, es de desearse que esos voluntarios, si no se alistaron desde un principio, mande usted que se les aliste en forma en el servicio (retrospectivamente) conforme al Decreto sobre voluntarios de Mayo 13 de 1846, modificado por otro Decreto del mes siguiente. Esto debe hacerse con perfecta inteligencia de que si no han sido licenciados antes por no necesitárseles, ya usted los licenciará en el momento en que ellos expresen sus deseos en ese sentido.

Encontrará usted probablemente ciertos impuestos y ordenanzas que han sido establecidos para los puertos de la provincia por los Comandantes de la Escuadra de los Estados Unidos en esa costa. La institución y modificación de esas reglas corresponde al Comandante Naval, quien tiene instrucciones de su Departamento para conferenciar sobre la materia con el Comandante de las fuerzas de tierra. En la esfera de sus atribuciones, usted mandará que esos reglamentos, tales como se hallan establecidos, se respeten debidamente y se hagan cumplir. Por otra parte, el nombramiento de recaudadores temporales en los diversos puestos, pertenece ahora al Gobernador Civil de la provincia, que será por ahora el Oficial de mayor antigüedad de las fuerzas de tierra en la comarca. Los recaudadores, sin embargo, que hayan sido nombrados por el Comandante Naval, no serán cambiados sino en caso necesario.

Como guía para el Gobernador Civil de la Alta California, que tenemos en nuestro poder, vea la carta de Junio 3 último, dirigida a usted por el Secretario de la Guerra. Sin embargo, no declarará usted formalmente que la provincia ha quedado anexada. La incorporación permanente del territorio es cosa que corresponde al Gobierno de los Estados Unidos.

Después de ocupar con nuestras fuerzas todos los puntos necesarios en la Alta California, y de establecer allí un Gobierno temporal civil, y después de asegurarse usted también de la tranquilidad interna y de la ausencia de cualquier peligro de reconquista de parte de México, dejará usted encomendadas sus diversas tareas al Coronel Mason, del Primero de Dragones de los Estados Unidos, y portador de esta carta abierta, o al oficial de las fuerzas de tierra que le siga en categoría, y regresará usted con una escolta suficiente a San Luis Misuri; pero el Cuerpo de Dragones de los Estados Unidos que acompañó a usted a California, permanecerá allí hasta nuevas órdenes.

No se sabe qué parte de los voluntarios de Misuri marcharon con usted de Santa Fe al Pacífico, si es que algunos lo hicieron. Si así es, será necesario proveer a su regreso a sus hogares honrosamente, licenciados, y en el mismo supuesto, podrán servir a usted como escolta suficiente a Misuri.

Se sabe que el Teniente Coronel Frémont, del Regimiento de Rifleros de los Estados Unidos, estaba en Julio último con una partida de hombres al servicio de los Ingenieros topógrafos de los Estados Unidos, en las cercanías de San Francisco o Monterrey, ocupado en operaciones contra México, juntamente con la escuadra de Estados Unidos en esa costa. Si lo encontrare usted allí, es de desearse que no lo detenga contra su voluntad por más tiempo del que puedan requerir las necesidades del servicio.

Apenas necesito recomendar a usted deferencia y la mayor cordialidad de parte de nuestra fuerza de tierra hacia las fuerzas de nuestra Marina, en el servicio conjunto que tienen que hacer en esa lejana costa de California. Es de esperarse una cordial reciprocidad y para ese fin se recomienda que se celebren frecuentes conferencias entre los Comandantes de las dos armas, lo cual no puede dejar de producir la armonía en la cooperación, y el éxito.

Se han tomado medidas para proveer de los fondos necesarios a los oficiales pagadores que lo han precedido y que pueden acompañarlo. De esas medidas será usted informado por el Coronel Mason.

Quedo, señor, con gran respeto, su obediente servidor.

Winfield Scott

Al General Brigadier S. W. Kearny, Comandante de las Fuerzas de EE. UU.
Departamento Militar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Diario del presidente Polk. Selección y traducción de Luis Cabrera.