José de la Cruz, 25 de Noviembre de 1816
—A las tres de la tarde.—Excelentísimo Señor. Tengo la satisfacción de participar á V. E. que hace una hora he tomado posesión de las islas grande y chica de Mexcala, quedando en mi poder toda la artillería, municiones y armas que tenían sus defensores. Las piezas de artillería son diez y siete, y de todo lo demás no puedo dará V. E. noticia; pero lo ejecutaré luego que me lo permitan las ocupaciones indispensables que ahora tengo.
»Con fecha de 5 del corriente, al manifestar á V. E. que desde el día 8 del mes próximo pasado me hallaba en el campo de Tlachichilco, con el fin de estrechar el bloqueo y atacar este peñasco casi inaccesible, indiqué á V. E. que por el celo y actividad de todos los jefes y oficiales que mandan las divisiones destinadas al bloqueo por tierra de las islas, se hallaban los indios reducidos á la mayor necesidad; pero viendo que su contumacia y tesón no cedían, hice venir el número de infantería que necesitaba, y todo estaba ya preparado, previos los reconocimientos prolijos y exactos de que también hice á V. E. indicación, para atacar el día de hoy dicho interesante puesto. Antes de verificarlo, les intimé el 23 del corriente, y el resultado ha sido entregarse poniendo á mi disposición cuanto contenían las islas, de que me he apoderado al momento.
»Los inexplicables trabajos que han sufrido los señores jefes, oficiales, tropa, maestranza y marinería en el largo tiempo que han estado en esta gran laguna, empleados en los buques y en los campamentos, son dignos de la más alta consideración de V. E. para que les proporcione el premio á que los considero muy dignos, y para cuyo efecto pasaré á las superiores manos de V. E. relación circunstanciada de todos aquellos que han tenido mayor ocasión de distinguirse y que se han distinguido efectivamente.
»Dios guarde á V. E. muchos años.—Excelentísimo Señor.—José de la Cruz.»
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