Lima, febrero de 1826
El Congreso de Panamá reunirá todos los representantes de la América y un agente diplomático del gobierno de Su Majestad Británica. Este Congreso parece destinado a formar la liga más vasta, o más extraordinaria o más fuerte que ha aparecido hasta el día sobre la tierra. La Santa Alianza será inferior en poder a esta confederación, siempre que la Gran Bretaña quiera tomar parte en ella, como miembro constituyente. El género humano daría mil bendiciones a esta liga de salud y la América como la Gran Bretaña cogerían cosechas de beneficios. Las relaciones de las sociedades políticas recibirían un código de derecho público por regla de conducta universal.
1o. El Nuevo Mundo se constituiría en naciones independientes ligadas todas por una ley común que fijase sus relaciones externas y les ofreciese el poder conservador en un Congreso General Permanente.
2o. La existencia de estos nuevos Estados obtendría nuevas garantías.
3o. La España haría la paz por respeto a la Inglaterra y la Santa Alianza prestaría su reconocimiento a estas naciones nacientes.
4o. El orden interno se conservaría intacto entre los diferentes Estados y dentro de cada uno de ellos.
5o. Ninguno sería débil con respecto a otro; ninguno sería más fuerte.
6o. Un equilibrio perfecto se establecería en este verdadero nuevo orden de cosas.
7o. La fuerza de todos concurriría al auxilio del que sufriese por parte del enemigo externo o de las facciones anárquicas.
8o. La diferencia de origen y de colores perdería su influencia y poder.
9o. La América no temería más a ese tremendo monstruo que ha devorado a la isla de Santo Domingo; ni tampoco temería la preponderancia numérica de los primitivos habitadores.
10o. La reforma social, en fin, se habría alcanzado bajo los santos auspicios de la libertad y de la paz, pero la Inglaterra debería tomar necesariamente en sus manos el fiel de esta balanza.
La Gran Bretaña alcanzaría, sin duda, ventajas considerables por este arreglo.
lo. Su influencia en Europa se aumentaría progresivamente y sus decisiones vendrían a ser las del destino.
2o. La América le serviría como de un opulento dominio de comercio.
3o. Sería para la América el centro de sus relaciones entre el Asia y la Europa.
Por la libertad de mi patria
4o. Los ingleses se considerarían iguales a los ciudadanos de América.
5o. Las relaciones mutuas entre los dos países lograrían con el tiempo ser unas mismas.
6o. El carácter británico y sus costumbres las tomarían los americanos por los objetos normales de su existencia futura.
7o. En la marcha de los siglos, podría encontrarse, quizás, una sola nación cubriendo el universo —la federal.
Tales ideas ocupan el ánimo de algunos americanos constituidos en el rango más elevado; ellos esperan con impaciencia la iniciativa de este proyecto en el Congreso de Panamá, que puede ser la ocasión de consolidar la unión de los nuevos Estados con el Imperio británico.
Fuente:
de la Reza Germán A. El Congreso de Panamá de 1826 y otros ensayos de integración latinoamericana del Siglo XIX. Estudio y fuentes documentales anotadas. Ediciones y Gráficos Eón. Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco. México, Primera edición: 2006, 287 pp. Documento tomado de: Cartas del Libertador. 1929. Tomo II. Pág. 316-317.
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