Julio de 1824
MANIFIESTO DE ITURBIDE A LOS MEXICANOS,
ENCONTRADO ENTRE LOS PAPELES QUE TENÍA
A BORDO DEL BERGANTÍN SPRING.
Mexicanos: al llegar a vuestras playas, después de saludaras con el más vivo afecto y cordialidad, mi primer deber es instruiros de los motivos por qué he vuelto de la Italia, cómo vengo, y con qué objeto; espero que os prestéis dóciles a mi voz y que daréis a mis palabras el asenso que merece el que en todas ocasiones fue veraz. La experiencia os ha enseñado por una serie de acontecimientos tan exquisitos como claros y sabidos que siempre precedió la meditación a mis operaciones de pública trascendencia, que éstas tuvieron constantemente por móvil la verdadera felicidad de la Patria, y por regla la prudencia y la justicia.
Os haría agravio notorio si tratase de persuadiros que la España está protegida por la Santa Alianza, y que no se conformó ni se conformará con la pérdida de la joya más preciosa que pudiera apetecer; no podéis, por tanto, estar al alcance de los innumerables resortes que se mueven a la distancia y dentro de nuestro propio suelo para volver a dominarlo; mas yo, que con mi visita a la Europa me vi en estado de saber mucho y conocer más sobre este punto, quedé muy seguro de vuestra inminente ruina, la que jamás podría serme indiferente; y he aquí, mexicanos, los motivos por que vuelvo a visitaros desde regiones tan remotas, venciendo los obstáculos y eludiendo las tramas que la misma Santa Liga me formaba para impedirlo.
Vengo no como emperador, sino como un soldado y como un mexicano, más aún por los sentimientos de su corazón que por los comunes de la cuna: vengo como el primer interesado en la consolidación de nuestra independencia y justa libertad: vengo atraído del reconocimiento que debo al afecto de la nación en general, y sin memoria alguna de las calumnias atroces con que quisieron denigrar mi nombre mis enemigos, o enemigos de la Patria.
El objeto es solamente contribuir con mis palabras y espada a sostener la independencia y libertad mexicana, o a no sobrevivir a la nueva y más ominosa esclavitud que con empeño le procuran naciones poderosas, a quienes sirven de instrumento hijos desnaturalizados y muchos ingratos españoles.
Pretendo asimismo mediar en las diferencias que existen entre vosotros, y que os arrastrarían por sí solas a la ruina: restablecer el inestimable bien de la paz, sostener el gobierno que sea más conforme a la voluntad nacional sin restricción alguna, y concurrir con vosotros a promover eficazmente la prosperidad de nuestra común Patria. Mexicanos: muy en breve os dirigirá nuevamente la palabra vuestro amigo más sincero y afecto,
Agustín de Iturbide
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