17 de Marzo de 1817
Excelentísimo Señor: Penetrado de dolor y convencido por la triste experiencia de seis años de que la felicidad social no puede conseguirse ni prefijarse entre los horrores de un tumulto popular, impolítico y bárbaro, si no es bajo la protección de un gobierno paternal, de unas leyes sabias y de un orden general en todos los ramos de la administración pública, resolví al fin acogerme á las banderas respetables del augusto, del benigno, del piadoso monarca, del Señor Don Fernando VII de Borbón, á quien protesto servir con tanta fidelidad y adhesión como fué mi ceguedad en agraviarlo, para que entienda todo este reino que si me obstiné en mis errores, tengo carácter para deponerlos y abjurarlos; y que si ha sido enorme el crimen es mayor, más sincero y más cordial mi rubor y arrepentimiento.
»Yo suplico á V. E. con encarecimiento que reciba benignamente mis votos y que me conceda su superior licencia para dirigir en primera ocasión hasta los pies del trono de mi ofendido rey la más sumisa representación que pienso hacerle, en justo y debido desagravio de su sagrada persona y de sus vulnerados derechos, para tranquilizar de alguna manera los sentimientos imponderables de mi corazón, angustiado amarguísimamente.
iFeliz yo si con mi ejemplo logro que algunos de mis descarriados paisanos, que fueron mis compañeros, detesten su extraviarlo sistema, y que, reconciliados con nuestro legítimo gobierno, contribuyan á la pacificación general de esta América!
Dios guarde á V. E. muchos años.
Actopan, 17 de Marzo de 1817.
Excelentísimo Señor.—Lic. José Solero de Caslarceda.
Excelentísimo Señor virey Don Juan Ruiz de Apodaca.
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