Castillo de San Juan de Ulúa, mayo 30 de 1823
Excelentísimo señor.
Aunque ningunas alteraciones notables han ocurrido en el estado político de este país desde que di a vuestra excelencia noticia de él en mi último oficio número 39, al tiempo de la expulsión de Iturbide, no es esta calma indicio de la confianza que se deposite en el gobierno, ni de que duerman las pasiones de lo que, sin cuidarse mucho del que mas convenga a su patria, sólo procuran acrecentar su poder a favor de la división de opiniones que en esta situación agitan los ánimos de todos.
El punto que más los ha ocupado y aún los ocupa es la renovación del actual Congreso, a lo cual da indicios de resistencia su conducta, ya sea por el deseo de conservar su consideración los que lo componen, ya también porque miren en la renovación propuesta y cambio presumible de los que se hallan con el Poder Ejecutivo un principio más fecundo de división y anarquía, que lleve tras sí la ruina del país. Por más, sin embargo, que el actual Congreso haya tergiversado dilatando hasta ahora el poner en discusión este punto, el clamor que sobre de él se ha ido haciendo cada vez más general le dejan ya en el caso de no diferirla, y entonces por la propia causa su decisión habrá de ser conforme al deseo de todos.
A pretexto de no verlo cumplido tan pronto como se creía de justicia, ya desde el 12 de este mes la provincia de Guadalajara, impulsada su diputación por el capitán general Quintanar, receloso de ser depuesto de su mando por el gobierno de México, le negó su obediencia, y también su reconocimiento al actual Congreso para todo acto que no sea la convocación de otro nuevo. Parecería que en este último, que ha de tener el carácter de constituyente, se propondrían librar la decisión acerca de la forma de su futuro gobierno; mas lejos de esto, dando por supuesto que la de una federación de repúblicas es la que reclama el pueblo, se le excita a constituir la que en su dicha provincia convenga por una proclama del mismo Quintanar del día 13, y se han pasado circulares invitando a otras provincias a seguir el mismo ejemplo.
Recélase con fundamento que en otras partes no tardarán en dar acogida a la federación propuesta, y más particularmente en Oaxaca, bien que antes ya se hubiese promovido en Monterrey, aunque no con buen éxito, por su comandante militar Lemus, mandado en consecuencia preso a México.
Si al gobierno en esta capital, y también al mismo Congreso han puesto en no pequeña perplejidad estos sucesos, auméntasele con las escaseces pecuniarias sin que haya valido para salir de ellas la autorización dada al poder ejecutivo para abrir un empréstito de ocho millones. Presentáronse en efecto extranjeros para negociarlo en Europa a un alto premio; mas se vio luego que algunos trataban sólo de ganar para sí una parte de éste, en caso de tener buen éxito sus agencias, pero que de ningún modo podían asegurarlo careciendo de crédito, y seguidamente retiraron otros sus proposiciones, advirtiendo el movimiento y escisión de las provincias.
Háyanse entre tanto Santa Anna con un cuerpo de mil quinientos hombres en San Luis, y he sabido por mis confidentes que se corresponde con Lobato y Guerrero, que capitanea poco más o menos igual fuerza. Ya del primero, que da el impulso a los otros dos, tengo descrito a vuestra excelencia su carácter ambicioso y con fundamento recelo que trata de subir como Iturbide al Imperio, y si lo consiguiese no hay duda que renovaría su política; pero afortunadamente carece de crédito, y antes bien sus enemigos son muchos, y tengo noticia segura de que se le ha dado la conveniente de sus intentos al supremo gobierno, o séase al llamado Poder Ejecutivo.
Al adjunto manifiesto que éste acaba de hacer no dudo que dará vuestra excelencia su debido valor con presencia de cuanto dejo dicho. Interesándome conseguir de él algunos ejemplares, por cuanto se refiere a la negociación propuesta con nuestro gobierno, me los remitió Guadalupe Victoria, encargado de ella, con la adjunta carta número 1 a que contesté con la número 2, habiendo dado de ellas conocimiento a nuestros comisionados pacificadores para que les sirva de gobierno, como también cuantas más noticias les son convenientes.
Tengo por último la de haber salido de México otra conducta de un millón de pesos que llegará breve a Veracruz, fuera de otras sumas que vendrán aquí invertidas en grana desde Oaxaca, y como estas extracciones y las demás hechas exceden mucho al actual producto de las minas, el país va cada vez más escaseando de numerario, y la miseria, sobre todo para los empleados, sigue con asombroso aumento; bien que para la España sean estas extracciones de la mayor importancia, consistiendo no en el retorno de las mercancías aquí traídas, sino que por la mayor parte representan los capitales de los peninsulares aquí establecidos con que vuelven a enriquecer a la madre patria.
Concluido ya este oficio, recibo de México el decreto impreso circulado por el Poder Ejecutivo en 21 de este mes para la convocación de un nuevo Congreso, en que declara el actual que en esta determinación cede del derecho que incontestablemente le compete, y la reduce a los cuatro artículos que copio en el papel número 3.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Castillo de San Juan de Ulúa, 30 de mayo de 1823.
Excelentísimo señor.
Francisco Lemaur.
Excelentísimo señor secretario de gobierno de estado y del despacho de la gobernación de Ultramar
Juan Ortiz Escamilla (Comp.) [Con la colaboración de David Carbajal López y Paulo César López Romero]. Veracruz. La guerra por la Independencia de México 1821-1825. Antología de documentos. Comisión Estatal del Bicentenario de la Independencia y del Centenario de la Revolución Mexicana.
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