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Selección de textos y documentos:

Doralicia Carmona Dávila

© Derechos Reservados
ISBN 970-95193

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1842 Pronunciamiento de Huejotzingo.

Diciembre 11 de 1842

 

Pronunciamiento de Huejotzingo contra el segundo proyecto de Constitución, proponiendo la instalación de una Junta de Notables para elaborar no un estatuto provisional, sino la Constitución misma.

 

En la ciudad de Huejotzingo, á los once días de diciembre de mil ochocientos cuarenta y dos, reunidos en las casas consistoriales el sub-prefecto del partido, los alcaldes, regidores, y vecinos que suscribimos, con objeto de manifestar nuestra opinión y voluntad, así como la de todo el partido, sobre el proyecto de constitución que actualmente discute el congreso que lleva el nombre de constituyente; leído dicho proyecto, considerando que los graves sacrificios del ejército en la jornada de Tacubaya, no tuvieron otro fin que el muy noble de salvar á la nación de su próxima ruina, y ponerla en estado de constituirse según su voluntad: que no se derrocó la administración creada por las mezquinas siete leyes de 836 para elevar al poder á los partidos, y menos al que bajo el brillo sorprendente de una libertad exagerada, ha causado á la patria los males todos que aun la agobian, sino para fundar su bienestar y felicidad, sobre bases sólidas, aprovechando los grandes elementos que puso en acción el celo, patriotismo, energía y prudencia del ilustre general D. Antonio López de Santa-Anna: que si la constitución de 824 no siendo ni tan exagerada como el proyecto que se discute, ni la obra exclusiva de una facción, produjo sin embargo las guerras civiles, la exaltación de las pasiones, las persecuciones, los destierros, la ambición desenfrenada de la parte raquítica y baldía, y la miseria pública por los despilfarros y depredación de la demagogia; mayores y sin límites deben ser los males que ocasione el proyecto, si se atiende á que no se respeta en él la religión de nuestros padres, puesto que permite el ejercicio privado de cualquiera otra, contra los principios que deben seguirse en un país católico de corazón, y contra las reglas de prudencia y buena política, atendido el estado actual de nuestros pueblos: que ensancha la libertad de imprenta hasta convertirla en instrumento de sedición sin freno: que desconoce la utilidad, servicios y necesidad del ejército, compuesto de mexicanos virtuosos. Cuando se prohíbe que el ciudadano en ejercicio de sus derechos, sea obligado á la contribución de sangre, dejando por lo mismo las armas en manos de bandidos y facinerosos, con peligro gravísimo y casi indefectible de la seguridad pública: que se pone en peligro cierto la independencia nacional; porque á la vez que establece las milicias cívicas, fuente inagotable de males y el error más grave que contenía la constitución de 824, se hace más extensa en el proyecto, y todavía se liga á no defender la integridad del territorio y la independencia, sino en solo su Departamento, dando lugar con esa extravagante taxativa, á que un ejército extranjero por cualquiera diferencia política, gane uno por uno los Departamentos, hasta apoderarse del país por falta de ejército: que bajo el falso pretexto de filantropía, se prohíbe la pena de muerte para que los delitos queden impunes por falta de penitenciarias, de cárceles, de presidios, de fondos para constituirlos, y lo que es más, por falta de moralidad en la mayor parte de los funcionarios encargados de estos establecimientos: que se invente una elección de todos los poderes, la más anárquica y revolucionaria que ha podido imaginarse, sin garantías ni previsión, y para lograr que con audacia se apoderen del poder público los hombres atrevidos, sin mérito, sin virtudes ni saber, pero organizados en una facción para medrar á costa de la patria, y finalmente, que establece y sistema la anarquía en todos y cada uno de sus títulos; considerando igualmente que si tal constitución se sancionara, el primer fruto que produciría no podía ser otro que la desorganización social y la ruina de la República, lo que no es, ni ha sido, ni podía ser la voluntad de la nación, cuyo bien es la base principal de las de Tacubaya que juraron los diputados; que haciendo traición á ese solemne juramento, han desoído las sumisas representaciones de los pueblos y del ejército, pidiendo una carta que fuera justo medio entre las constituciones de 824 y 836, para desterrar á la vez la demagogia y la oligarquía; y estando por último manifiesto que el congreso, desoyendo la voz pública, y siguiendo las inspiraciones de un partido, ha fijado su opinión consignada en un proyecto tumultuario y desorganizador, usando del derecho que tiene todo pueblo para repeler una ley opuesta á sus intereses y felicidad; y deseando ser los primeros en evitar los males graves que amenazan á la patria, de común acuerdo, libre y espontáneamente, y por solo el impulso del amor al suelo que nos vio nacer, hemos acordado y jurado cumplir los siguientes artículos.

1º La ciudad de Huejotzingo protesta solemnemente por medio de esta acta, que no reconoce la constitución que emana del proyecto presentado, y que actualmente se discute, y que usando del derecho que tiene todo pueblo para admitir ó no, las leyes fundamentales que se le presenten para su adopción y juramento, retirando los poderes que en diez de abril de ochocientos cuarenta y dos otorgaron á los actuales diputados por este departamento, por no haber correspondido á la confianza que se les dispensó al nombrarlos para el congreso constituyente, pues no han entendido ó no han querido entender sus deseos y voluntad, explicados por el voto público que ha reprobado los principios anárquicos asentados en el citado proyecto.

2º Que se pida al gobierno provisional de la república por conducto del Excmo. Sr. Gobernador del departamento, disuelva inmediatamente la reunión de diputados, que abusando de la confianza que en ellos se depositó, se atreven á precisar á la nación á que adopte una constitución diametralmente opuesta á su voluntad é intereses, ó á la reprobación que naturalmente exige semejante abuso.

3º Que disuelva la reunión de diputados, y cesando la comisión que se les había conferido, el gobierno provisional que continuará en el ejercicio del poder, que le cometieron las bases de Tacubaya, nombrara una junta de notables de todos los departamentos de la república, para que en un término prefijado le presenten un proyecto de constitución análogo á las circunstancias del país, aunque precisamente salvándose los principios del sistema republicano, popular representativo: la independencia é integridad nacional: la religión de nuestros padres, sin tolerancia de otra alguna, y la división de poderes.

4º Cualquiera que intentare hacer valer por cualquiera medio el proyecto de constitución aprobado por los actuales diputados, y que es el objeto de esta acta, será tenido como enemigo de la paz pública, de su seguridad y prosperidad; y por consiguiente el gobierno provisional dispondrá su aprehensión para que sea juzgado y castigado como corresponde.

5º Se invitará á las prefecturas de este departamento, para que uniformándose sus pretensiones, unan sus votos á los nuestros, á fin de que los demás departamentos instruidos de nuestra decisión, dicten las medidas que crean convenientes al propio fin, y se salve toda la república de la anarquía en que sería precipitada indudablemente, si se permitiera la consumación de los fatales designios de la mayoría de los diputados reunidos en la capital.

6º Esta acta se elevará al Exmo. Sr. gobernador del departamento con respetuoso oficio, suplicándole su cooperación para los efectos del artículo 3.°

[Siguen las firmas de las autoridades y de un número considerable de vecinos. ]

Imprenta de J. M. Lara, calle de la Palma No 4.

 

 

Senado de la República-COLMEX. Planes de la Nación Mexicana. Libro 4, pp. 129-130.